Afuera del RIGI, el agro propone su propio régimen y promete inversiones millonarias
El ministro de Economía, Luis Caputo, se presentó en un evento ante los empresarios del sector agropecuario y los invitó a ser "protagonistas" e invertir para la reactivación de la actividad. Desde el campo hay molestia por haber quedado excluidos de adherir al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). Por ese motivo, propondrán al Congreso su propio RIGI: una ley de inversión agroindustrial, que promete generar u$s 18.000 millones en inversiones en toda la cadena de valor.
Terminada la exposición de Caputo en la Bolsa de Cereales la semana pasada, donde en reiteradas oportunidades pidió que los empresarios inviertan, El Cronista consultó cuál será la respuesta del agro. Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), contestó: "El Congreso decidió que la agroindustria no necesitaba un RIGI, así que estamos excluidos, la verdad que no nos gustó para nada eso, porque el agro tiene una capacidad de invertir y generar en muy pocos meses un resultado".
En este sentido, afirmó que tienen una contrapropuesta: "Fue una decisión del Congreso, por eso estamos proponiendo un proyecto de Ley de Inversión Agroindustrial, con un cuarto de los estímulos del RIGI, para generar u$s 18.000 millones de inversión, que es lo que hemos evaluado en todas las cadenas del agro".
No es un proyecto nuevo el que está trabajando el agro. Más concretamente, es el que trabajó el Consejo Agroindustrial, constituido durante la presidencia de Alberto Fernández con más de 50 entidades de la agroindustria. Su coordinador, José Martins, hoy presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, había logrado reuniones con decenas de dirigentes políticos, incluida la exvicepresidenta, Cristina Kirchner. El proyecto llegó al Congreso y contaba con el apoyo tanto del oficialismo como de la oposición de ese momento. Pero con un Congreso paralizado, pasó el tiempo y perdió estado parlamentario.
En mayo de este año, volvió a ser presentado en la Cámara de Diputados. El proyecto se titula Régimen de Inversiones para el Desarrollo Agroindustrial (RIDA). Su autor es el peronista Miguel Ángel Pichetto, y entre sus coautores se encuentran legisladores de otros partidos, como el radical Rodrigo De Loredo.
En este "RIGI del agro" los plazos están pensados por 3 años, prorrogables por otros 2. Entre los beneficios se encuentran la amortización acelerada para inversiones, saldo técnico por inversiones en bienes de uso, certificado de crédito fiscal intransferible para insumos, valuación de hacienda con incentivos a la invernada y menor pago del impuesto a las Ganancias en fondos comunes de inversión.
Por eso Idígoras asegura que este régimen no tiene "ni un cuarto" de los beneficios del RIGI. El régimen de inversión que aprobó el Congreso, y al que pueden acceder empresas de minería o de energía (entre otros 7 sectores), tiene una clave fundamental en materia cambiaria. Quienes adhieran y sean exportadores, podrán tener libre acceso a divisas de manera gradual, y al tercer año será del 100% de libre disponibilidad. Una forma de blindarse del cepo cambiario.
Todos reclaman su propio RIGI
De todos modos, una vez que salga la reglamentación, que se publicará posiblemente esta semana, se espera que puedan adherir otros sectores que no están en la ley. ¿Cómo lo harían? Entrarían a través del capítulo de infraestructura o tecnología, que son más amplios. "Se puede ser mucho más generoso que el actual RIGI, porque la autoridad de aplicación tiene un amplio margen para actuar", afirmaron desde un estudio de abogados que participó con sugerencias en la redacción del RIGI. A cargo de decidir quién ingresa al RIGI quedará el Ministerio de Economía como autoridad de aplicación.
El RIGI cuenta con una serie de beneficios muy atractivos para las empresas. Por fuera de lo cambiario, baja 10 puntos de impuestos como Ganancias y permite litigar en tribunales del exterior. Por ese motivo, los sectores que se quedaron afuera buscan su propio RIGI. Al igual que el agro, las cámaras pymes e industriales trabajan en lo que será la Ley Pyme.