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Grupos narco recurren a semisumergibles de alta tecnología para meter droga a Costa Rica

El 11 de agosto pasado, una lancha narco de bajo perfil, conocida como semisumergible, fue interceptada a 128 kilómetros de Cabo Matapalo, en la península de Osa. Esta contaba con tecnología más avanzada de lo habitual, que incluía sistemas para hundir la embarcación en caso de ser capturados, además de una ventilación especial para mejorar la oxigenación de los tripulantes durante su trayecto.

En esta operación, realizada en colaboración con aeronaves estadounidenses, se capturó a un ecuatoriano y dos colombianos, y se decomisaron 2.180 kilos de cocaína.

Este es un considerable avance tecnológico desde noviembre del 2006, cuando Costa Rica decomisó su primer semisumergible en una operación conjunta con Estados Unidos, a más de 60 kilómetros de Cabo Blanco, Guanacaste, con tres toneladas de cocaína y cuatro tripulantes extranjeros. Desde entonces, el país ha confiscado 31 de estas embarcaciones utilizadas por el narcotráfico.

Además, en estos 18 años, el Ministerio de Seguridad se ha de incautado 19 toneladas de droga a bordo de semisumergibles y ha arrestado a más de dos decenas de tripulantes, principalmente en la costa del Pacífico, donde se han realizado 26 de los 31 decomisos registrados.

Semisumergible cae con 2,2 toneladas de cocaína en el Pacífico Sur

La lucha contra estas embarcaciones ha sido constante, especialmente en la última década, con un auge notable en el 2018, cuando se decomisaron cinco semisumergibles, superado incluso por el 2019, con siete decomisos, la mayor cantidad registrada. Entre el 2020 y 2021, la incidencia bajó, pues se hallaron cuatro en cada uno de esos años. En el 2022 volvió a subir a seis casos, y en el 2023 solo se detectaron dos.

El ministro de Seguridad Pública, Mario Zamora Cordero, señaló que la creciente sofisticación de estas embarcaciones, equipadas con tecnología avanzada y capacidad para largas travesías, responde a las grandes ganancias de los carteles del narcotráfico.

“Esto implicó (hace años atrás) traer a territorio colombiano expertos rusos en la construcción de sumergibles. Empezaron a construir sumergibles y semisumergibles. Muchos sumergibles encallaban por temas técnicos que nunca fueron subsanados. Otros desarrollaron semisumergibles, lo que los hace difícilmente detectables para las fuerzas de seguridad”, declaró el jerarca.

Piloto de Guardacostas de EE. UU. relata cuán difícil es detectar semisumergibles del narco

“Gracias al esfuerzo técnico del Guardacostas de Costa Rica y al apoyo del avión radar de los Estados Unidos, se logró la detección de uno de estos semisumergibles que reflejan alta tecnología en uno de sus compartimentos y la capacidad de cargar más de dos toneladas de droga”, señaló Zamora, refiriéndose a la captura del 11 de agosto.

Los semisumergibles, construidos con madera y fibra de vidrio, miden entre 10 y 20 metros de longitud y pueden albergar hasta cuatro tripulantes. Su diseño permite que solo sobresalgan unos 20 o 30 centímetros del nivel del mar, lo que los hace difíciles de detectar. Con una capacidad de carga de hasta cinco toneladas y equipados con sistemas avanzados de navegación, estas embarcaciones representan un desafío constante para las fuerzas de seguridad.

Casos destacados

El hallazgo de agosto fue el primero en aguas costarricenses en este 2024. Esta nave narco procedente de Colombia medía casi 14 metros de largo, era propulsada por tres motores de 90 caballos de fuerza cada uno y, al estar pintada de azul, se hacía casi indetectable para aeronaves de patrullaje.

Uno de los casos más destacados el año anterior fue el de un semisumergible de 13 metros de largo y dos metros de ancho, con 2,2 toneladas de cocaína a bordo, y tres tripulantes de Ecuador y Colombia, quienes fueron capturados en agosto por Guardacostas 200 kilómetros al oeste de punta Llorona, en la península de Osa.

Mario Zamora, ministro de Seguridad Pública, aseguró en aquel momento que el cargamento incautado estaba valorado en más de $17 millones, equivalentes a ¢9.350 millones.

En octubre del 2021, a 20 millas náuticas de Golfito, policías interceptaron una nave con un cargamento de 1.778 paquetes de cocaína valorados en unos ¢7.900 millones. Además de detener la embarcación, valorada en ¢948 millones, los oficiales aprehendieron a dos colombianos y a un ecuatoriano.

Más de dos años antes, en mayo del 2019, un semisumergible fue localizado en playa Llorona de Corcovado, en Osa, con más de dos toneladas de cocaína. La nave, que contaba con tres motores fuera de borda y medía 50 pies de largo (15,24 metros), llevaba 81 sacos con drogas y tres tripulantes, quienes huyeron por la montaña.

Horas después, los policías observaron a tres personas que caminaban por la playa, y les dieron una voz de alto. Sin embargo, uno de los sujetos sacó una arma de fuego, disparó contra los oficiales e hirió a un guardaparques en el abdomen. Luego, se dieron a la fuga.

Después del ataque, fueron detenidos dos extranjeros: uno de nacionalidad colombiana y otro chileno nacionalizado colombiano, y un día después fue arrestado un costarricense de apellido Caballero.

Ese mismo mes, también en playa Llorona, voluntarios del Parque Nacional Corcovado hallaron un semisumergible encallado en la arena, con 81 bultos de cocaína. En apariencia, cerca de la embarcación había cuatro hombres, los cuales se internaron en la montaña al notar la presencia de personas en la playa.

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