Un error, un artista, un misterio y otro error
Mediados de los noventa. En la mitra: Carlos Amigo, en el Consejo: Antonio Ríos. Hay una especie de movimiento neomístico que llega a las hermandades populares. Eran los tiempos en los que al palio de la Estrella lo pusieron como el del Calvario. En el Buen Fin gobierna Javier Vega. El escultor Dubé de Luque tiene una vinculación grande con la hermandad. No en vano en 1995 y en secreto tuvo que intervenir al crucificado un domingo de pasión porque se resbaló en el cajillo de la cruz cuando se colocaba en el paso. Fue el mismo día del pregón de Juan Foronda. «Todas las rosas -dijo Juan- tienen sus espinas» Dubé mantenía con Álvarez Duarte una cordial enemistad. Nunca se confirmó pero hay quien lo sitúa como parte de la iniciativa de suprimir el misterio de la cofradía, obra de juventud del Luis. El autor, cuando supo que quitaban sus figuras se ofreció a hacer las reformas necesarias. Pero Vega en 1997 convoca cabildo de hermanos para quitar el misterio y dejar al Cristo solo en el paso, algo que iba en contra de la tradición iconográfica de la cofradía. En cabildo vota que sí. 25 años después, en 2021, ese mismo cabildo votó lo contrario. Darío Fernández, el deseado Un proyecto excepcional. El Cristo salió solo desde 1998. Pero aquello no funcionó. La imagen así no mejoraba lo que había. A medida que pasaban los años comenzaron a pensárselo. Algún hermano mayor buscó magdalenas antiguas a ver si el paso recuperaba algo de lo que fue. Pero hasta que no llega a la junta Juan Antonio Díaz en el año de pandemia no se coge el toro por los cuernos. En septiembre de 2021 votan recuperar el misterio y en 2022 conocen el proyecto de Darío Fernández, uno de los escultores más solicitados del panorama nacional. Tras Las Cigarreras y la Milagrosa de Arteaga y el Polígono de Álvarez Duarte, el del Buen Fin de Dario iba a ser uno de los grandes proyectos patrimoniales escultóricos de este siglo. El asombro Semana de Pasión. Miércoles de Pasión. 19'00. Las puertas de la iglesia de San Antonio se abren y en el centro aparece el misterio ya en el paso y junto al Cristo. No han presentado las figuras antes porque, como bien dice el escultor, estas no se entienden fuera de las andas, más amplias, adaptadas por Oscar Caballero. Jesús Corral y Rafael Vallejo, los artífices del milagro estético del Buen Fin rematan todos los detalles del estreno. Darío Fernández es un escultor que mima cada obra. La perfección del acabado pone en valor a cada una de las figuras pero aquí lo importante es el conjunto. Sobre todo dos, el Nicodemo figuras, Nicodemo que abre la escena con una posición que invita a mirar al crucificado y una excelente representación de María Magdalena que bien podría formar con el Cristo una única iconografía. Una semana antes del Miércoles Santo la sensación que existe en la hermandad es que por fin se ha dado con lo que se estaba buscando. Un misterio de una calidad como el que más, que perdure por los siglos de los siglos. La lluvia El misterio se moja en el estreno «La hermandad del Buen Fin ha decidido hacer la estación de penitencia...» Las palabras son recibidas con el acostumbrado aplauso. Era la primera del día que determina poner los pasos en la calle, solo seguida por El Carmen. El cielo encapotado que provoca la suspensión del resto de salidas no hace presagiar nada bueno. Y ese nada bueno es la mojada que se lleva el estreno más esperado de muchas Semanas Santas, Lo malo no es que las figuras se empapen, que también, lo malo es el mensaje que se transmite: «llueve, pero no nos importa» El fenómeno de las cofradías anfibias ha ido más allá del Lunes Santo que fue donde nació. Es como un virus que finalmente termina por picar a quien menos te lo esperas. Qué profeta fue el recordado Juan Foronda: «Todas las rosas tienen sus espinas»