En busca de agua subterránea ante la sequía que azota los pueblos de Aragón: "La situación es insostenible"
La Diputación va a llevar a cabo seis sondeos en distintos municipios de la zona en busca de acuíferos. La extracción de agua subterránea podría ser la solución a la sequía persistente que azota Aragón, siempre y cuando se haga un uso responsable de este recurso escaso y de dominio público
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La sequía está generando situaciones dramáticas en muchos pueblos de Aragón. La comunidad va sumando localidades a la lista de aquellos lugares donde los ríos están secos, las reservas de agua se han agotado y la vecindad se ve obligada a abastecerse con camiones cisterna. El Maestrazgo, en Teruel, es una de las zonas más castigadas, aunque no es la única, la comarca Comunidad de Teruel y el Jiloca, también se suman a los problemas de abastecimiento de agua de boca, agravados en las últimas semanas, no solo por la ausencia de lluvias y el fin de las reservas hídricas, también por el aumento de población a la que garantizar este servicio básico durante la época estival.
La comarca del Maestrazgo atraviesa una situación “alarmante” en gran medida como consecuencia de la falta de nieve en los últimos dos inviernos. Los pueblos situados a mayor altitud son los que más problemas están teniendo porque, “habitualmente cuentan con abundantes precipitaciones en forma de nieve que ahora no tienen”, explica el presidente de la Diputación Provincial, Joaquín Juste, a lo que también se suma una característica a tener en cuenta, sobre todo a la hora de abastecer a través de agua extraída de acuífero: “Sus pozos de abastecimiento son, en general, menos profundos y ahora o se han desecado o son totalmente insuficientes”, concluye Juste
Ante esta situación, se ha decidido llevar a cabo nuevas perforaciones en el terreno “a mayor profundidad” para ver si encuentran agua disponible. Las poblaciones de Mirambel, Manzanera, Riodeva, Mazaleón, Abejuela, son las seleccionadas para realizar estos sondeos, también en la localidad de La Iglesuela del Cid, donde ya hay un pozo en funcionamiento, cuyo coste asumirá la Diputación Provincial de Teruel (DPT), tras la negativa del Gobierno de Aragón a hacerlo. La situación es límite, por eso en Mirambel se ha decretado el procedimiento de urgencia, para poder agilizar las tramitaciones, y se espera que los trabajos comiencen en dos semanas.
La ganadería, la gran pagana de la sequía persistente
La situación de escasez e incluso de ausencia de agua para boca es acuciante, pero no solo para los vecinos de los municipios afectados, también y de manera especial para los animales y los ganaderos que están al frente de las explotaciones aragonesas. A los problemas para encontrar pasto para alimentar al ganado, se suma la falta de agua para los rebaños de extensivo y las granjas. “Si tienen agua es porque ellos mismos la llevan a sus explotaciones con cubas”, explica Mari Carmen Soler, alcaldesa de Mirambel, una de las localidades que este año no solo no han llenado la piscina municipal ni permite agua para riego, uso urbano o limpieza de vehículos, sino que también está contando con el abastecimiento de agua de boca para la población “gracias a los camiones cisterna que traen de otros municipios los bomberos”, apunta la alcaldesa.
La semana pasada esta edil, junto al de la localidad de Cantavieja, se vieron obligados a solicitar ayuda a la Diputación provincial. “La situación es insostenible” claman ambos, ante lo que la Diputación se ha comprometido a aportar un total de 60.000 litros diarios, “que se podrán llegar a duplicar a lo largo del mes de agosto en los momentos de mayor afluencia de visitantes” en palabras de Joaquín Juste. Y es que en verano muchos pueblos llegan a triplicar su población, y más, sobre todo en las fiestas locales, pasando de una media de 100 habitantes a cerca de 300, a los que se suma el goteo constante de turistas. El agua que proporciona la Diputación, procedente de otros pueblos en los que también hay escasez “llega a generar problemas entre las poblaciones” ante el miedo a quedarse también todos sin abastecimiento, reconocen desde la administración pública.
En el caso de la ganadería, son los y las dueños de las explotaciones quienes se ven obligados a buscar agua en otras localidades y llevarlas hasta sus animales. Los afectados solicitaron al Gobierno de Aragón ayuda para poder sufragar los costes derivados del problema de la sequía y el abastecimiento de agua para los animales, pero la administración en manos del PP y de VOX denegó esta petición. Precisamente este lunes, el grupo parlamentario socialista en las Cortes de Aragón ha presentado una iniciativa para solicitar ayudas urgentes por la “sequía extrema” que sufren zonas como la del Maestrazgo, que recoge una línea de ayudas urgentes para el abastecimiento de agua tanto a los núcleos de población como a las explotaciones ganaderas, así como para el desarrollo de infraestructuras o el apoyo a otros sectores económicos que se están viendo afectados por la sequía, como los bares y los restaurantes.
Al margen del debate en la tribuna política, los ganaderos denuncian la “flagrante falta de apoyo del gobierno de Aragón”, tras denegar la petición de ayudas. “En Castellón necesitan millones de litros de agua para las empresas y los tienen. A ellos la Diputación y la Conselleria les ayudan a paliar la situación extrema y extraordinaria que estamos pasando”, explica Adrián Martí, ganadero en el Maestrazgo que apostó por continuar con el negocio familiar, una granja de cerdas madres y de engorde que trabaja por su cuenta “sin integradoras” lo que supone ya de por sí “un reto”.
Ganaderos de ovejas, cerdos, vacas o pollos se están viendo obligados a traer agua por su cuenta desde otras localidades para poder mantener a los animales, que no solo necesitan beber, también mantener limpias las instalaciones por la salubridad de los animales. Martí denuncia que, en los últimos tiempos cada vez sufren una mayor carga burocrática, además de los recientes cambios en la Política Agraria Común (PAC) y precios de mercado que no rentan con la inversión que conlleva el mantenimiento de la producción, sobre todo “en las pequeñas explotaciones”, subraya Martí, que además ahora “tenemos que asumir los costes de traer agua por una sequía prolongada. Así no se puede seguir en los pueblos pequeños” denuncia el ganadero. “Si no nos ayudan, los pueblos se quedarán vacíos”, sentencia.
¿Podrían ser los pozos la solución a la sequía?
En general, los acuíferos ofrecen una fuente sostenible y de confianza de agua, crucial para la agricultura, la industria y, sobre todo, para el suministro de agua potable para comunidades enteras, especialmente “en zonas remotas donde las infraestructuras hidráulicas convencionales, normalmente de aguas superficiales, no llegan”, apuntan desde el área de Hidrología de la Comisaría de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Los pozos de agua permiten explotar el recurso que procede de los acuíferos, formaciones geológicas que almacenan y trasmiten agua, y que podríamos asimilar a embalses subterráneos naturales.
¿Podrían ser estos pozos una solución a largo plazo? La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) dice que “sí” y añade que los serán siempre y cuando “se respeten las condiciones de recarga del acuífero y no se sobreexplote” sentencia.
El suministro de agua extraída de la tierra a través de un pozo puede durar décadas, algunos expertos señalan 20 años, y otros llegan incluso a citar 50 años. Pero los pozos también se secan: por una parte, debido a la “disminución de la recarga natural de los acuíferos por situación de sequía prolongada”, explican desde el área de Hidrología de la Comisaría de Aguas de la CHE, o por “la sobreexplotación de los acuíferos”, añade. ¿Puede un pozo que se ha secado volver a tener agua? La respuesta también es afirmativa. Los pozos pueden desecarse y el agua puede volver a tener presencia en ellos, aunque este hecho dependerá de varios factores, y el primordial es que “llueva lo suficiente para que se recarguen los acuíferos”.
Cada vez son más los usuarios del agua que encuentran en los pozos la vía para abastecerse de agua para riego y consumo, y por este motivo la comunidad científica advierte de que, si no se controla correctamente este uso, los niveles de los pozos y sondeos cada vez serán más bajos.
Sondeos en busca de agua
En Teruel se van a llevar a cabo seis sondeos en busca de agua. Las características de la perforación de un pozo dependen fundamentalmente de la ubicación, la profundidad a la que se encuentra la capa acuífera, y las características geológicas locales (materiales, estructura, etcétera). En general, la perforación de un pozo de agua puede llevar desde unos pocos días hasta varias semanas.
Previamente se lleva a cabo un importante trabajo de recopilación de información a través de estudios previos, cartografía geológica, y aplicación de técnicas geofísicas, entre otros, “que permitirán seleccionar un punto en el que resulte probable alcanzar la capa acuífera objetivo” pero “resulta necesario verificar que la perforación alcanza la capa objetivo y ajustar el diseño del pozo a la realidad encontrada durante la perforación”, señala la CHE.
El siguiente paso, una vez que se ha llevado a cabo la perforación y el equipado del pozo, es realizar ensayos que permitirán estimar las características hidrogeológicas del entorno del mismo para dimensionar las bombas para la impulsión y evaluar la calidad del agua para distintos usos, principalmente. La prospección sirve para comprobar y ajustar las características del bombeo para el abastecimiento.
Debido a que las aguas subterráneas, al igual que las superficiales, son de dominio público, se requiere además de un procedimiento administrativo para obtener el derecho al uso privativo de las aguas subterráneas. Aunque, si el volumen anual a explotar no supera los 7000 metros cúbicos el proceso es más sencillo.
Los sondeos no solo se están llevando a cabo en Aragón y son más habituales de lo que se conoce. En otros puntos de España también se están haciendo estas prospecciones porque, como recuerdan desde la CHE “son obligadas para confirmar y definir la explotación” de un bombeo concreto de aguas subterráneas.