El Balcón del Guadalquivir de Córdoba encara cambios para mostrar un nuevo rostro
Durante muchos años, Córdoba ha vivido de espaldas al Guadalquivir , concebido como una barrera que quedaba al margen del entramado urbano de la ciudad. Sin embargo, a partir de los 90, se impulsaron una serie de intervenciones para que la capital se volviese a asomar a su llamado Río Grande y a recuperar ese vínculo indisolumbre forjado desde la misma fundación de la urbe cordobesa. Entre las intervenciones, se levantaron los puentes del Arenal y Miraflores ; se derribó el murallón de la margen izquierda y se llevó a cabo el plan de Miraflores con terrazas que se acercaban gradualmente al agua. Pero una de las actuaciones más recientes que modificaron el aspecto de la ciudad y consiguió una mayor integración del río fue el proyecto de rehabilitación del Balcón del Guadalquivir , hace ya dos décadas. Ahora, en plena 'pubertad' tardía, este enclave se prepara para nuevos cambios en su fisonomía, que cambiarán el boceto que proyectó y vio ejecutar en su día el artífice de la remodelación de esta zona, el reputado arquitecto Juan Navarro Baldeweg . Se trata, por un lado, de la colosal obra del tanque de tormentas , un descomunal depósito de 103 metros de largo por 48 de largo y 24 de profundida, el primero de los cinco que se instalarán en la capital en la próxima década. Servirá para evitar las avenidas del caudal del río en épocas lluviosas, además de que evitará que lleguen aguas residuales al río. El otro cambio significativo en el Balcón, aunque éste no afectará al diseño en sí del enclave, pero sí (y mucho) a su más destacado icono, será la retirada del avión cultural , anunciada la pasada semana por el Ayuntamiento cordobés. Con respecto al tanque de tormentas, la titánica obra, que arrancó el pasado septiembre a cargo de la Empresa Municipal de Aguas de Córdoba (Emacsa) y que está llevando a cabo la UTE FCC Construcción y Viguecons Estévez, se encuentran al diez por ciento de su ejecución, según se avanzó hace unos días. La intervencón dejará un Balcón del Guadalquivir con otra 'cara'. Bajo el enorme aljibe (que tendrá capacidad para almacenar 23.170 metros cúbicos de agua, es decir, 10 piscinas olímpicas) el espacio se someterá también a una reforma en superficie , que afectará, principalmente, a las fuentes que antes ocupaban ese lugar -aún no se ha concretado cómo quedará-. Además, se plantarán más árboles para dotar de sombras la explanada dominada por el hormigón. La invasiva actuación que mantiene acotado con chapas gran parte de la zona, cuenta, como cualquier obra, con la aceptación resignada de vecinos y viandantes. «Es una mejora para la ciudad y espero que mejore estéticamente la zona. Parece que las fuentes que había las van a quitar y lo veo bien porque estaban abandonadas; podrían aprovechar para modernizar un poco más esta parte y la de la Ribera», explica Paqui, una joven madre que suele pasear por este mirador. «De la obra me enteré hace dos días porque no soy de aquí y la verdad es que impacta porque ocupa una gran parte del paseo, pero bueno, si funciona bien y sirve para mejorar la gestión del agua y ayudar a mantener el río más limpio, perfecto», explica, por su parte, Ángel, otro transeúnte que guarda un vículo emocional con el Balcón, ya que «fue aquí donde estuve por última vez con mi padre; por eso me ha chocado verlo todo ahora tapado por la obra», señala. Judith, que sí vive en la zona, aprueba una actuación que considera «necesaria», siempre y cuando «se mantengan las zonas verdes». Pero lo que más le preocupa es «toda la suciedad que hay en los balcones más pegados al río. Hay mucha basura y cristales ; si vas con un niño o con un perro se pueden cortar. Habría que hacer algo con ello, porque no todo es hacer obras; después, hay que cuidar la limpieza e higiene», apunta. A quien sí está afectando la construcción del tanque de tormentas más allá de por las molestias típicas de una intervención de este calado, es al restaurante El Mirador del Río . Uno de sus responsables, Alfredo Romeo, reconoce que «hemos perdido mucha clientela porque, por ejemplo, desde el centro comercial, nuestro negocio no se ve y al eliminar el paso (ahora se hace junto a la carretera), todos aquellos que se paraban a tomar algo ya no lo hacen. Entendemos que se trata de una obra pública y no nos queda otra que esperar, pero lo cierto es que con esta obra han bajado nuestros ingresos». De hecho, según Romeo, han tenido que prescindir de personal, «y si antes trabajaban unas 20 personas, ahora apenas llegan a cinco». En cuanto a la retirada del avión cultural, la noticia sí que ha generado desconcierto y tristeza entre los cordobeses, y motivado las críticas de colectivos y de algunos partidos de la oposición municipal. La decisión se toma después de trece años y múltiples intentos fallidos para dotar de contenido cultural a la aeronave, que ha sido objeto del vandalismo en más de una ocasión. Ahora, el Consistorio le ha dado un mes al propietario de la aeronave para que lo retire. Si no lo hace, el gobierno municipal actuará de oficio. Cuando ya no ocupe el lugar privilegiado en el que se encuentra, el Balcón del Guadalquivir cambiará en las fotos, ganando más zona verde . «Es un referente de la ciudad. La gente queda aquí, se ha convertido en un símbolo de esta zona y es una verdadera pena que lo quiten. El Balcón del Guadalquivir se va a quedar 'vacío' sin su avión», manifiestan los viandantes consultados. Helena, que reside en el barrio del Arcángel no oculta su pesar ante la noticia. «El avión se colocó con motivo de la Capitalidad Cultural de 2016 . Finalmente, no la conseguimos, peor el DC-7 recuerda aquel momento en el que toda la ciudadanía fue a una por ese sueño que no logramos. Debería quedarse y, a ser posible, que se hiciera algo con él de una vez por todas, no como ha pasado todos estos años, que se ha abandonado por completo». «Va a ser raro cuando se lo lleven de aquí», explica Manuel, mientras pasea a su perro por el Balcón del Guadalquivir. «La zona se va a quedar con ese hueco. Nos guste o no, el avión ya forma parte de Córdoba ». Por su parte, la plataforma Aeropuerto Ya ha calificado la retirada de la aeronave como una «decepción» y considera «inaceptable que la ciudad pierda un trozo de patrimonio por la falta de gestión del Ayuntamiento y con la complicidad del resto de administraciones públicas».