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Europa lanza una nave para inspeccionar el asteroide desviado por la NASA

Abc.es 
El 27 de septiembre de 2022 fue un día para la historia: la misión DART (siglas de Double Asteroid Redirection Test) impactó contra Dimorphos, un asteroide que mide 150 metros de diámetro. Este orbita otro más grande -a semejanza de lo que nosotros hacemos con el Sol-, Didymos, con una envergadura de 800 metros. El objetivo era desviar la pequeña 'luna' Dimorphos con el choque de una nave para comprobar que nuestra tecnología es capaz de cambiar la trayectoria de un asteroide. La misión, impulsada por la NASA, fue todo un éxito: aunque en un principio se había planeado acortar en siete minutos el periodo de orbitación de Dimorphos, el impacto lo disminuyó en 33 minutos , además de provocar diferentes trayectorias del polvo desprendido por el impacto. Sin embargo, el viaje no acababa ahí. Desde el primer momento se concibió otra misión paralela, en este caso capitaneada por la Agencia Espacial Europea (ESA), que debía captar todo lo que sucedía, como testigo excepcional de la proeza. La burocracia y la falta de presupuesto, entre otros motivos, retrasaron la participación europea, si bien el empeño de sus responsables consiguió que, aunque fuese más tarde, la bautizada como misión Hera siguiese adelante. Dos años después de aquel mítico día en el que la humanidad demostró que está preparada para desviar un asteroide, el viejo continente enviará sus 'ojos' sobre el terreno, si todo va según lo previsto, este lunes a las 16.52 hora española desde Cabo Cañaveral. «Ha sido muy complicado, pero ya estamos listos», aseguró en rueda de prensa online Ian Carnelli, director del Proyecto Hera y uno de los impulsores de que la misión, finalmente, cuente con el respaldo de los países miembros y se pueda realizar, empleando para ello un presupuesto total de 363 millones de euros. En cuanto al retraso, el responsable científico de la misión, Michael Kueppers, matizó que «no hay mucha diferencia entre enviarla antes o ahora». «Es verdad que nos perdimos el impacto, pero ahora podremos observar el sistema de forma más estable y en su configuración final». La idea es que la sonda, después de 'impulsarse' sobre la gravedad de Marte, llegue al sistema binario de asteroides dentro de dos años, en octubre de 2026 (es decir, cuatro años después del impacto). A partir de ahí empezarán las maniobras de aproximación y ya en diciembre comenzará la etapa científica. Su cometido será responder a preguntas como cuál fue la verdadera eficacia del impacto o cómo es el estado final de Dimorphos. Además, la sonda porta una tecnología pionera que permitirá conocer las propiedades internas de ambos cuerpos. «Aún no sabemos, por ejemplo, su cohesión o si existen nubes de desecho a su alrededor», explicó Ignacio Tanco, director de Vuelo de la ESA. «Una vez sepamos todos esos pormenores, decidiremos el final de Hera». Porque la idea es que la misión, formada por una nave principal acompañada por dos CubeSats (dos pequeñas sondas del tamaño de una caja de zapatos llamadas Milani, que registrará datos espectrales de la superficie; y Juventas, que realizará los primeros sondeos de radar que se hayan realizado nunca en un asteroide), acaben su trabajo posándose de forma suave sobre la superficie tanto de Dimorphos como de Didymos. «En esto tenemos como referencia la misión Rosetta; pero aún queda mucho por saber antes». Este aterrizaje se producirá, en un principio, en el verano de 2027, ya que la misión científica tiene una duración de seis meses. No obstante, si los países miembros lo acuerdan, podría producirse una extensión hasta de un año, ya que la sonda cuenta con combustible suficiente para tener los sistemas en funcionamiento más allá de 12 meses. Cabe destacar, además, que parte de la misión tiene participación española: la empresa GMV ha liderado un consorcio internacional para desarrollar el sistema de guiado, navegación y control (GNC), que incluye la parte de análisis de las operaciones de proximidad de Hera y del cubesat Juventas. En la electrónica del gravímetro GRASS de este último ha participado, así mismo, la compañía EMXYS. Por su parte, SENER ha producido antenas de baja ganancia y Thales Alenia Space Spain ha diseñado subsistemas de comunicación de la misión. La ventana de lanzamiento de la misión se abre este lunes 7 de octubre. Sin embargo, existen algunas dudas en torno al despegue después de que SpaceX, la compañía encargada del Falcon 9 que elevará la sonda, paralizase su actividad tras detectar un nuevo fallo en sus cohetes, el tercero en menos de tres meses. La compañía se encuentra redactando un informe para la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés), quien tendrá que dar luz verde a la vuelta a la actividad de la compañía espacial propiedad de Elon Musk. No obstante, las oportunidades de lanzamiento se alargarán hasta el próximo 27 de octubre. «A diferencia de otras misiones, con Hera tenemos una oportunidad todos los días hasta finales de mes -explicó Tanco-. El cambio de día no supondría un gran cambio en nuestro calendario salvo porque si nos esperamos a los tres últimos días, la maniobra gravitatoria en Marte no coincidiría con el objetivo secundario de sobrevolar Deimos, una de las lunas de nuestro vecino». El equipo, además, cuenta con otro aliciente para que la sonda despegue hacia su destino cuanto antes: en caso de que no se lance en la ventana de lanzamiento estipulada en octubre, habría que esperar dos años más hasta poder volver a lanzar. «Estamos listos y deseando que nuestra misión sea lanzada este lunes», aseguró Tanco.

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