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¿Puede Israel destruir las instalaciones nucleares de Irán?

A la pregunta de si apoyaría un ataque israelí contra las instalaciones nucleares iraníes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se mostró tajante: "La respuesta es no".

No obstante, algunos halcones en Israel han estado debatiendo si su fuerza aérea debería llevar a cabo un ataque de este tipo en represalia por el lanzamiento de 180 misiles balísticos que Teherán disparó contra Israel esta semana.

Pero sin el apoyo de EE.UU., un ataque aéreo israelí en solitario contra las instalaciones nucleares iraníes sería muy arriesgado y, según los analistas, en el mejor de los casos, sólo retrasaría su programa en lugar de destruirlo.

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¿Por qué sería difícil una operación israelí?

La primera razón es la distancia. Hay más de 1600 kilómetros desde Israel a las principales bases nucleares de Irán, y para llegar a ellas los aviones israelíes tendrían que atravesar el espacio aéreo de Arabia Saudita, Jordania, Irak, Siria y potencialmente Turquía.

El siguiente es el combustible. Volar hasta los objetivos y volver requeriría toda la capacidad de reabastecimiento aéreo de Israel y dejaría poco o ningún margen de error, según un informe del Servicio de Investigación del Congreso (CRS, por sus siglas en inglés) de EE.UU.

El tercero es la defensa aérea iraní. Las principales instalaciones nucleares del país están fuertemente custodiadas, y los bombarderos israelíes tendrían que estar protegidos por aviones de combate.

Según el informe del CRS, para el ataque serían necesarios un centenar de aviones, lo que equivale a casi un tercio de los 340 aviones de combate de las fuerzas aéreas israelíes.

¿Qué grado de protección tienen las instalaciones nucleares iraníes?

Destruir las dos principales instalaciones de enriquecimiento nuclear de Irán sería el mayor desafío para Israel.

La enorme planta de enriquecimiento de combustible de Natanz se encuentra a gran profundidad bajo tierra, mientras que la segunda mayor planta de Fordow está excavada en una montaña. Para destruirlas serían necesarias armas capaces de penetrar varias decenas de metros de roca y hormigón armado antes de explotar.

Israel dispone de bombas destructoras de búnkeres, como las GBU-31 que el ejército israelí lanzó la semana pasada sobre cuatro edificios de Beirut para matar al jefe de Hezbollah, Hassan Nasrallah.

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Sin embargo, los informes israelíes sugieren que se utilizaron 80 bombas en ese ataque, y es poco probable que un bombardeo de tamaño similar destruya las instalaciones nucleares iraníes, bastante más protegidas.

Según los analistas, sólo hay un arma convencional que podría hacerlo: la GBU-57A/B Massive Ordnance Penetrator (MOP). Esta gigantesca bomba de precisión mide unos seis metros de largo, pesa 13,6 toneladas y puede atravesar 60 metros de tierra antes de detonar, según el ejército estadounidense.

¿Ha desarrollado Israel sus propias bombas antibúnker?

No está claro si Israel dispone de tales capacidades. Algunos exaltos cargos estadounidenses han sugerido que Washington debería suministrarlas.

Sin embargo, Ehud Eilam, exanalista del ministerio de Defensa israelí, afirmó que aunque Israel pudiera obtener la MOP, "sus cazabombarderos F-15, F-16 y F-35 no podrían transportarla".

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Además, no hay ninguna posibilidad de que Israel pueda comprar un bombardero estratégico estadounidense, como el B-2 Spirit, necesario para lanzar una bomba de este tipo, afirmó Eilam.

En teoría, Israel podría utilizar uno de sus varios aviones de transporte Hércules C-130J para lanzar una bomba MOP desde las puertas de carga, un complejo procedimiento conocido como "lanzamiento en rampa". Pero el MOP no está diseñado para este tipo de lanzamiento.

¿Existen alternativas para Israel?

Los aviones israelíes podrían inutilizar las bases nucleares bombardeando sus tomas de aire y otras infraestructuras. Eso podría afectar al alto grado de precisión que necesitan las centrifugadoras que se utilizan para enriquecer uranio para funcionar correctamente, aunque no las destruiría.

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El sabotaje es la última posibilidad. En 2021, un fallo eléctrico, aparentemente causado por una explosión planificada, afectó al sistema eléctrico interno de Natanz que abastecía a las centrifugadoras subterráneas. En 2010, EE.UU. e Israel supuestamente también detuvieron el programa nuclear iraní con el virus informático Stuxnet. Pero tales ataques no lograron frenar los avances de su programa de forma indefinida.

En última instancia, los recursos necesarios para asestar importantes daños a las principales instalaciones de Irán "requeriría un importante apoyo estadounidense, si no la participación directa", manifestaron Darya Dolzikova y Matthew Savill, del think-tank Royal United Services Institute, en un documento reciente. Incluso eso "no garantizaría la destrucción total".

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