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Frank Cuesta en guerra con su exmujer: el futuro del santuario de animales en peligro

Abc.es 
La vida de Frank Cuesta (52 años), conocido por su programa 'Frank de la Jungla', está atravesando uno de los momentos más difíciles. El famoso herpetólogo y defensor de los animales, se enfrenta a una amarga disputa con su exmujer, Yu Yee , que podría costarle uno de sus bienes más preciados: el santuario de animales que creó y financió en Tailandia. Hace unos años, Frank decidió invertir sus ahorros en la creación de un santuario en Tailandia, destinado a rescatar animales del comercio ilegal. Sin embargo, debido a las restricciones legales para los extranjeros, registró las tierras de 37 hectáreas a nombre de su entonces esposa, Yu Yee, con la intención de que sus hijos heredaran el lugar cuando alcanzaran la mayoría de edad. Todo parecía marchar bien hasta que Yu Yee, tras iniciar una nueva relación con un hombre llamado Chris Korn , comenzó a exigir a Frank un pago mensual considerable por el uso del santuario. Esta demanda incluye un alquiler de 3.500 euros al mes, respaldada por documentos firmados por su nuevo novio. Este giro inesperado ha dejado a Cuesta en una situación precaria, ya que se encuentra pagando una suma que considera injusta para seguir operando el refugio. La situación es aún más sorprendente considerando que Frank luchó durante años para liberar a su exmujer de una condena de 15 años en Tailandia por posesión de cocaína, invirtiendo tiempo y recursos para lograr su liberación. A pesar de su esfuerzo y sacrificio, ahora se encuentra en una amarga disputa que amenaza el futuro del santuario y su salud mental. «Me duele hacer este vídeo y me duele hacer este directo, pero es la primera vez en toda mi vida en estos 26 años en los cuales digo que estoy hasta los cojones, estoy hasta los huevos», confesó Frank en un reciente vídeo en directo, visiblemente afectado por la situación. A pesar de los intentos de llegar a un acuerdo, las ofertas de Frank para recomprar el santuario han sido rechazadas. La única solución viable parece ser la de pagar 225.000 euros en cuatro cuotas , con la condición de que cada vez que pague una de estas cuotas, un cuarto del santuario se ponga a nombre de Zorro, uno de los hijos de la pareja. «No es algo que yo quiera ni es justo, pero al final lo más triste para mí es que es por dinero», expresó Cuesta con resignación. «No he hecho esto para que se le echen encima, pero se lo merece. Mal no le voy a desear porque es la madre de mis hijos, pero realmente la cosa ha cambiado mucho. He dado muchísimo y para mí es una persona que moralmente lo ha perdido todo». Con esta tensa situación en el horizonte, Frank Cuesta considera la posibilidad de comprar otra tierra para establecer un nuevo santuario, aunque reconoce que la valorización actual del terreno hace que esta opción sea económicamente desafiante. Mientras tanto, sigue luchando por mantener el lugar que ha sido su refugio y fuente de alegría durante tantos años.

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