La rival de Badosa: Emma Navarro, la hija de un tiburón financiero que vive su mejor momento
El duelo de cuartos de final de en el US Open entre Paula Badosa y Emma Navarro será, aunque no lo parezca, un encuentro entre neoyorquinas. Badosa nació allí hace 26 años, hija de padres españoles que vivían en la Gran Manzana. También vio la luz en esa ciudad la estadounidense Navarro, su rival. Ninguna de las dos se quedaron. La familia de Badosa regresó a España cuando ella tenía siete años y la de Navarro se mudó pronto a Charleston, la coqueta ciudad costera de Carolina del Sur. Más allá de eso, sus vidas no tienen mucho en común. No es que Badosa creciera en la miseria -ni mucho menos-, pero el nivel económico de su familia es incomparable con la de su rival. Ella es la hija de Ben Navarro, un italoamericano -pese al apellido de origen español- que ha logrado una fortuna descomunal como tiburón financiero. Uno de sus negocios es comprar la deuda de morosos de tarjetas de crédito por una miseria y perseguirlos para recuperar con creces su inversión. También es el propietario de un banco especializado en ofrecer tarjetas de crédito a clientes con salud financiera cuestionable. Sus inversiones incluyen el mundo del deporte: trató de comprar un equipo de la NFL, los Carolina Panthers, en 2018 y en 2022 se quedó con los derechos del Open de Cincinnati, la previa del US Open. Navarro ha tenido también un nacimiento tenístico diferente al de Badosa. La española destacó en el circuito junior, mientras que la estadounidense optó por el poderoso campeonato universitario de EE.UU., donde conquistó el título individual en 2021. Pese a la fortuna de su familia, ella ha sido clase obrera del tenis. Después de dos años en la Universidad de Virginia, dejó el campus en 2022 para intentar hacerse hueco en el circuito profesional. Se dio un plazo de dos años para demostrar que tenía un futuro y este año se ha confirmado, con un ascenso imparable, en el que se ha subido hasta el puesto 13º del ránking mundial. Llegó a tercera ronda en Australia, a octavos en Roland Garros, a cuartos en Wimbledon y, al menos, también a cuartos en Nueva York. Lo ha logrado tras amargar la fiesta a sus compatriotas: tumbó a Coco Gauff en Wimbledon y lo ha hecho también aquí en octavos, con toda la parroquia local entregada a la joven estrella estadounidense, ganadora aquí el año pasado. Badosa pudo con ella en Roma este año, pero ahora Navarro -una jugadora consistente y veloz- jugará en casa. «Creo que tengo a mi favor que ya he jugado en Arthur Ashe», dijo sobre su duelo con la española en la central del torneo. «Espero tener a la afición conmigo. Badosa es una gran jugadora, con muy buen servicio y grandes golpes desde el fondo. Va a ser un desafío, pero tengo muchas ganas».