Cinco visitas imprescindibles en una excursión a Aranjuez
En la zona sur de Madrid , a una hora en coche del centro, está el Real Sitio y Villa de Aranjuez , una bella ciudad que se ganó, en 2001, el título de Paisaje Cultural Patrimonio de la Humanidad de la Unesco gracias a su riqueza monumental y paisajística y a su dilatada historia. Además, toda escapada a este destino ha de completarse con una buena comida ya que su gastronomía, cortesía de sus reconocidas huertas que se alimentan en gran parte de las aguas del río Tajo, ofrecen exquisitos manjares. Para los que estén pensando en hacer una visita a esta localidad madrileña aquí algunos de sus imprescindibles. El Palacio Real de Aranjuez se cuela cada año en las listas de los monumentos más visitados de Patrimonio Nacional y no es de extrañar ya que posee un gran valor artístico y cultural. Residencia campestre por excelencia de los Reyes españoles, fue levantado sobre el lugar donde se ubicaba el antiguo palacio de los maestres de Santiago por orden de Felipe II en su deseo de hacer realidad el proyecto de su padre Carlos V: hacer de Aranjuez una gran villa de inspiración italiana , y para llevar a cabo este sueño contrató a Juan Bautista de Toledo, quien inició las obras en 1564. La visita a este palacio, característico del clasicismo de los Austrias con alternancia de piedra blanca procedente de Colmenar de Oreja, incluye la Sala de Guardias de la Reina , con pinturas de Lucas Jordán con pasajes de la vida de Salomón, el Gabinete de la Porcelana , la primera gran realización de la Fábrica de Porcelana del Palacio del Buen Retiro encargada por Carlos III a Giuseppe Gricci, la Sala de los Espejos y el Salón de Trono , que dispone de mobiliario de la época de Isabel II, entre otras estancias. La ciudad de Aranjuez no solo presume de contar con grandes y destacados monumentos, sino también de sus espectaculares espacios verdes. Sus jardines más destacados y conocidos son cinco. En primer lugar, está el del Parterre , que data de la época de Felipe V, presenta un trazado obra de Marchand y mezcla la tradición francesa con la idea heredada del manierismo de jardín cerrado. En el siglo XIX se incorporaron elementos del jardín romántico, así como la fuente de Hércules y Anteo, de Isidro González Velázquez. E l jardín de la Isla que, bautizado así por estar rodeado por las aguas del río Tajo, es de estilo renacentista italoflamenco y destaca por las numerosas fuentes que se reparten en su interior, como la de Hércules e Hidra , mandada construir por Felipe IV a José de Villarreal y Bartolomé Zumbigo, la del Reloj , que cuando está en funcionamiento la sombra del chorro de agua va marcando las horas como si de un reloj se tratase, o la de Venus, cuyas piedras se cree fueron conseguidas en la Batalla de Lepanto. Por otro lado, está el de Isabel II, la aportación paisajística de la Corona al casco urbano de este destino que se creó en 1835. En su interior se puede encontrar una escultura de Isabel II de niña y ocho vasos de Thierry, esculpidos entre 1721 y 1724 en mármol de Macael (Almería). El del Príncipe, que debe su nombre a Carlos IV, quien lo mandó construir conservando elementos anteriores, como son la huerta de la Primavera y el embarcadero de Fernando VI. Este cuenta con 150 hectáreas de extensión y bajo sus límites están El estanque de los Chinescos, donde se ubica un templo neogriego obra de Villanueva, la Casa del Labrador, convertida en un palacete neoclásico, El Gran Pabellón y El Pabellón Real levantado por Bonavia en 1754, entre otras cosas. Por último, está el Jardín del Rey , del siglo XVI, que está integrado en el palacio quedando oculto a la vista tras la gran pantalla de la fachada. El ferrocarril Madrid-Aranjuez se inauguró en 1851 convirtiéndose así en el segundo tramo ferroviario de España. En sus orígenes, una de las vías llegaba hasta la Puerta de Damas del Palacio Real para uso exclusivo de la Corte. Obra de Narciso Clavería , la estación actual de la ciudad de estilo neomudéjar fue construida en la década de 1920 en ladrillo rojo visto con azulejos decorativos y un zócalo de piedra que abarca toda la planta baja. En su interior cabe destacar su vestíbulo con techos altos y un bello artesonado del que cuelgan cinco lámparas anulares de hierro forjado. Ubicada junto al Palacio Real, la plaza de San Antonio y la Capilla Real que la preside fueron proyectadas en 1750 por Santiago Bonavía como el primer paso para la formación del casco urbano de Aranjuez, pero dicho conjunto no fue terminado hasta el siglo XIX. La plaza, de estructura rectangular presenta varios elementos a destacar, como la arquería perimetral, la fuente de la Mariblanca, nombre otorgado a la Venus que la preside y, por supuesto, la Capilla Real de estilo barroco italiano, de mediados del siglo XVIII, una construcción de planta circular centralizada enmascarada por el pórtico sobre el que asoma la cúpula con linterna sobre tambor que remata el edificio. El museo de las Falúas , ubicado dentro del Jardín del Príncipe, cerca del embarcadero, es uno de los museos monográficos más singulares de las colecciones reales españolas. Este espacio fue reconstruido en 1966 según el proyecto de Ramón Andrada. De entre todas las embarcaciones que los reyes de España utilizaban para navegar por el Tajo destacan la que perteneció a Carlos IV, creada en Cartagena y decorada por Salvador Maella y la antiquísima góndola de Felipe V que en realidad es del período de Carlos II (siglo XVII). Además de esto, el visitante podrá admirar un juego de cañones de bronce, distintos utensilios para la navegación de falúas y pinturas referentes a la escuadra española del siglo XIX.