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El menosprecio al Ministerio de Cultura y Juventud

El Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes fue creado gracias a la insistencia del recordado Alberto Cañas y al apoyo de don Pepe Figueres, el 5 de julio de 1971. El presupuesto asignado en la década de los noventa era del 1,2 % del PIB. En el 2014, había caído al 0,16 % y ya en el 2024, al 0,09 %, bajísimo para sus 18 entidades adscritas.

Entre los “horrores” y errores de este gobierno, está la decisión de quitar los logos de casi todas las instituciones y sustituirlos por uno simple, de color azul y amarillo, con el mapa de Costa Rica.
Quitaron el hermoso logo del Teatro Nacional, símbolo de la institución casi desde que fue creada. Sin embargo, permitieron que entidades como el ICE, el INA, el INS, la CCSS y la CNE mantuvieran los suyos.

El ministro de Cultura y Juventud, Jorge Rodríguez, explicó que solo se quitarían los logos en la papelería. Me pregunto si van a retirar los miles de hojas donde están impresos los bellos logotipos de cada entidad adscrita.

Es imperdonable e insultante que Rodríguez haya proclamado que en el MCJ “no hay principados”, porque jamás en la historia, jamás, institución alguna ha sentido tener un principado. El Ministerio fue creado para formular, ejecutar y establecer estrategias de promoción cultural de manera inclusiva y accesible, tomar acciones para la conservación y protección del patrimonio cultural, fomentar toda forma de expresión artística, reconocer el mérito de quienes aportan al desarrollo y recuperar y promover manifestaciones culturales que reafirman la identidad nacional con participación, pluralidad, equidad de género y apertura regional y global.

Algunas personas fuera del ámbito cultural no han entendido que el gobierno, desde el principio, declaró que tener este ministerio es un lujo, como “ir de paseo a Disney”, en palabras del presidente y Pilar Cisneros.

Muchos hemos pertenecido a juntas directivas ad honorem, pero ellos sostienen que las “altas sumas pagadas a cada miembro son insostenibles”. Jamás miembro alguno de una junta ha recibido un centavo desde la fundación del MCJ.

La meta del gobierno fue desaparecer el Ministerio y casi logra su objetivo. Fue gracias a la diputada liberacionista Kattia Rivera y a otros legisladores que se pudo revertir el recorte de ¢855 millones del presupuesto del MCJ en el plan de gastos del 2024. Aun así, el presupuesto es tan bajo que no se puede hacer casi nada.

Quizás el máximo error de los políticos es dejar al Ministerio como el último en la lista. ¡Grave error! Primero, yo defino la cultura como todo aquello que hace un ser humano, incluida, obviamente, la creación, pero también el diario vivir, el patrimonio nacional, nuestra identidad cultural costarricense, nuestros platos típicos, la educación cultural de las nuevas generaciones, el rescate de todo aquello que nuestros antepasados nos dejaron, mucho de ello ya en el olvido.

El Ministerio es responsable de educar a la sociedad equitativamente en varias ramas de las humanidades, guiar a nuestras juventudes a emplear mejor su tiempo y, sobre todo, rescatar la cultura del costarricense (costumbres, folclore), que es lo que nos da nuestra propia identidad.

Como dice Paul R. Lehman: “Las civilizaciones son juzgadas por la posteridad, no por el monto de su producción nacional ni por el éxito de los balances de sus importaciones y exportaciones... Son los logros de una civilización en las artes y el humanismo lo que queda, cuando todo lo demás es barrido por el tiempo”.

brahms1956@gmail.com

La autora es pianista y compositora.

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