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¿Qué opina de la reacción de Dina Boluarte ante el grito de “¡corrupta!”?


                                 ¿Qué opina de la reacción de Dina Boluarte ante el grito de “¡corrupta!”?

Diversos profesionales comentan la infeliz frase “Tu mamá” de la presidenta Dina Boluarte para responder el cuestionamiento de un ciudadano cuando la jefa de Estado llegaba a la parada militar, el 29 de julio último. 

Profesionales de distintas áreas señalan que al responder “Tu mamá” a la crítica de un ciudadano que la veía pasar en la parada militar pasada, la presidenta Dina Boluarte mostró que no maneja sus emociones. Señalaron que ella debe comportarse según su cargo y ser más tolerante.  

Politóloga Paula Távara: “Es la misma forma en que ha reaccionado todo el tiempo”

Además de una falta de respeto, creo que está fuera de lugar para cualquier funcionario público. Existe un código de ética de la función pública y hay comportamientos que se esperan, con más razón del más alto cargo de la Nación. Y responder de esa forma a una crítica de la ciudadanía, por supuesto que se escapa de esos comportamientos, de lo que uno espera de la función.
Creo que hablamos de una persona que sigue sin identificar cuál es realmente su puesto en el sector, cuál es la honorabilidad del puesto que ella ocupa, y entonces no sabe reaccionar como funcionaria sino como una persona desde lo pasional. Es la misma forma en que ha reaccionado todo el tiempo, en este caso es un insulto, pero también cuando se niega a darle la palabra a los periodistas, cuando va y enseña que esta vez no tiene un Rolex expuesto, cuando aparece en un aeropuerto de París con un buzo cuando ella es la representante de la Nación en cualquier espacio público, aunque sea en la cola de Migraciones. Está mostrando que no ha entendido la alta investidura que ocupa.
Me cuesta pensar que perdió los papeles porque creo que es alguien que nunca sabe representar su papel. Esto fue un improperio, pero en muchas ocasiones nos ha demostrado que no sabe ocupar su posición.

Psiquiatra Martín Nizama: “Debe tener tolerancia y saber manejar sus emociones”

Un presidente representa al pueblo y es la máxima expresión de lo que es el reconocimiento de la población hacia sus gobernantes, por lo tanto el tiene la obligación de mostrar respeto por los ciudadanos.
En ese contexto de reciprocidad y respeto entre el gobernante y los gobernados la persona que está en el poder debe tener tolerancia, porque a veces hay expresiones de indignación popular y el mandatario tendrá que saber manejar sus emociones y no caer en respuestas de índole vulgar, por más que haya agresiones verbales, actitudinales o gestuales de parte del público, que además es una demostración del derecho de la persona a expresar su sentir.
El político debe tener la grandeza de soportar la indignación popular, guardar la compostura y no dar rienda a frases vulgares impropias de un gobernante en un acto cívico como es el día de la patria, donde se exhiben los valores superiores de la identidad nacional.

Analista Alberto Adrianzén: “Desprecio a la opinión pública”

Primera cosa, es increíble que una presidenta dé un discurso de cinco horas, lo que demuestra el desprecio que tiene por la opinión pública, inclusive por los parlamentarios que tiene que escuchar cinco horas de una perorata vacía. Y así como desprecia a la opinión pública, no es extraño que responda de esa manera a una persona que la acusó de corrupta.
No hay ya ninguna relación ni afectiva ni política entre la presidenta, la sociedad y la opinión pública en general. Nadie pues en su sano juicio da un discurso tan largo, nadie que sabe el abc de la política puede hacerlo, lo cual expresa su desinterés.
En realidad, un discurso de cinco horas lo que esconde en la práctica es lo que se le acusa: el tema de los relojes Rolex, el tema de la protesta social, el tema de no dar cuentas, su amistad con algunos presidentes regionales.

Antropólogo Eduardo Ballón: “Revela incapacidad de enfrentar la realidad”

La reacción la pinta de cuerpo entero. Muestra la naturaleza de su entraña, su intolerancia y su incapacidad de enfrentar cara a cara la realidad. Su reacción no es propia de una autoridad, no es propia de una persona que se pretende democrática, es absolutamente impropia de alguien que se define a sí misma como la madre de todos los peruanos. Es, obviamente, una reacción en la que ella demuestra cómo entiende su poder.
Es un acto coherente con las decisiones que han tomado con el coronel Harvey Colchado, para poner un ejemplo. O con sus frecuentes opiniones sobre los opositores. En ese sentido, su comportamiento revela sin ninguna duda su entraña autoritaria, revela una parte de la personalidad de la señora que ha pretendido negar permanentemente. Ese gesto revela el uso que hace de su supuesta condición de víctima.
Me da la impresión de que es el rostro del autoritarismo conservador que la presidenta Boluarte encarna con entusiasmo.

Abogada Ana María Vidal: “El dicho es sexista y ataca a la mitad de la población”

El hecho de atacar a las madres ya termina siendo sexista, está poniendo estereotipo de género para insultar. Ella, si bien es la máxima representante de la Nación, es una servidora pública y está cometiendo una infracción que podrá encajar en hostigamiento sexual, dado que es un dicho de connotación sexista.
Como servidora pública, esto debería servir para destituirla de su cargo si se le siguiera un procedimiento como a todos los trabajadores del Estado. Yo creo que aquí ameritaría un procedimiento administrativo disciplinario contra ella.
Es lamentable este tipo de comportamiento, pues termina siendo sexista y refuerza el insulto hacia las mujeres, atacando sistemáticamente a la mitad de la población que somos víctimas de agresiones por el solo hecho de ser mujeres. Es un ataque muy naturalizado, pero no por eso menos grave.
La ciudadanía tiene derecho a la crítica. Las personas que están en un cargo público tienen la obligación de responder adecuadamente y sustentar por qué la afirmación es falsa y acá no lo hace. Lo que hace es ir de frente al responder de una manera que daña la dignidad de las mujeres.
Da cuenta del desprecio hacia las mujeres, que puede usarlas como insulto por ser cuestionada. Repito, cualquier funcionario debería estar sujeto a un procedimiento administrativo ante actos que configuran hostigamiento sexual, porque son dichos de connotación sexista.

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