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Somalia, Bélgica, Etiopía y París: Bashir Abdi sueña con el oro en maratón

Nació en Somalia, creció en Bélgica y se entrena regularmente en Etiopía: Bashir Abdi, bronce en los anteriores Juegos de Tokio en el maratón, sueña con el oro en París-2024, una cita donde se siente “casi como en casa”.

“¡Es París! Estoy deseando”: el corredor de 35 años ha estudiado al detalle los 42,195 kilómetros que le esperan, en un recorrido exigente que saldrá el sábado desde el edificio de la alcaldía de París (Hôtel de Ville) y que pasará por Versalles, antes de regresar hacia la capital para concluir en la explanada de los Inválidos. Todo ello con un desnivel positivo de 436 metros.

“Cualquier persona que haya ido algún día a París sabe que no puede haber 42 km en llano”, dice con una sonrisa, señalando que hay una parte especialmente dura hacia el kilómetro 30. “Después, hasta el final, es magnífico. Ya no hay subidas y es por el París histórico, con los monumentos”, destaca.

“Para nosotros, los atletas belgas, son como unos Juegos Olímpicos en casa”, afirmó en los meses previos a la cita olímpica, en la bruma invernal de Gante, donde vive con su esposa y sus cuatro hijos.

Una lesión de fatiga a principios de este año le tuvo dos meses de parón forzado.

El plusmarquista europeo volvió a correr a mediados de marzo y aborda estos Juegos Olímpicos lleno de esperanza en hacer algo grande.

“Espero estar más fresco que otros atletas”, dijo por teléfono a unas semanas del ‘Día D’, cuando estaba en el centro de entrenamiento de Sululta, en mitad de las colinas que rodean Adis Abeba, la capital de Etiopía.

Antes de llegar a París, Abdi pasó por Font-Romeu, en los Pirineos franceses, para una fase última de preparación en altura.

El maratón de los Juegos de París, este sábado, tendrá inevitablemente un sabor especial por la ausencia de Kelvin Kiptum, fallecido en febrero en un accidente de tráfico cuando tenía apenas 24 años.

“Fue un shock, una pérdida enorme para el atletismo”, señala Bashir Abdi, que recuerda especialmente el maratón de Chicago de octubre de 2023, donde el prodigio keniano pulverizó el récord del mundo (2:00.35).

“Me acuerdo de la víspera de la carrera, le pregunté cuál era su plan de carrera. Me respondió riendo que iba a intentar el récord del mundo. Desde el inicio de la carrera, comenzó a volar”, cuenta el atleta belga, que finalizó en ese maratón en tercera posición.

Bashir Abdi: ‘Nunca soñé con ser corredor’

La búsqueda del oro olímpico en la distancia mítica del maratón no era precisamente un sueño que tuviera de niño Bashir, que dejó Somalia cuando tenía solo 9 años.

“Cuando era pequeño no imaginaba ni siquiera que pudiera existir otro deporte que no fuera el fútbol”, destacó.

“Nunca soñé con ser corredor (...) A veces veía por televisión a los kenianos dando vueltas y vueltas. Cuando ves el fútbol, están corriendo detrás de un balón, ¡es algo vivo!”, ríe.

Poco después de llegar a Belgica, se inscribió en un club de fútbol: “Mi madre se dio cuenta de que hacía amigos y de que mi conocimiento de la lengua flamenca mejoraba, eso es clave cuando te vas a vivir a otro lugar”.

Unos años después, tras superar una lesión en la rodilla y una operación, fue dirigiéndose a las carreras de atletismo por los consejos de un amigo. El inicio no fue sencillo, pero poco a poco fue aprendiendo a disfrutar de los entrenamientos.

Llegaron luego las primeras carreras, las primeras victorias y el inicio de una nueva dedicación que dura hasta la actualidad.

Con su experiencia, ¿qué se le pasa por la cabeza en los finales de las carreras, cuando el combate es áspero y el dolor está muy presente? “Pienso en mi preparación, en los sacrificios: las concentraciones de entrenamiento lejos de mi familia”, confía, hablando también de la motivación singular que supone estar en una cita olímpica.

“Los Juegos Olímpicos son algo a alcanzar cada cuatro años antes de poder cumplir tus objetivos, tus sueños. Es algo magnífico, difícil de explicar, algo que ha cambiado mi vida”, asegura.

París-2024 supone su tercera participación olímpica y para él no deja de ser un episodio más de su compromiso con su país de adopción.

“Bélgica no es conocida precisamente por sus días soleados”, se divierte. “Pero Bélgica es claramente el país en el que me siento en casa. El país que nos ha acogido”, se enorgullece.

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