David Broncano y la alquimia de la nada
Hace unos quince años estuve comiendo con un periodista que trabajaba como asesor de El Terrat. Le conté que había dejado de ver a Buenafuente porque me frustraba que tuviera invitados interesantes a los que no hacía preguntas sustanciales. Me contestó que en la empresa eran conscientes de la superficialidad militante del producto, pero que Andreu tenía claro que en la franja de la noche los espectadores no quieren programas para informarse o aprender, sino para vaciar la cabeza. Lo que buscamos a esas horas es calma, sonreír un poco y entrar en el estado zen deseable antes de m ...