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Puente culpa al PP y a Talgo del caos de Renfe en verano

Abc.es 
Solo falta escuchar que «con Franco los trenes iban mejor», en estos términos ha empezado Oscar Puente, el ministro de Transportes y Mobilidad Sostenible, su comparecencia en el Senado para justificarse –a petición del PP– por el caos ferroviario que se ha vivido este verano en España . La sesión venía 'caliente' por la avería el pasado jueves de un tren AVE que realizaba el trayecto Vigo-Madrid, obligando a cambiar de convoy a 500 pasajeros, y por otra el martes que interrumpió todo el tráfico de alta velocidad en la estación de Chamartín. Son los dos últimos episodios de un verano marcado por los retrasos y colapsos, el más grave de los cuáles ocurrió el pasado cinco de agosto, cuando los pasajeros de un Avlo que llevaban tres horas atrapados en la entrada de Madrid tuvieron que romper los cristales de los vagones para no asfixiarse . Sí, el ministro ha pedido perdón a los pasajeros y ha reconocido que casi el 80% de los trenes Avril (el nuevo modelo de alta velocidad que entró en servicio el pasado mayo) registraron retrasos durante el mes de agosto, pero sus disculpas han venido acompañadas de una serie de ataques contra el anterior gobierno del PP y el fabricante de trenes Talgo, a los que sitúa -sobre todo a los primeros- como los responsables de los incidentes. A esto, no obstante, lo ha precedido una perorata con la que ha pretendido justificar que el operador público «vive en España el mejor momento de su historia», ha dicho. Así ha empezado el ministro, con una lección de historia que se ha remontado al verano del 2007, cuando la duración del viaje entre Madrid y Valladolid era de de 2h y 25m, «y ahora es de 55m», ha recordado. Ha continuado con Madrid-Málaga, que en este tiempo ha pasado de 5h y 2m a 2h y 45m, y luego Madrid-Valencia, Madrid-Alicante, etc. Asimismo, ha destacado que en este tiempo el avión ha pasado de representar el 85% de la cuota entre Madrid-Barcelona a solo el 15% actual, o que este puente de agosto han viajado un 12% más de personas que hace un año, con trenes ocupados de media al 97%. También ha comparado este 23 de agosto con el mismo día de 2019, subiendo un 67% el tráfico y un 36% la ocupación. Con todo esto, lo que ha venido a decir el ministro es que « nunca ha habido un mejor servicio ferroviario que el que se presta en España en este momento ». Es más, también ha avanzado que «los próximos cinco años van a ser sencillamente espectaculares», prometiendo incorporar Cantabria, Euskadi, Navarra, La Rioja y Extremadura a la alta velocidad en este tiempo. También se ha comprometido a que Almería haga lo propio «pronto». Sobre el caso de Extremadura el ministro ha tenido un rifirrafe con el senador de Vox, Ángel Pelayo Gordillo Moreno, que le ha afeado que presuma de récords de pasajeros en la comunidad cuando lo que se esconde debajo es una falta acuciante de servicios. Sobre las críticas, se ha defendido asegurando haber «escuchado en tertulias hablar de la España del 92 como la referencia en materia ferroviaria. En ese momento solo se movían seis trenes al día por sentido, 4.164 plazas. Hoy, cada día, se mueven en España 532 trenes con 115.000 personas. Por supuesto, los seis trenes que se movían entre Madrid y Sevilla en 1992 llegaban a su hora, pero no tenía gran mérito. Ahora llegan en hora el 76% de esos 532 trenes», ha explicado. Esta mención a la Barcelona del 92 le ha servido para contestar a las críticas de los senadores de la oposición, que le han reprochado la decisión del Ministerio de cambiar el compromiso de puntualidad de Renfe , que ahora ya no devuelve el dinero por retrasos de 15 o 30 minutos, como en los últimos 30 años, sino solo a partir de una hora de demora. El ministro ha justificado el cambio porque el compromiso era del año 1992, y según él ya no es viable con el actual volumen de trenes y «en un escenario de mucha obra de infraestructura y con un sistema muy tensionado». Sobre esto, Puente ha recordado que el año pasado Renfe abonó 42 millones de euros en indemnizaciones; mantener el modelo «era un suicidio económico» , ha zanjado. Buena parte de la comparecencia del ministro ha girado en torno a las obras en la estación de Chamartín, un nudo de comunicaciones que centraliza el tráfico ferroviario con el cuadrante noroeste y las líneas de alta velocidad con el Norte y Levante. Según el ministro, el estudio informativo previo que autorizó las obras, que fue realizado por el anterior Gobierno, no acertó a prever que en 2024 el volumen de pasajeros se habría multiplicado por cinco y que, ha dicho, « este año se superará lo que estaba previsto alcanzar en 2040, más de 12 millones de viajeros ». Sobre el túnel entre Chamartín y Atocha, que es un foco de problemas porque solo tiene una vía que cada vez que se bloquea detiene todo el tráfico, más de lo mismo. «Ese túnel yo no lo he licitado ni adjudicado», ha afirmado, antes de prometer que cuando culmine la ampliación de esta estación y la de Atocha «todos los tramos serán de vía doble». También ha criticado al PP en lo que refiere a los nuevos modelos de alta velocidad, la serie 106 (Avril). El ministro ha recordado que fue el anterior gobierno el que a adjudicó la fabricación de los trenes a la española Talgo, con una rebaja del 43% en el precio de licitación. Lo barato acaba saliendo caro , ha venido a decir, además de anunciar una segunda reclamación contra la compañía, después de la que ya presentó por el retraso en la entrega de las unidades.

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