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Formación y prácticas para fraguar un futuro laboral

Abc.es 
Dotar de formación que pueda facilitar su entrada o regreso al mundo laboral a quien está en situación de desempleo a la vez que realiza un trabajo por el que recibe una prestación. Son sólo parte de los beneficios de los programas mixtos de formación y empleo, cuya nueva convocatoria de cara al 'curso' 2024-2025 ha lanzado la Consejería de Industria, Comercio y Empleo. Una iniciativa «muy ambiciosa que tiene un resultado en muchos aspectos», según destaca la titular del departamento, Leticia García, para quien la formación es «clave». Y es que, señala, además de ese marcado carácter socio-laboral también suponen «beneficios para nuestro territorio, como el de asentar población». La nueva línea de ayudas -cuyas solicitudes se han podido presentar hasta día 17- está dotada con algo más de 38 millones de euros. Desde la Junta de Castilla y León esperan llegar a 2.200 personas, con una premisa clara: «Favorecer la empleabilidad de las personas en situación de desempleo, especialmente de aquellas que forman parte de los colectivos con mayores dificultades de acceso al mercado laboral». Así, quienes ya han cumplido 52 años y menores de 30, desempleados de larga duración, con especial atención a aquéllos que hayan agotado sus prestaciones de paro o estén en riesgo de exclusión, capitalizan ese público objetivo al que van dirigidos estos programas en los que se debe alternar la formación y el empleo, contando con un plan formativo y un contrato de trabajo. De este modo, los participantes mezclan experiencia laboral con formación, que quedará acreditada con un certificado de profesionalidad al acabar los seis meses. Una iniciativa, valoran desde la Consejería, que también supone una apuesta por el municipalismo. Y hay quien repite dado su éxito. Es el caso, por ejemplo, de Villaferrueña, una localidad en la provincia de Zamora de apenas un centenar de habitantes, que en las tres ediciones anteriores se habían sumado a estas ayudas con las que ha recuperado una edificación municipal que estaba en desuso. Y ahora, hasta finales de octubre, los ocho alumnos y dos monitores que participan desde febrero en el nuevo programa mixto de formación y empleo están acondicionando la antigua casa de la maestra para su «aprovechamiento social y económico en beneficio de la localidad». Al acabar, obtendrán un certificado de profesionalidad en construcción, un sector con «amplia demanda laboral, tanto por cuenta ajena como desde el autoempleo», destacan desde la Consejería, a la vez que resaltan que estos programas mixtos, más allá de «mejorar» la empleabilidad, «contribuyen a que el tejido productivo de la Comunidad pueda contar con profesionales cualificados, especialmente en aquellos sectores con mayor demanda». De hecho, la construcción es uno de los principales sectores de los programas que se ejecutan. De los 211 proyectos de la última convocatoria, el 30 por ciento están vinculados a este mundo: hasta 66 iniciativas, con una inversión de 13 millones y 661 personas formándose y con un contrato bajo el brazo de las 2.120 a las que ha llegado esta línea de ayudas, que ha movilizado más de 36,6 millones de euros por parte de la Junta de Castilla y León, a la que se une la aportación de los promotores para hacer frente a los gastos de material y gestión. Entidades y corporaciones locales, sus organismos autónomos y dependientes o asimiladas a las mismas, así como las asociaciones, fundaciones y otras entidades sin ánimo de lucro, entre cuyos fines estén la formación y el empleo, son a quienes van dirigidas estas ayudas, siempre bajo el «objetivo último» de favorecer la empleabilidad. Y hacerlo a través de la ejecución de una obra o servicio de utilidad pública o interés social. La Junta de Castilla y León subvenciona a través del Ecyl los gastos de formación y funcionamiento de la acción y los costes salariales y de Seguridad Social de todos los participantes, durante el periodo que dure el programa -seis, nueve o doce meses-. Como mínimo, en cada programa participan seis alumnos-trabajadores y 16 como máximo. En esta nueva convocatoria, la Consejería estima que podrán llegar a 2.200 personas que saldrán así de la situación de desempleo, además de contar con unos 300 monitores. Los seleccionados tendrán un contrato, -en modalidad de formación en alternancia, la mitad de trabajo real y la otra, de formación teórico-práctica- a jornada completa por el tiempo que marque el programa. Y tras acabar, en los seis meses posteriores, las entidades beneficiarias de la ayuda deben prestar asistencia técnica a las personas participantes tanto para la búsqueda de empleo por cuenta ajena como para el establecimiento por cuenta propia. La «mejora» de la formación o su «recualificación», ha subrayado recientemente la consejera, es clave, pues «incrementa exponencialmente» las «oportunidades de empleo o autoempleo» de quienes no tienen trabajo. El objetivo de la Consejería, según ha detallado García, es llegar a más de 17.000 desempleados con las medidas en este sentido dirigidas a este colectivo, también de la mano de las empresas, los centros de formación acreditados y las universidades.

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