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Revisión a la baja en el crecimiento esperado para México

A diferencia de los dos años anteriores, las revisiones de los pronósticos del consenso de los analistas respecto al crecimiento esperado de la economía mexicana para éste y el siguiente año han sido a la baja. De niveles esperados iniciales del 2.4 por ciento y 2.0 por ciento para el 24 y el 25, en las últimas encuestas publicadas, el consenso de los analistas se encuentra en el 1.80 por ciento para este año, y 1.59 por ciento para el 2025.

Esta semana INEGI publicará este lunes su Indicador Oportuno de la Actividad Económica con estimaciones preliminares del IGAE de junio y julio. El próximo 22 publicará el IGAE de junio, y la estimación revisada del PIB al segundo trimestre. Sus estimaciones oportunas eran de un crecimiento del +0.9 por ciento para el IGAE de junio (IOAE) y un crecimiento del +1.1 por ciento anual en el PIB al segundo trimestre, con lo que el crecimiento del PIB en el primer semestre se calculó preliminarmente en +1.5 por ciento anual.

Nuestros indicadores oportunos son más bajos. Para el IGAE de junio, nuestra estimación en base al IBAM es de una contracción del 1.3 por ciento anual, con lo que el PIB del segundo trimestre podría ubicarse en +0.4 por ciento anual, y el PIB del primer semestre en +1.1 por ciento anual.

Esta desaceleración en el segundo trimestre llama la atención por el gasto exacerbado que debe haberse ejecutado antes de las elecciones. La lógica nos llevaría a intuir que el trimestre de mayor vigor debiera de haber sido el segundo trimestre, previo a las elecciones. Ya hemos comentado en este espacio, que una de las principales razones de esta desaceleración tiene que ver con un deterioro de nuestro comercio externo.

Para el mes de julio, la estimación que arroja nuestro Indicador anticipado es de una variación del +1.74 por ciento anual, lo que implicaría una mejoría en la actividad económica en general, respecto a los dos meses anteriores. Sin embargo, es difícil que la actividad se recupere de manera consistente por diversas circunstancias.

Del lado negativo se tiene diversos factores que deben estar afectando el desempeño de la actividad productiva como son:

1. El retraso del pago a proveedores en todo el sector público, particularmente en Pemex.

2. La natural evolución del gasto público posterior a un periodo de elecciones presidenciales y ante el fin del sexenio.

3. La postergación de las inversiones ante el fin del sexenio y la incertidumbre sobre las políticas públicas y los programas de gobierno del próximo sexenio.

4. La incertidumbre sobre las elecciones presidenciales en Estados Unidos, y las constantes amenazas a México en los discursos de las campañas, particularmente por el candidato Donald Trump, quien, de ganar la presidencia, volvería a imponer políticas comerciales proteccionistas. El reciente cambio de estafeta en el Partido Demócrata para la nominación de la vicepresidenta Kamala Harris para la candidatura presidencial, en lugar del presidente Biden, ha dado un nuevo impulso a los demócratas en la contienda, pero la incertidumbre prevalece, ante un posible rechazo de los resultados ante una elección muy cerrada, con posibles episodios de descontrol.

5. La intención del presidente AMLO de avanzar en la agenda del denominado plan C, ante un posible control de Congreso en ambas cámaras por parte de Morena, con lo que se incrementa la probabilidad de que sea modificada la Constitución para dañar la autonomía del Poder Judicial y desaparecer diversos organismos autónomos reguladores, lo que ha creado un freno contundente en las decisiones de inversión.

6. Los problemas internos de la Inseguridad y la falta de Estado de derecho, así como el no poder ofrecer energías renovables, infraestructura, recursos hidráulicos y personal calificado, también están afectando a la Inversión.

7. El ajuste que tiene que realizarse en las finanzas públicas en el próximo y los siguientes años, con el gasto creciente que implican los programas sociales, hace difícil que la economía pudiera crecer en los siguientes años sin generar fuertes presiones inflacionarias.

Del lado favorable, hay que destacar lo siguiente:

1. El fenómeno del “nearshoring” sigue presente y representa una enorme oportunidad.

2. Los nombramientos que se le han permitido hacer al la presidenta electa han generado una excelente impresión por parte de los círculos empresariales y la sociedad en general.

3. El planteamiento que en términos generales se ha dejado conocer por parte del equipo de transición de lo que será el Plan de Gobierno del próximo sexenio están dejando la impresión de un posible gobierno más amigable a la inversión privada, a las energías renovables, y diversas oportunidades de inversión, dentro de un marco de finanzas públicas con responsabilidad.

Ante estos escenarios hemos revisado a la baja nuestros escenarios con una expectativa de crecimiento para este año del 1.2 por ciento anual y del 0.5 por ciento anual para el siguiente ejercicio.

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