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Crearon una nueva forma de trabajar y sumaron como inversores al fundador de Flybondi y al CEO de Old Navy

"No puede ser que la única manera de trabajar en un proyecto sea siendo un emprendedor", se cuestionaron cuatro ingenieros que se conocieron estudiando en el ITBA. La inquietud se transformó en un proyecto y este en una start up, Seeds, una plataforma que ofrece talento validado para trabajos por proyectos que esperan facturar este año US$ 6 millones.

Hoy, con 2.000 personas que registran por mes -aunque se quedan validados un 10 por ciento- y unas 30 empresas activas que trabajan con seeders, la firma atrajo la atención del fundador de Big Box y co fundador de Flybondi, Gastón Parisier y del CEO de la marca norteamericana Old Navy, el argentino Horacio Barbeito, además de los fundadores del unicornio chileno, Cornershop. "Cuando conocí Seeds lo que me atrajo fue que acercaran talento de alto calibre a organizaciones. Estoy en una etapa de mi carrera en la que he aprendido a reconocer oportunidades", asegura Barbeito.

La empresa, que llegó a México y a Chile, trabaja con grandes compañías que son las que están dispuestas a pagar por el talento, entre ellas Unilever, Banco Galicia, Cervecería Quilmes, Naranja X, Mercado Libre, Coca-Cola Andina, entre otras. A la vez está dando los primeros pasos en los Estados Unidos, donde ya se instaló Ignacio Basso, fundador y CEO de start up.

"Nuestro primer paso es ganar Latinoamérica, ser el first mover y por eso también tenemos en mira Brasil", dice el emprendedor a la vez que asegura que lugar quieren que ocupe el talento argentino: "No queremos que Argentina sea el lugar para contratar gente barata, que fue el modelo que se instaló en la pandemia. Si hay una ventaja competitiva hay que aprovecharla pero que no sea el diferencial".

Los comienzos fueron allá por 2018, cuando Martín Calzetti e Ignacio Basso dejaron el mundo corporativo para dar una solución a una tendencia que pedía su generación en cuanto a la forma de trabajar. Un poco después se sumaron al proyecto Ian Teperman y Stefano Rossi.

"Cuando terminás la carrera en una de las grandes universidades lo clásico es que salgas perfilado para el mundo corporativo", comienza a explicar la génesis de Seeds, Basso, quien lleva en su sangre genes emprendedores. Ignacio es hijo de Juan Carlos Basso, dueño de la conocida autopartista que nació en Rafaela, Santa Fe, cuyos productos llegan a 33 países.

En su caso, con la expectativa de tener una experiencia corporativa propia y no entrar al negocio familiar, ingresó como joven profesional en Aerolíneas Argentinas y fue después de un tiempo que sintió la necesidad de tener más autonomía para elegir proyectos. "A Martín, que pasó por Quilmes y en ese momento estaba en Bain, le pasó algo similar y empezamos a hablar sobre la idea de que tenía que haber otra forma de trabajar", cuenta Basso.

Horacio Barbeito, CEO de Old Navy apostó por Seeds

Del otro lado la compañía que hace una apuesta fuerte en un programa de atracción de talento y que, en algunos casos, no cumple sus objetivos. "En la última charla con mi jefe me planteó el lado de la empresa: te seleccionan para ser parte de un programa increíble, te forman y hacen todo para que este contente", recuerda el emprendedor que estuve en la organización dos años. "La empresa me había contratado para que sea un futuro líder y yo ya no estaba dispuesto a hacer ese camino. En cierta forma los dejé en banda", reflexiona.

Martín tiene una charla parecida con los socios de Bain -sigue Basso- "y nos dimos cuenta a había muchos Tinchos y Nachos, como nos gusta decir bromeando".

"Hay un montón de gente que hoy no conecta con el espíritu de subir la escalera corporativa y busca una alternativa, pareciera que la única opción es ser emprendedor aun sabiendo que la tasa de fracaso muy alta", explica el co-fundador y CEO de Seeds, quien cree que si bien compiten con la consultoría y con el empleo temporal realmente están creando una categoría nueva.

"La consultoría promete resultados y entendemos que hay un intangible que la consultoría traer pero, en mi mirada, ese intangible no vale lo que cobran. Creo que es una intermediación demasiado cara. Nosotros estamos dando vuelta eso: el que gana es realmente la persona que realiza el proyecto y no la que lo consigue", señala.

Ser puente y unir necesidades

Cuando los emprendedores se dieron cuenta que había un problema real, jóvenes que no quieren hacer una carrera corporativa y empresas que sufren esta realidad, comenzaron a trabajar en una forma de en la que pudieran ser puentes. "Ese era el propósito para nosotros, encontraba una forma de unir a las empresas de hoy con el talento de mañana".

De esta forma, las empresas acceden a un pool talento ‘validado' que no elige trabajar de la forma tradicional pero sí está dispuesto a hacerlo en un proyecto con un propósito claro. "Las personas, por su lado, están dispuestas a hacer una carrera como independiente siempre y cuando nosotros le demos acceso a oportunidades de trabajo", suma Basso que explica el proceso que hicieron como emprendedores para llega a lo que es Seeds hoy.

El primer tema que abordaron fue como darle libertad a la gente que no quería trabajar de la forma tradicional. "El segundo issue fue dar valor agregado a las compañías, validar el talento que sí trabajaría en una organización por proyectos con propósitos claros", suma el CEO de la iniciativa, quien aclara: "No son proyectos operativos, no son de data entry, son proyecto de impacto que, en promedio, tiene una duración de nueve meses".

Gastón Parisier, fundador de BigBox y Flaybondi

"El trabajo independiente se daba mucho en los roles operativos del que se ocupan las agencias de empleo temporal. Y en la otra punta, en roles muy digitales o exclusivamente creativos como desarrolladores, diseñadores. Y nosotros decíamos el 90% del talento no está acá", detalla Basso.

En el caso de Seeds, la propuesta buscó darle una solución a la persona que busca trabajar de una manera distinta. "No es que nos olvidemos de la empresa, entendimos que es el talento el agente de real de cambio, o sea la persona es la que está sufriendo, nosotros mismos éramos los que sufríamos en la relación laboral tradicional", cuenta el emprendedor y sigue: "Después entendimos que para que nosotros podemos tener una alternativa alguien tenía que estar dispuesto a pagar".

Ser puente significaba entender la necesidad de las personas que querían poder elegir cómo desarrollar su carrera, tener una carrera que no dependa una sola empresa y, del otro lado, empresas u organizaciones que acepten esto. La pregunta que se hicieron en este sentido fue: "qué le podemos ofrecer a la empresa".

La respuesta: "Darle acceso a gente que de otra manera no iba a acceder, con un proceso de trabajo mucho más eficiente que los procesos de recluting tradicional resolver toda la cuestión de pagos, de legales, de compliance, de selección de las personas, de su seguimiento". De hecho, la relación con el profesional siempre es a través de Seeds aunque es la empresa la que decide cuánto quiere pagar por el servicio que se le está prestando.

A su vez, en cuanto al por qué una empresa contrataría talento externo para un proyecto, las causas son múltiples, según cuenta Basso: desde buscar un reemplazo por una licencia, para llevar adelante un proceso de transformación operacional o por que la empresa está creciendo muy rápido y necesita el mejor talento lo más rápido posible.

Seeds hoy

Fue así que, a fines de 2019, la plataforma se transformó de un servicio en el cual se conectaba a personas con proyectos en empresas, a dar tecnología.

"A las personas le pagábamos más de lo que recibía el promedio en general en un laburo tradicional o una consultoría tradicional y a la empresa, en general, le costaba menos", explica Basso.

Pero en un momento los emprendedores vieron que tenían que escalar porque en esa modalidad podían llegar a tener 10-15 personas trabajando, pero no creían que mucho más. "Nuestro sueño era conseguirle trabajo a 1000-2000 personas y, para eso, necesitábamos dar tecnología". Ahí fue cuando Ian Teperman, el director de Producto de la start up, y Stefano Rossi, director de Datos, empezaron a diseñar el plan para transformar a Seeds en una plataforma de talento basada en la tecnología para dar mayor eficiencia, mayor rapidez a los clientes.

A mediados de 2020, se suma al equipo -no como socio- Santiago Weber, el CTO, que es quien desarrolla toda la tecnología que es propiedad de la firma.

"Teníamos que lograr que ésta modalidad de trabajo sea de calidad para las compañías para diferenciarnos de las plataformas de freelance tradicionales, 1.0 como se las llama, que acceden un pool de miles de personas que no se saben ni quiénes son buenos y quiénes no", grafica el CEO de Seeds.

Así, la curaduría que ofrece Seeds es el proceso de validación. "Es un proceso que diseñamos nosotros integrando diferentes tecnologías y nos permite validar a escala miles de personas todos los meses", detalla.

De esta forma cualquier persona se puede registrar, no se utiliza el formato de CV, sino que hace un input de información en la plataforma que va validando esta data. "Vos me decís que tenés habilidad para inglés, te hacemos un test; me decís que sos experta en Python, te hacemos un test para ver cuánto sabés y validamos si realmente sos experta o sos semi senior", ejemplifica Basso.

El objetivo de este proceso es transformar el perfil de la persona en un dataset de información real de habilidades, experiencias y conocimiento. "Acá no hace falta que te vendas, el sistema tiene que saber quién es la persona adecuada para cada compañía", dice.

Entonces, una vez que una empresa tiene una necesidad, ingresa una búsqueda en la plataforma. El sistema usando IA interpreta lo que el cliente necesita y empieza a comparar perfiles y recomienda a algunas personas que es lo que se le presenta a la compañía. "Los perfiles que les presentamos a las empresas son personas para trabajar en un proyecto específico, son perfiles que ya tienen las habilidades y conocimientos necesarios para resolver su problemática actual", comenta el emprendedor.

De todas formas, una vez que una compañía contrata 10, 15 personas, Seeds ya puede armar un histórico y ver el perfil de personas que elige esa empresa.

Por otro lado, para lograr atraer al talento que quiere trabajar freelance, la start up, que sabe que compite con plataformas mundiales, impulsan que se registren sin costo. "En algunos grandes marketplaces internacionales si querés visibilidad tenés que pagar. Nosotros queremos que estén los mejores. Si están los mejores vienen las compañías", cuenta Basso. Por otro lado, la gran apuesta es a la creación de una comunidad, donde incluso se les da beneficios, por ejemplo, en la asistencia médica.

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