El ingeniero de la UNALM que volvió al Perú en el principal exportador de arándanos del mundo: "Decían que no era posible cultivarlo en el país"

El Perú es hoy el principal exportador de arándanos en el mundo por tercer año consecutivo. En 2023, obtuvo un récord histórico al superar los US$ 64.000 millones, siendo China el principal destino de los envíos. Sin embargo, pocos saben que este logro nacional lo empezó un ingeniero de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM) con un presupuesto de S/1.000.

Luego del gigante asiático, Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá e India son los mayores exportadores de esta fruta, por la que hace 15 años nadie apostaba en el Perú y que según la teoría no era posible producir en el país.

El ingeniero de la UNALM que convirtió al Perú en el primer exportador de arándanos en el mundo.

Carlos Gereda viene de una familia de agricultores desde su bisabuelo, por lo que su pasión por las plantas la lleva en la sangre. En 2022, cuando se encontraba cursando los últimos ciclos de la carrera de Ingeniería en Gestión Empresarial en la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), su padre, quien había estado en una gira tecnológica en Chile, le muestra una revista en la que se mencionaba un cultivo que se presenciaba como un boom en el país sureño y le reta a averiguar más al respecto.

“En ese momento el acceso a la información no era como hoy y Google no tenía tanta información como ahora, así que consulté en la universidad, pero nadie sabía. Empecé a hacer mis investigaciones y quedé con ese ‘bichito puesto’”, señaló en el canal de Youtube Gurú Motivación.

Entre 2005 y 2006, Carlos viajó a Chile y a Argentina para tratar de entender cómo era ese cultivo y cuáles eran sus potencialidades.

“Nos dimos cuenta de que era una fruta muy apetecible por los antioxidantes. Se hablaba de una categoría nueva de frutas que iba a empezar a sobresalir, las Smart fruits, que eran frutas con muchos beneficios para la salud, así era el arándano y se veía que iba a tener un futuro prometedor”, indicó.

Nadie apostaba por el Perú

Luego de conocer la potencialidad de este fruto, el gran reto empezó cuando notó lo difícil que era traer aquel producto al Perú. Nadie quería venderle la planta, señalando que el país nunca iba a poder ser competidor, debido a que la costa no cuenta con horas-frío.

En agricultura, se hace referencia a las horas de frío como aquellas en las que la temperatura se mantiene por debajo de los 7 grados centígrados. En Perú, este fenómeno se presenta únicamente en las regiones andinas, donde su producción no era viable.

 "La logística allí es muy difícil, porque es una zona muy agreste y tiene poco acceso. Las grandes empresas agrícolas están en la costa, y sabía que para ser rentable nuestra industria debía ser capaz de producir ahí", explicó en otra entrevista para BBC Mundo.

La biloxi, el arándano peruano

Luego de tocar varias puertas, consiguió comprarle a una compañía 14 variedades de la fruta con las que empezó a probar su cultivo en Perú. En 2006, realizó el experimento y descubrió que 4 funcionaron mejor y de estas destacó una, la biloxi, que es la que más se ha plantado en el país.

Mientras probaba las plantas entre 2006 y 2008, se acercó al instituto de biotecnología del Perú de la UNALM, con el objetivo de tener un protocolo de propagación de plantas in vitro para garantizar la inocuidad y calidad de las plantas, así como para que se produzcan de manera más rápida y sin ningún error, mediante la clonación. Hizo un vivero, con el que comenzó a vender platas a los agroexportadores para que la cultiven y la exporten.

“En enero de 2009 fundo Inka’s Berries y empiezo a tocar puertas en muchas empresas, de las que la principal que se abrió fue la de Camposol, que fue la primera compañía que nos compra la planta para poder hacer las pruebas de las cuatro variedades y comprobó que una de ellas era la que funcionaba”, recuerda.

Camposol cultivó 2.000 hectáreas de arándanos, lo que significó la venta de alrededor de 13 millones de plantas. Con ello, Carlos consiguió su primera ganancia, tras haber fundado la compañía con apenas S/1.000. Con el tiempo más empresas se interesaron y en 2017 logró comprar sus propias tierras y plantar por primera vez arándanos propios, cuando ya se venía cultivando esta fruta en Perú desde 2011.

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