Unas excavaciones cerca de Granada sacan a la luz elementos de la época imperial romana, entre los siglos I y IV de nuestra era
Unas excavaciones arqueológicas en la Villa Romana de Las Gabias , un municipio muy próximo a Granada , han permitido hallar elementos de la época imperial, lo que quiere decir entre los siglos I y IV de nuestra era. Los trabajos se han llevado a cabo en la galería subterránea que se conoce como el criptopórtico, del que se llegó a decir que albergaba un baptisterio paleocristiano Según ha detallado la delegación provincial de Cultura de la Junta de Andalucía , responsable de las excavaciones, se ha localizado el acceso original a la galería y una escalinata monumental de la que se conservan cinco peldaños en mármol. También se ha excavado la parte exterior de la bóveda de la galería, localizando un pavimento que indica la existencia de, al menos, un espacio abierto y transitable sobre la misma, también inédito y que cambia la imagen del edificio. La citada delegación provincial ha asegurado que trabaja en la redacción de un proyecto para la conservación y musealización que permita la visita pública al monumento. Asimismo, prepara un programa de visitas guiadas al yacimiento , que se desarrollarán a lo largo de la segunda mitad de este año. Antonio Manuel Montufo , inspector del yacimiento, ha explicado que las excavaciones han sido limitadas ya que su objetivo era la toma de datos de apoyo para el proyecto de musealización que se está redactando, a pesar de lo cual han aportado «resultados espectaculares». Los trabajos han sido dirigidos por el arqueólogo Manuel Moreno Alcaide y han recuperado gran número de piezas que formaban parte de la decoración del edificio, como teselas y placas de mármol llegadas de todo el Mediterráneo, algunas de ellas con forma de animales, que formaban parte de la rica decoración de opus sectile que adornaba el interior de la estancia. El delegado de Cultura en Granada, Fernando Egea , ha declarado que estas investigaciones subrayan la singularidad de este lugar, en el que el criptopórtico «debió formar parte de un gran conjunto de edificios, aún por descubrir, articulado por patios porticados y jardines». El conjunto de la galería, con su escalera monumental de acceso y sus ventanales laterales de iluminación, y la sala final, cubierta con la bóveda, con una fuente y una escalera de caracol, todo ello profusamente decorado, la hacen una construcción única en el sur de Hispania, con paralelos en las grandes villas imperiales en las proximidades de Roma o Pompeya . En 1972, Manuel Sotomayor realiza una pequeña intervención arqueológica y promueve la expropiación de parte del yacimiento por el Estado, aunque no se pudo materializar la de la parcela de una familia local donde se sitúa el acceso al criptopórtico. Estas circunstancias han impedido la realización de investigaciones sistemáticas en la galería y sus inmediaciones, así como labores de restauración o conservación, languideciendo el yacimiento en manos de los beneficiarios de su descubridor. En 1995, la Universidad de Granada realizó otra pequeña excavación en los terrenos de la Junta de Andalucía, gracias a la cual se descubrieron una almazara y restos de habitaciones, datos que contribuyeron a la reinterpretación del sitio como una gran villa romana, descartando así la primera explicación de la galería como un baptisterio. La Villa Romana de Las Gabias fue descubierta de manera fortuita por Francisco Serrano en 1920, cuando las lluvias provocaron un derrumbe parcial en sus tierras. El elemento más destacado es el ahora conocido como criptopórtico, una monumental construcción subterránea que consistente en una larga galería abovedada de más de 30 metros de longitud que culmina en una estancia cuadrangular cubierta por una cúpula. La construcción estuvo ricamente decorada y contenía una fuente en mármol. Desde su descubrimiento en 1920 hasta 1921, cuando el arqueólogo Juan Cabré realiza la primera excavación sistemática, el yacimiento fue intensamente expoliado, y se perdieron elementos singulares como una fuente octogonal de mármol blanco, de la que sólo se conserva el negativo y un pequeño fragmento, así como la mayor parte de los zócalos y piezas de sectile en mármol y mosaicos que decoraban la construcción. La labor de Cabré permitió poner en el mapa este importante yacimiento, que por sus características fue interpretado como un baptisterio paleocristiano, nombre con el que sigue siendo conocido. Tras la excavación, se sucedieron nuevos expolios hasta que en 1929 Leopoldo Torres Balbás ejecutó el vallado y la restauración de la galería, actuaciones que se complementaron con la declaración como Monumento Histórico Artístico en 1931. Tras este momento, y hasta la década de 1970, el yacimiento cayó en el olvido.