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Dólar y agro: la medida que podría tomar el Gobierno para disparar las reservas

El campo no se baja de la pelea por lograr una mejora en lo que reciben a cambio de sus granos e insiste con llegar a algún tipo de acuerdo con el Gobierno. La eliminación o la baja fuerte de las retenciones ya quedó descartada para este año -al menos hasta hoy y según lo que afirman en el Gobierno-, aunque ahora van por reducirlas hasta el 25%, desde el 33% que está vigente.

Esta variable tampoco tiene demasiado consenso en el oficialismo, pero mientras intentan saber si hay terreno fértil para negociar algo, en el sector ya hacen algunos números que explicarían por qué una negativa oficial, desde los números, sería positiva.

Un trabajo elaborado por el consultor en agronegocios Pablo Adreani, por ejemplo, sostiene que con esa baja de ocho puntos porcentuales de las retenciones a la soja y derivados habría una diferencia muy importante entre lo que tiene que ver con el costo fiscal y el ingreso de dólares que se podría generar.

En cuanto al primer aspecto, el estudio apunta que si los derechos de exportación fueran de un 25%, a las cuentas del Estado eso le representaría u$s 960 millones. Sin embargo, cuando se observa el volumen de dólares que podrían ingresar si cambian las condiciones exportadoras -que hoy justamente traban la liquidación de los granos-, la ecuación sería totalmente favorable.

Según la consultora, quedan sin vender y sin fijar cerca de 21 millones de toneladas de soja de la cosecha actual y 13 millones de toneladas físicas y disponibles en poder de productores, a lo que se le deben sumar ocho millones de toneladas pendientes de fijar. Esto suma u$s 8.600, una cifra nada despreciable para engrosar las reservas del Banco Central.

Es decir: si se produjera esa potencial baja de ocho puntos, y solo en el caso de la soja, el costo fiscal sería muy inferior a lo que ganaría la economía.

El problema que surge aquí es que el Gobierno hoy prioriza -además de la baja de la inflación- la búsqueda del déficit cero como punto alto de su gestión, y no está dispuesto a "perder" un solo peso mientras esté en ese camino.

Del otro lado, entiende que la llegada fuerte de dólares llegará, aunque evidentemente no de parte del agro, que todo indica que aportará un caudal de dólares al menos 15% inferior a la media de los últimos tres años.

Todo al blanqueo

La gran apuesta oficial es que el aporte fuerte de divisas se de este año llegue a través del blanqueo de capitales, que aunque hoy es difícil saber cuál puede ser la cifra que finalmente se alcanzará, algunas estimaciones sostienen que podría andar por los u$s 40.000 millones.

El agro ya viene presionando desde hace tiempo por lograr una mejora que le de mayor rentabilidad a sus exportaciones. La apuesta máxima fue la de eliminarlas en el caso de los granos, pero desde el Gobierno ya bajaron el mensaje de que esto no ocurrirá este año.

Tampoco prosperó por el momento la idea de una reducción de este impuesto, algo que sin dudas tendría un rápido efecto sobre el caudal exportador, pero que hoy es imposible con la premisa del déficit fiscal de por medio.

La Argentina viene perdiendo mucho terreno en la producción sojera: a partir del ciclo 2015/16 la superficie sembrada de la oleaginosa sufrió una reducción ininterrumpida, hasta llegar a 16,9 millones de hectáreas. Esto llevó a que, en la última década, la superficie implantada cayera 3,9 millones de hectáreas, lo que implica pérdidas de retenciones por u$s 28.502 millones.

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