Análisis LG 32GS95UE: posiblemente el mejor monitor gaming del mercado
Tras traernos varios de los mejores televisores para jugar ahora LG da el campanazo con un monitor completísimo para jugadores de PC y consola cuyo único hándicap para muchos será el precio.
Desde hace un tiempo los monitores son clave en cualquier configuración para jugar en PC que se precie. Las posibilidades que nos da el ordenador hace que tengamos pantallas para todo tipo de necesidades y mientras los jugadores más competitivos suelen priorizar una gran tasa de refresco a la resolución, mientras que los que disfrutan más de experiencias para un jugador prefieren mirar más la resolución, la gama de color o un buen HRD.
Pero... ¿qué ocurriría si un monitor pudiera darnos todo a la vez? Eso es lo que sucede con el LG 32GS95UE, un monitor para jugar "dual" con el que con rapidez podemos alternar entre modos 4K de 240 Hz para disfrutar de los RPG o las aventuras y otro 1080p y 480 Hz para que nos pongamos competitivos cuando vayamos a echar unas partidas a Counter Strike 2 o League of Legends.
Especificaciones técnicas
Elegancia, fácil montaje y una peana relativamente compacta
Como siempre vamos a fijarnos en el aspecto estético del monitor y en el montaje, ya que es lo primero que vemos todos en cuanto abrimos la caja y también es lo primero que debemos hacer antes de ponernos a disfrutar del monitor con nuestro PC o consolas. En este caso estamos ante una pantalla elegante, con un acabado en plástico duro de muy buena calidad, sólido y resistente que no hace ningún ruido cuando apretamos las manos en la parte trasera del monitor y con un tacto muy agradable.
El montaje es muy sencillo, fijamos la peana al "brazo", "tronco" o como prefiráis llamarlo con unos tornillos que vienen preparados para poder apretarlos con nuestras manos y luego enganchamos el soporte completo a la parte trasera de la pantalla con un sistema muy sencillo con el que hacemos un ligero clic y queda todo perfectamente montado y fijado.
Nos ha gustado mucho además la base, de forma hexagonal y un tamaño relativamente pequeño para lo que suelen ocupar los monitores de 31,5" (de hecho nosotros mismos tenemos un monitor de 32" de LG con una base en forma de V que ocupa más tamaño en nuestro escritorio. Lo que no nos ha gustado tanto es que los puertos HDMI, Display Port, USB y Minijack están en la parte de abajo. Ya sabéis que los preferimos en la parte trasera porque nos parece mucho más cómodo.
Un rendimiento fuera de toda duda
Entrando en el aspecto técnico, como decimos estamos ante un monitor construido en torno a un panel OLED con un tamaño de 31,5 pulgadas con una resolución nativa 4K UHD de 3840 x 2160 píxeles, una tasa de refresco de hasta 480 Hz, un tiempo de respuesta rapidísimo de 0,3 milisegundos de gris a gris y tecnologías NVIDIA G-Sync Compatible y AMD FreeSync Premium Pro para reducir el tearing y otros defectos técnicos mientras jugamos.
El rendimiento del monitor está, sencillamente, fuera de toda duda. Nada más encender la pantalla nos damos cuenta de la buena precisión en la calibración de colores de base que mejora aún más a nada que toqueteamos ciertas opciones para ajustar brillo o color, no nos extraña ya que cuenta con una cobertura del 98,5 % del espacio de color DCI-P3, así como certificación VESA DisplayHDR True Black 400, destacando los negros puros que solo LG es capaz de dar. Además también nos ha gustado mucho los ángulos de visión y, en nuestro caso, el revestimiento antirreflejos de la pantalla que da unos resultados buenísimos en una habitación muy iluminada en la que lo hemos probado (y que, de hecho, es una de las cosas que ya estamos echando de menos tras devolver el monitor esta misma semana tras probarlo durante casi un mes para hacer este texto).
Pero además, más allá del buen resultado a nivel de colores para ver muy bien nuestros juegos favoritos, de los negros puros, del bajo tiempo de respuesta o de la tecnología antireflejos, otra de las máximas de este monitor es su modo dual que nos permite alternar, con un solo botón, entre la resolución 4K y un tiempo de respuesta de 240 Hz a una resolución FHD con 480 Hz. Esto se hace a través de un botón que hay que pulsar antes de acceder al juego e incluso podemos guardar un perfil si queremos reducir un poco el tamaño de la pantalla para tener todo más centrado en juegos competitivos.
Además, más allá de esto tenemos varios procesos automáticos para evitar el temido quemado de los monitores OLED que, en el caso de LG duran muy poco tiempo en realizarse, así como contamos con unos altavoces integrados con un sonido bastante sorprendente para lo que nos suelen dar los monitores, así como otras tecnologías de juego como un contador de FPS o un crosshair en pantalla.
Si hablamos de conectividad tenemos un DisplayPort 1.4 ideal para conectar nuestro PC, 2x HDMI 2.1 perfectos para disfrutar de nuestra consola de actual generación PS5 o Xboxs Series X/S, 3 puertos USB y salida de audio minijack de 3,5 milímetros, además del botón "dualmode" y el stick para controlar el OSD en pantalla.
Conclusiones
El LG 32GS95UE es el monitor para jugar más completo que hemos probado hasta la fecha. Buena calibración de color de base aún mejor con ciertos retoques, antirreflejos muy efectivo para habitaciones muy iluminadas, negros puros, resolución 4K, tiempo de respuesta realmente bajo y una tasa de refresco muy rápida que puede llegar a serlo aún más gracias al modo dual reduciendo, eso sí, la resolución a 1080p para alcanzar los 480 Hz.
Se trata de un monitor para el jugador todoterreno y es una de las mejores pantallas (sino la mejor) para jugar del mercado, aunque toda sus tecnologías y sus bonanzas tienen un precio de 1399 que no está al alcance de todos los bolsillos siendo este el único hándicap que se nos ocurre para una pantalla sobresaliente.
*Hemos realizado este análisis gracias a un monitor cedido por LG.
Desde hace un tiempo los monitores son clave en cualquier configuración para jugar en PC que se precie. Las posibilidades que nos da el ordenador hace que tengamos pantallas para todo tipo de necesidades y mientras los jugadores más competitivos suelen priorizar una gran tasa de refresco a la resolución, mientras que los que disfrutan más de experiencias para un jugador prefieren mirar más la resolución, la gama de color o un buen HRD.
Pero... ¿qué ocurriría si un monitor pudiera darnos todo a la vez? Eso es lo que sucede con el LG 32GS95UE, un monitor para jugar "dual" con el que con rapidez podemos alternar entre modos 4K de 240 Hz para disfrutar de los RPG o las aventuras y otro 1080p y 480 Hz para que nos pongamos competitivos cuando vayamos a echar unas partidas a Counter Strike 2 o League of Legends.
- Tipo de panel: OLED
- Resolución: 4K UHD
- Tamaño: 31,5"
- Tasa de refresco: Hasta 480 Hz
- Tiempo de respuesta: 0,3 ms GtG
- NVIDIA G-Sync Compatible y AMD FreeSync
- Certificación Display HDR True Black 400
- Cobertura del 98,5 % del espacio de color DCI-P3
- Tratamiento antirreflejos
- Altavoces integrados
- Conectividad: DisplayPort 1.4; 2xHDMI 2.1; 2x USB 3.0, 1x Minijack
- Precio: 1399
Como siempre vamos a fijarnos en el aspecto estético del monitor y en el montaje, ya que es lo primero que vemos todos en cuanto abrimos la caja y también es lo primero que debemos hacer antes de ponernos a disfrutar del monitor con nuestro PC o consolas. En este caso estamos ante una pantalla elegante, con un acabado en plástico duro de muy buena calidad, sólido y resistente que no hace ningún ruido cuando apretamos las manos en la parte trasera del monitor y con un tacto muy agradable.
El montaje es muy sencillo, fijamos la peana al "brazo", "tronco" o como prefiráis llamarlo con unos tornillos que vienen preparados para poder apretarlos con nuestras manos y luego enganchamos el soporte completo a la parte trasera de la pantalla con un sistema muy sencillo con el que hacemos un ligero clic y queda todo perfectamente montado y fijado.
Nos ha gustado mucho además la base, de forma hexagonal y un tamaño relativamente pequeño para lo que suelen ocupar los monitores de 31,5" (de hecho nosotros mismos tenemos un monitor de 32" de LG con una base en forma de V que ocupa más tamaño en nuestro escritorio. Lo que no nos ha gustado tanto es que los puertos HDMI, Display Port, USB y Minijack están en la parte de abajo. Ya sabéis que los preferimos en la parte trasera porque nos parece mucho más cómodo.
Entrando en el aspecto técnico, como decimos estamos ante un monitor construido en torno a un panel OLED con un tamaño de 31,5 pulgadas con una resolución nativa 4K UHD de 3840 x 2160 píxeles, una tasa de refresco de hasta 480 Hz, un tiempo de respuesta rapidísimo de 0,3 milisegundos de gris a gris y tecnologías NVIDIA G-Sync Compatible y AMD FreeSync Premium Pro para reducir el tearing y otros defectos técnicos mientras jugamos.
El rendimiento del monitor está, sencillamente, fuera de toda duda. Nada más encender la pantalla nos damos cuenta de la buena precisión en la calibración de colores de base que mejora aún más a nada que toqueteamos ciertas opciones para ajustar brillo o color, no nos extraña ya que cuenta con una cobertura del 98,5 % del espacio de color DCI-P3, así como certificación VESA DisplayHDR True Black 400, destacando los negros puros que solo LG es capaz de dar. Además también nos ha gustado mucho los ángulos de visión y, en nuestro caso, el revestimiento antirreflejos de la pantalla que da unos resultados buenísimos en una habitación muy iluminada en la que lo hemos probado (y que, de hecho, es una de las cosas que ya estamos echando de menos tras devolver el monitor esta misma semana tras probarlo durante casi un mes para hacer este texto).
Pero además, más allá del buen resultado a nivel de colores para ver muy bien nuestros juegos favoritos, de los negros puros, del bajo tiempo de respuesta o de la tecnología antireflejos, otra de las máximas de este monitor es su modo dual que nos permite alternar, con un solo botón, entre la resolución 4K y un tiempo de respuesta de 240 Hz a una resolución FHD con 480 Hz. Esto se hace a través de un botón que hay que pulsar antes de acceder al juego e incluso podemos guardar un perfil si queremos reducir un poco el tamaño de la pantalla para tener todo más centrado en juegos competitivos.
Además, más allá de esto tenemos varios procesos automáticos para evitar el temido quemado de los monitores OLED que, en el caso de LG duran muy poco tiempo en realizarse, así como contamos con unos altavoces integrados con un sonido bastante sorprendente para lo que nos suelen dar los monitores, así como otras tecnologías de juego como un contador de FPS o un crosshair en pantalla.
Si hablamos de conectividad tenemos un DisplayPort 1.4 ideal para conectar nuestro PC, 2x HDMI 2.1 perfectos para disfrutar de nuestra consola de actual generación PS5 o Xboxs Series X/S, 3 puertos USB y salida de audio minijack de 3,5 milímetros, además del botón "dualmode" y el stick para controlar el OSD en pantalla.
El LG 32GS95UE es el monitor para jugar más completo que hemos probado hasta la fecha. Buena calibración de color de base aún mejor con ciertos retoques, antirreflejos muy efectivo para habitaciones muy iluminadas, negros puros, resolución 4K, tiempo de respuesta realmente bajo y una tasa de refresco muy rápida que puede llegar a serlo aún más gracias al modo dual reduciendo, eso sí, la resolución a 1080p para alcanzar los 480 Hz.
Se trata de un monitor para el jugador todoterreno y es una de las mejores pantallas (sino la mejor) para jugar del mercado, aunque toda sus tecnologías y sus bonanzas tienen un precio de 1399 que no está al alcance de todos los bolsillos siendo este el único hándicap que se nos ocurre para una pantalla sobresaliente.
*Hemos realizado este análisis gracias a un monitor cedido por LG.