El mensaje del papa Francisco a todos los que pregonan la fe católica en el mundo: "Siempre sean.."
El papa Francisco envió un mensaje para todos los catequistas y los fieles del mundo y recordó Pío X y lo aclamó como el propulsor del catecismo moderno de la Iglesia católica. Además, se refirió a la vida previa de este líder de la Santa Sede como un ejemplo a seguir.
Durante su audiencia general, el referente del Vaticano citó a Don Giuseppe Sarto, obispo de Roma durante la primera mitad del siglo XX, ya que el calendario litúrgico festeja hoy su solemnidad.
¿Cuál fue el mensaje del papa Francisco a todos los que pregonan la fe católica en el mundo?
El 21 de agosto, la Iglesia católica homenajea a todos los formadores en la fe, es decir a los catequistas. Por eso, el papa Francisco dedicó su homilía a todos ellos, pero con referencias de su antecesor, Pío X.
"Hoy, conmemoración de San Pío X, celebramos el Día del Catequista. Pensamos en nuestros catequistas que tanto trabajan y son los primeros en llevar adelante la fe en algunos lugares del mundo", comenzó en su exhortación.
El referente del Vaticano recordó la "preocupación innata y la actividad ministerial" de Sarto. Luego, se citó la labor de este líder eclesiástico respecto a la elaboración del nuevo catecismo (los dogmas de la Iglesia) y en particular su vocación de "ayudar incluso a los menos instruidos, en aquel momento una gran masa social, a interiorizar los fundamentos de la vida cristiana".
¿Qué recomendó el papa Francisco a los catequistas?
El ex cardenal Jorge Bergoglio apuntó a un objetivo claro: "Devolver a Jesucristo al centro de la atención de todos los creyentes fue también el gran deseo de San Pío X, cuya memoria celebramos hoy. Por su intercesión, que el Señor os conceda experimentar siempre su cercanía amorosa".
"Recemos hoy por los catequistas para que el Señor les infunda valor y les permita seguir adelante", cerró.
¿Qué dice el evangelio del miércoles 21 de agosto?
Mateo 20, 1-16
"En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: 'El Reino de los cielos es semejante a un propietario que, al amanecer, salió a contratar trabajadores para su viña. Después de quedar con ellos en pagarles un denario por día, los mandó a su viña. Salió otra vez a media mañana, vio a unos que estaban ociosos en la plaza y les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña y les pagaré lo que sea justo'. Salió de nuevo a medio día y a media tarde e hizo lo mismo.Por último, salió también al caer la tarde y encontró todavía a otros que estaban en la plaza y les dijo: '¿Por qué han estado aquí todo el día sin trabajar?' Ellos le respondieron: 'Porque nadie nos ha contratado'. El les dijo: 'Vayan también ustedes a mi viña'.Al atardecer, el dueño de la viña le dijo a su administrador: 'Llama a los trabajadores y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta que llegues a los primeros'. Se acercaron, pues, los que habían llegado al caer la tarde y recibieron un denario cada uno.Cuando les llegó su turno a los primeros, creyeron que recibirían más; pero también ellos recibieron un denario cada uno. Al recibirlo, comenzaron a reclamarle al propietario, diciéndole: 'Esos que llegaron al último sólo trabajaron una hora y, sin embargo, les pagas lo mismo que a nosotros, que soportamos el peso del día y del calor'.Pero él respondió a uno de ellos: 'Amigo, yo no te hago ninguna injusticia. ¿Acaso no quedamos en que te pagaría un denario? Toma, pues, lo tuyo y vete. Yo quiero darle al que llegó al último lo mismo que a ti. ¿Qué no puedo hacer con lo mío lo que yo quiero? ¿O vas a tenerme rencor porque yo soy bueno?'De igual manera, los últimos serán los primeros, y los primeros, los últimos'''.