Sevilla sólo tiene cuatro piscinas públicas, una por cada 171.000 habitantes
Charo Cortés vive en Sevilla Este y tiene un hijo de once años. Este verano lo pasa en la ciudad trabajando como auxiliar de ayuda a domicilio, con la excepción de alguna escapada esporádica a la playa. El problema es que su piso, en un bloque de doce plantas, no tiene piscina. Le pasa lo que la inmensa mayoría de viviendas de la capital hispalense, que no tienen esta instalación, algo que supone un contratiempo cuando el termómetro sube y, sobre todo, en una ciudad en la que el calor llega en mayo y no se va casi hasta finales de octubre. Por eso Charo se las apaña como puede con su hijo. «Aquí estamos aguantando el tirón. Me mudé... Ver Más