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Harris arrincona a un Trump a la defensiva en un áspero debate

Fue el primer debate, y posiblemente el último, entre la demócrata y el republicano que aspiran a la presidencia de Estados Unidos. A pesar del desafío lanzado por Kamala Harris, de momento no hay previstos más duelos.

Desde el inicio, Harris, de 59 años, tomó la iniciativa, ofreciendo un apretón de manos al expresidente republicano de 78. “Se la notó enrgética y bien preparada. Quizás su punto débil volvió a ser su cambio de posturas en algunos temas como el fracking” ha dicho en la antena de RFI el politólogo Eduardo Alemán de la Universidad de Houston que resalta que Trump “tuvo una noche difícil”.

Al gesto cordial, le siguió hora y media de enfrentamientos transmitidos por el canal ABC desde Filadelfia, cuna de la democracia estadounidense en el este del país.

La economía fue uno de los terrenos donde más se cruzaron las acusaciones.

“Nos dejó el peor desempleo desde la Gran Depresión (…) la peor epidemia de salud pública en un siglo (y) el peor ataque a nuestra democracia desde la Guerra Civil, y lo que hemos hecho es limpiar el desastre de Donald Trump”, afirmó Kamala Harris.

La vicepresidenta no soltó a Trump, de quien esperaba que cayera en la trampa de la provocación. Lo acusó de difundir un “montón de mentiras” sobre el aborto que “insultan a las mujeres”, así que como que sus seguidores se dormían en sus mítines.

El partido demócrata está muy contento con el desempeño de Harris desde su nominación y (ahora) Harris ha pasado una prueba muy importante en su rol de candidata” sentencia el politólogo Eduardo Alemán en RFI.

Putin “se comería vivo” a Trump

Harris sostuvo que “dictadores y autócratas están deseando” que Trump vuelva a ser presidente porque pueden manipularlo “con halagos y favores”.

El presidente ruso Vladimir Putin “se comería vivo” a Donald Trump y ya estaría sentado en Kiev si el republicano fuera presidente”, enfatizó.

Trump se negó por su parte a decir si desea o no una victoria de Ucrania frente a Rusia.

También hablaron de la guerra en Gaza, uno de los temas que preocupa a los votantes.

“Ella odia a Israel. Si se convierte en presidenta, no creo que Israel exista en dos años”, dijo el expresidente. Como cabía esperar ella lo negó.

Trump, que evitaba mirar a su contrincante, tachó a Harris de “marxista”, que convertiría a EEUU en un Venezuela con esteroides, al tiempo que le endilgó un fracaso en la política migratoria del Gobierno que integra.

“Muchas de estas personas que llegan son criminales, y eso también es malo para nuestra economía”, sostuvo el expresidente republicano.

Tenemos millones de personas que llegan a nuestro país desde prisiones y cárceles, desde instituciones mentales y manicomios, y están llegando y están tomando puestos de trabajo que ahora ocupan afroestadounidenses e hispanos y también sindicatos”, dijo.

De perros y gatos

“En Springfield se están comiendo a los perros. La gente que entró se están comiendo los gatos, las mascotas”, aseguró, refiriéndose a un rumor sin fundamento que sus seguidores han replicado en las redes sociales que acusa a inmigrantes haitianos de comer animales de compañía en Ohio (noreste).

Se desconoce si el debate de este martes permitirá inclinar la balanza claramente hacia un partido cuando faltan ocho semanas para unas elecciones presidenciales muy reñidas.

Harris pudo contar al término del encuentro con el respaldo de la cantante Taylor Swift, con una enorme influencia sobre millones de jóvenes, que prometió en la red social Instagram votar por ella porque “lucha por aquellos derechos y causas” que “necesitan una guerrera que las defienda”.

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