Las energías renovables, aliadas del crecimiento del futuro global y local
La carrera global hacia la descarbonización se ha acelerado tras la firma del acuerdo de Paris en 2015. Al compromiso de los estados soberanos con el objetivo climático se sumaron crecientes incentivos económicos para las empresas de avanzar en el proceso de carbono-neutralidad.
Es que una proporción cada vez mayor de las barreras al comercio a nivel global están relacionadas con políticas climáticas. Según Jean-Marie Paugam, director general adjunto de la Organización Mundial del Comercio, un tercio de las barreras al comercio existentes en la actualidad se deben al clima.
A su vez, el crédito internacional está siendo crecientemente orientado hacia grandes obras y proyectos de infraestructura que favorecen la transición energética, buscando alinear el financiamiento a los objetivos de desarrollo sostenible impulsados por las Naciones Unidas y el Acuerdo de París.
En Argentina, la sanción de la Ley de energías renovables en 2015 (y su implementación a través del programa RenovAr y el MATER) derivó en un proceso acelerado de crecimiento de las energías verdes. Actualmente, existen 152 proyectos de energía renovable en funcionamiento en Argentina, a los que se sumarán 38 que están en etapa en construcción. Estos proyectos desembolsaron inversiones directas por casi USD 7.000 millones y generaron más de 17.000 nuevos empleos directos e indirectos a lo largo de la cadena de suministro, agregando 4,3 GW de capacidad de generación al sistema.
Como resultado, las energías renovables llegaron a representar 15% de la matriz energética local en 2023, y podrían acercarse hacia 2025 a la meta de 20% definida por la Ley. El proceso ha derivado, a su vez, en importantes ahorros para el Tesoro (por menores necesidades de subsidios) y el sector externo (por menores necesidades de importar energía): mientras que el ahorro fiscal resultó mayor a los USD 2.500 MM, el de divisas superó los USD 7.000 MM. La incorporación de fuentes renovables también derivó en una reducción de los costos de generación, por casi 25 USD/MWh durante los pasados dos años.
En cuanto al objetivo climático, Argentina logró un ahorro de 40,6 millones de toneladas de emisiones de carbono entre 2015 y 2023, colaborando con el cumplimiento de las contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC, por sus siglas en inglés) comprometidas en el acuerdo de París.
En conclusión, la Ley de energías renovables ha probado ser una herramienta eficaz para promover inversiones, generar empleo, ahorrar costos, e impulsar el proceso de transición energética de Argentina. Pero su caducidad a fines del año próximo plantea un desafío para sostener los logros alcanzados. Si bien el sector no demanda la presencia de subsidios para continuar creciendo, sí resulta fundamental que se sostenga la presencia de reglas claras y estables. La exigencia de incrementar la penetración de las renovables en la matriz energética local tambien aparece como un aspecto clave a sostener.
En un mundo en el que los requisitos de carbono neutralidad serán cada vez más determinantes para exportar, así como para acceder al financiamiento, y en un contexto local de fuerte consolidación fiscal y urgencia de expandir el sistema de transporte, este sector representa sin dudas un aliado del crecimiento del futuro.