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Loas a su gobierno y al crecimiento anual de 1%: AMLO en su adiós

Lleno sí, pero no abarrotado, el Zócalo capitalino cobijó por penúltima vez a Andrés Manuel López Obrador por su sexto Informe de Gobierno como Presidente de México, y donde echó mano de su público fiel para demostrar el apoyo del “pueblo” a la reforma judicial y a Claudia Sheinbaum, presidenta electa, quien estuvo presente en el acto.

A mitad del mensaje, del cual había advertido –y cumplió– duraría dos horas, el mandatario hizo mención de la reforma al Poder Judicial, la cual generó un aplauso masivo y la consigna: “¡Fuera (Norma) Piña!”.

Como “es más divertido”, realizó su clásica encuesta a mano alzada, preguntando qué preferían, que los ministros sean electos por el Presidente y el Senado o por el pueblo.

La respuesta mayoritariamente fue por voto popular, y hubo más aplausos y gritos, los cuales seguramente se escucharon en el edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), ahí donde despacha la ministra presidenta de la Corte, a la que “hay que hacer jugo”, gritaron simpatizantes de Sinaloa.

“Esto ayuda a entender cuál es el sentimiento del pueblo. Y también para que lo internalicen nuestros vecinos, amigos y vecinos de Estados Unidos”, agregó el mandatario.

Resaltó que se tiene que seguir gobernando con democracia, pues “los oligarcas quieren poder sin pueblo, pero al carajo con eso”.

El Ejecutivo no escatimó en corear hasta en tres ocasiones un “¡presidenta, presidenta!”, y siempre fue secundado, aunque no tanto como con el tema de la reforma judicial.

Dio golpecitos a su atril de madera, que resonaron por el lado de la Catedral Metropolitana.

“Imagínense que no hubiera decidido el pueblo por la Presidenta...Por eso me río, porque las cosas que van a quedar pendientes estoy absolutamente seguro que se van a cumplir por lo extraordinario que es Claudia Sheinbaum”, sostuvo.

La comprometió frente a sus simpatizantes en dos temas: concluir el Tren Insurgente y crear un museo para los murales del Centro SCOP.

Cual si fuera concierto, preguntó dos veces a su público: “¿Ya se cansaron?”. “No”, respondió la mayoría, aunque algunos ya empezaban a moverse por el intenso Sol.

El sexto informe tuvo también clase de historia y se constituyó de una serie de logros por sector.

A seis años, López Obrador demostró que sigue sin olvidarse de Felipe Calderón: “Y eso que yo no presumí que iba a ser el presidente del empleo, pues miren, somos el segundo país con menos desempleo”.

Además, comentó que, desde 2021, el crecimiento promedio es de 3.4 por ciento anual y, pese a la pandemia, “vamos a terminar el sexenio con un crecimiento promedio de 1 por ciento, algo excepcional”.

Los temas que más bulla le causaron fue el sistema de salud “mejor que el de Dinamarca”, la reducción de la pobreza, etiquetar a los comunicadores como “mercenarios”, “cortar de tajo” la corrupción y el reconocimiento a los migrantes.

Su “asignatura pendiente” es resolver el caso de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa.

Reconoció que deja un México que todavía padece el atraso causado por los “oligarcas insensibles”.

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