Perrito de tartar de salchichón: así es el bar del centro de Málaga que lo prepara
FOMO es un bar del centro de Málaga que abría sus puertas a principos de este año para avivar la oferta gastronómica de la ciudad con un conceto que combina bar, juegos y todo tipo de experiencias que buscan conquistar al público millenial. Una taberna moderna que ofrece productos con ADN malagueño e invita al público local a disfrutar del espacio más allá del universo gastro.
Las siglas FOMO 'Fear Of Missing Out' -miedo a perderse algo- es toda una declaración de intenciones. Que el diseño de su logo esté en letras de scrabble, también. Porque a FOMO no solo se va a comer. Se va a jugar, reír y a sumergirse en la cultura millenial a través de diferentes elementos que reviven otra época, como los pomperos o las palabras que decoran las paredes del local, como troll, lol, spoiler o random o salseo.
Sopa de letras, uno de los juegos de FOMO BarSu propietario, Ricardo Álvarez, que ya revolucionó el mundo de las tartas de queso con su otro negocio, La Cheesquería, ha apostado por crear un espacio de tapeo y vinos, donde además, se hacen sopas de letras, se busca la interacción entre comensales, y se puede enviar un mensaje en una servilleta a la mesa de al lado, bajo la misión de un ligoteo divertido.
En cuanto a su propuesta gastronómica, los productos malagueños llevan la voz cantante, incluyendo gildas -hasta seis tipos diferentes-, tapas, medias y raciones, quesos, chacinas, vermús y vinos -todos de Málaga-.
Perrito de tartar del salchichón: el plato estrella de FOMO
Entre sus tapas, encontramos ensaladilla, croquetas -de pulpo, estilo takoyaki, y de rabo de toro-, salmorejo con bondiola y huevo de codorniz, pepitos y molletes, patatas bravas o fideos tostados con chipirones encebollados.
También hay boquerones en vinagre caseros, mejillones en escabeche picante hechos por ellos, atún rojo en manteca colorá, también elaborado en FOMO, aguacate de la Axarquía a la llama con pico de gallo, bikini de carrillera de vaca vieja a la cordobesa y queso Montes de Málaga o flamenquín de ternera con janón ibérico y crema de queso.
Pero hay una que se ha ganado el cariño del público por encima de todas. Se trata del perrito malagueño, un pan brioche relleno de tartar de salchichón de Málaga y salsa de pedro ximénez (4,50 euros la unidad) que se ha convertido en un must de la experiencia. Un bocado que desde su perfil de Instagram aseguran que ha sido de los favoritos desde su apertura, el pasado 14 de febrero.
Las siglas FOMO 'Fear Of Missing Out' -miedo a perderse algo- es toda una declaración de intenciones. Que el diseño de su logo esté en letras de scrabble, también. Porque a FOMO no solo se va a comer. Se va a jugar, reír y a sumergirse en la cultura millenial a través de diferentes elementos que reviven otra época, como los pomperos o las palabras que decoran las paredes del local, como troll, lol, spoiler o random o salseo.
Sopa de letras, uno de los juegos de FOMO BarSu propietario, Ricardo Álvarez, que ya revolucionó el mundo de las tartas de queso con su otro negocio, La Cheesquería, ha apostado por crear un espacio de tapeo y vinos, donde además, se hacen sopas de letras, se busca la interacción entre comensales, y se puede enviar un mensaje en una servilleta a la mesa de al lado, bajo la misión de un ligoteo divertido.
En cuanto a su propuesta gastronómica, los productos malagueños llevan la voz cantante, incluyendo gildas -hasta seis tipos diferentes-, tapas, medias y raciones, quesos, chacinas, vermús y vinos -todos de Málaga-.
Perrito de tartar del salchichón: el plato estrella de FOMO
Entre sus tapas, encontramos ensaladilla, croquetas -de pulpo, estilo takoyaki, y de rabo de toro-, salmorejo con bondiola y huevo de codorniz, pepitos y molletes, patatas bravas o fideos tostados con chipirones encebollados.
También hay boquerones en vinagre caseros, mejillones en escabeche picante hechos por ellos, atún rojo en manteca colorá, también elaborado en FOMO, aguacate de la Axarquía a la llama con pico de gallo, bikini de carrillera de vaca vieja a la cordobesa y queso Montes de Málaga o flamenquín de ternera con janón ibérico y crema de queso.
Pero hay una que se ha ganado el cariño del público por encima de todas. Se trata del perrito malagueño, un pan brioche relleno de tartar de salchichón de Málaga y salsa de pedro ximénez (4,50 euros la unidad) que se ha convertido en un must de la experiencia. Un bocado que desde su perfil de Instagram aseguran que ha sido de los favoritos desde su apertura, el pasado 14 de febrero.