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Un soltero se pasa de 'invasivo' con su cita y la acaba espantando: «Me cortó todo el rollo»

Abc.es 

El restaurante de 'First Dates' recibió este viernes 2 de agosto a una nueva tanda de solteros y solteras en busca de su media naranja. Pero no lograron que Lázaro (36) y Colomb a (31) encajaran. Es más, ella casi sale espantada al comprobar las dotes de seducción de su pretendiente. Lázaro (o Dairon , como prefiere que le llamen las chicas) es cubano y se presentó ante Carlos Sobera dejando claro que no suele tener problemas para ligar. Sin embargo, admite ser muy exigente a la hora de elegir pareja. También fue conciso, aunque cristalino, cuando el presentador le preguntó cómo le gustan las mujeres. «Que estén buenas. La belleza la veo en la parte espiritual», dio por respuesta. «Una diosa hecha mujer», es decir, F lavia Colomba , lo hacía quedarse sin palabra nada más ver entrar a su cita por la puerta del establecimiento. Desde ese momento, el soltero sacó el seductor que llevaba dentro, muy determinado a conquistarla. La chilena llegó al programa de Cuatro sintiendo que quiere dar un paso más estable en el ámbito amoroso. Al sincerarse ella, su pretendiente aseguró verla como un diamante en bruto con mucho potencial, «pero hay que trabajar en ello para que brille», espetó. Lázaro y Colomba invirtieron la primera parte de la velada en conocerse. Y si bien parecía que iba viento en popa, al ir a contarle al equipo del programa sus impresiones reales sobre su cita, se empezó a ver que la soltera no estaba tan encantada con él. «Su energía es especial, es entretenido, pero siento que es un poco más invasivo de lo que yo estoy acostumbrada. Soy un poco más reservada», dejó caer. A medida que avanzaba la cena, la chilena comprobó que no se equivocaba. Cualquier tema que salía en la mesa, Lázaro se lo llevaba al mismo terreno. «Cuando tú pruebes Cuba, vas a decir que la fama nos precede por algo. Tenemos fama de buenos amantes y tienes que vivir experiencias», llegó a soltar el cubano cuando ella le contó que en Alemania había trabajado en un restaurante cubano. Ella volvía a quejarse, claramente incomoda y sin saber qué responderle, de que «los hombres lanzados no me gustan, siento que es demasiado invasivo y todavía no tengo la confianza». La gota que colmó la paciencia de Colomba ocurrió en el momento en el que al programa se le ocurrió convertir el restaurante en una pista de baile. Lázaro le lanzó un piropo a su cita diciéndole que le gustaba su vestido. Iba por buen camino... hasta que añadió «para arrancarlo» que disgustó muchísimo a la soltera. «Fuerte lo tuyo. Ay, por ahí no. Fue como...por ahí no. Me ha dicho eso y me cortó todo el rollo», se desahogaba. El hombre había perdido toda posibilidad de que ella le diera un 'sí' en la decisión final. Con todo, lo intentó, refiriéndose a ella como «una chica muy especial». Pero poco tenía que hacer. «Yo también encuentro que es una persona muy especial, pero no tendría una segunda cita, tu manera de comunicarte, lo del vestido de arrancármelo, para mi fue muy invasivo y yo no soy muy de esa onda», sentenció ella.

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