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La revolución asturiana de octubre del 34 vista por un profesor de Oxford: "En otros sitios del mundo los mineros no son muy militantes"

El historiador inglés Matthew Kerry expone su visión sobre los interrogantes por los que solo triunfó en el Principado. Aborda entre otros temas la movilización femenina y las ligas de los inquilinos

'La balada del norte', un viaje a las entrañas de la Revolución de Asturias de 1934

El historiador inglés Matthew Kerry llegó en 2007 como auxiliar de conversación a Asturias, una tierra de la que sabía que tenía “mar y montaña, madreñes, fabes y sidra” y a la que quedó muy vinculado también a nivel personal. Sus estudios e inquietudes intelectuales le llevaron a interesarse especialmente por la revolución de octubre de 1934 y a sumergirse en archivos y periódicos de la época para intentar responder a muchas de las preguntas que se planteaba con su lectura.

Quería saber cómo se gestaron las huelgas y la movilización social. Quería profundizar sobre aspectos como la represión, las palizas y las torturas, pero había dos cuestiones fundamentales para las que quería encontrar una respuesta: “¿Cómo los mismos obreros que el 14 de abril de 1931 se echaron a las calles para festejar la llegada de la República estaban tres años después levantándose en armas contra ese mismo régimen?”, ¿Qué había pasado para que durante dos semanas -entre el 5 y 19 de octubre de 1934- solo hubiera triunfado en el Principado?“.

Con todos los interrogantes en su cabeza este profesor de Historia Contemporánea Europea en la Universidad de Oxford decidió investigar a fondo y las conclusiones a las que ha llegado las ha plasmado en su libro 'Un pueblo revolucionado. El Octubre de 1934 y la Segunda República en Asturias'.

La novedad de este libro de Kerry radica en que se trata de la primera monografía en lengua inglesa ahora traducida al castellano sobre la revolución asturiana.

La radicalización

El profesor británico enmarca el caso asturiano dentro de un proceso más amplio de radicalización de las clases trabajadoras en el contexto de la crisis económica y el auge de los fascismos que vive Europa en los años 30 del siglo pasado. Un momento heterogéneo en el que confluyeron quienes se lanzaron en octubre del 34 persiguiendo la revolución obrera y quienes lo hicieron de manera defensiva, con el objetivo de salvar lo que consideraban una Republica amenazada por la reacción.

Presenta en Oviedo su libro 'Un pueblo revolucionado. El Octubre de 1934 y la Segunda República en Asturias' coincidiendo con el 90 aniversario del también denominado 'Ochobre asturiano'

Coincidiendo con el 90 aniversario del también conocido como “Ochobre asturiano”, Kerry se trasladó a la capital asturiana para presentar esta edición en castellano durante los actos conmemorativos organizados, entre otros, por la Universidad de Oviedo y la asociación cultural La Ciudadana.

Su agenda incluía una conferencia en la Universidad de Oviedo bajo el título “De máuseres y máquinas de coser: el ”pueblo“, el estado y la revolución de 1934” y la presentación del libro, horas después, en El Manglar, el lugar elegido por La Ciudadana, que se llenó de un público muy participativo que quería conocer su punto de vista sobre algunos de los aspectos que aborda en su obra.

El historiador asturiano Eduardo Abad hizo una semblanza del autor y dio paso a Kerry que, en un perfecto castellano, esbozó las principales líneas de su investigación y contestó a las preguntas de los asistentes a la presentación del libro en El Manglar. La mayoría de las cuestiones planteadas se centraron en la liga de los inquilinos, la agitación anticlerical, el papel de Indalecio Prieto, el significado del fascismo en el día a día o aquellos boicots y purgas de 1936.

Al término del acto, Kerry atendió a elDiario.es Asturias. Una conversación que comienza con una explicación sobre cómo se gestó la elaboración de su libro: “Un pueblo revolucionado es el fruto de una tesis doctoral que desarrollé hace diez años, que es una manera de intentar entender cómo fue el hecho de que miles de milicianos y milicianas se lanzaron a una revolución en octubre del 34”.

Cuando empezó la tesis acababa de surgir el movimiento 15-M y le interesaba mucho el tema de la movilización social y especialmente qué había ocurrido en el pasado. Asegura que, en los últimos diez años, cuestiones de radicalización, fascismo y violencia política sí que son temas más de actualidad, pero hace una década no veía ese conflicto.

“El hilo que intento trazar a través de mi libro es la radicalización. Durante un tiempo hubo una asociación entre lo que es la minería y el radicalismo político, pero en las últimas décadas los historiadores hemos resaltado que en muchos sitios del mundo los mineros no son muy militantes, sino que depende de la zona”, señala el historiador.

Triunfo en Asturias y fracaso nacional

Kerry opina que el hecho de que solo triunfara en Asturias está relacionado directamente con las tradiciones y las estructuras sindicales y políticas en ese momento.

“Hay unas movilizaciones en los años anteriores, por ejemplo, que se oponen a lo que son las actuaciones de la policía. Hay huelgas masivas en la minería y una manera de comportarse, de organizarse, que yo creo que explica de alguna manera por qué pasa en Asturias y no en otros lados, porque es un movimiento en realidad nacional. A mí me pareció siempre curioso que en aquel octubre -comenta- los asturianos en algún momento mandan a alguien a León a leer el periódico, porque no se fían de las proclamas de la información que llegan por la radio y no se creen que están solos durante la primera semana”.

El “pueblo”

La idea de “pueblo”, quiénes forman y no parte de él, quiénes son sus enemigos es otro de los temas que aborda el profesor británico, para el que si no hubo un excesivo derramamiento de sangre por parte de los revolucionarios en las cuencas mineras fue por esa “cohesión social” existente en unas comunidades obreras que se identificaban como la genuina encarnación del pueblo.

'Un pueblo revolucionado. El octubre de 1934 y la Segunda República en Asturias' se adentra en el estudio de los conflictos en torno al “pueblo”, en el análisis de la hegemonía política y del poder estatal como ejes centrales de la movilización.

Kerry reconoce que hay muchos estudios sobre el nacimiento y el desarrollo del movimiento obrero, pero incide en que su libro aporta otras visiones que no se han reflejado tan exhaustivamente como por ejemplo sobre la movilización femenina, las ligas de los inquilinos o los boicots en el 36.

Yo creo que se ha escrito mucho, pero siempre de lo mismo, así que en realidad falta esa otra visión. Los historiadores nos hacemos las preguntas con los métodos que tenemos en el siglo XXI, pero no son los mismos de los años 1970 y 1980 y tenemos una mirada distinta. Por eso no estaban en los libros esas referencias sobre el papel de las mujeres y ahora sí nos interesa hablar un poco más de la sociedad en su conjunto.

Matthew Kerry Historiador y profesor de Historia Contemporánea Europea en Oxford

“Yo creo que se ha escrito mucho, pero siempre de lo mismo, así que en realidad falta esa otra visión. Los historiadores nos hacemos las preguntas con los métodos que tenemos en el siglo XXI, pero no son los mismos de los años 1970 y 1980 y tenemos una mirada distinta. Por eso no estaban en los libros esas referencias sobre el papel de las mujeres y ahora sí nos interesa hablar un poco más de la sociedad en su conjunto. Aunque igual nos hacemos las mismas preguntas de cómo fue que se movilizó tanta gente también las respuestas van a ser distintas porque tenemos miradas diferentes”, sostiene.

Las ligas de inquilinos

La movilización de las ligas de inquilinos es otro de los temas que le interesan, sobre todo por la presión que ejercen para conseguir una bajada en el precio de los alquileres: “Estas ligas están sobre todo en la cuenca minera, vinculadas a lo que son las casas del pueblo. Son organizaciones vinculadas al socialismo. Hay casos donde intentan negociar con los caseros y hay otros casos que llegan a los tribunales para intentar forzar esa bajada e incluso a veces tienen éxito y se rebajan los precios”, expone.

Otro dato que le llamó la atención al bucear en la documentación de la época es la figura del obrero mixto. Kerry dice que los milicianos desempeñaban todo tipo de oficios, sin que se ajustaran exclusivamente al estereotipo del obrero minero exclusivamente.

“Hay agentes comerciales, hay un concejal comunista en Sama de Langreo que es médico y también el obrero que tiene una parcela de tierra con su huerta”, describe.

Kerry buscó información en los archivos municipales de algunos concejos asturianos, donde según afirma, unos fueron más colaboradores que otros, y al Archivo Histórico Provincial para revisar las actas municipales, mientras que acudía a la Biblioteca Ramón Pérez de Ayala de Oviedo para analizar con detenimiento las noticias publicadas en la prensa de la época.

También se nutrió de la información que se guardaba en los archivos de la CNT para entender lo que era la contribución o el papel del anarquismo en la vida política en las movilizaciones de los años 30.

Para este profesor de la Universidad de Oxford es muy importante distinguir entre los conceptos y así se lo recalca a su alumnado.

“Cuando en mis clases tratamos el tema de las revoluciones les digo a mis alumnos que un golpe de Estado es un fenómeno bastante concreto que describe que hay un ejército que se rebela, que intenta sustituir lo que es el gobierno de turno o cambiar un régimen. Por eso no me gusta la manera de reducir aquel octubre de 1934 a simplemente una revolución o una insurrección porque es un proceso. Es un momento que es mucho más complejo que eso. Así que yo siempre me decanto por lo que es una insurrección revolucionaria, que intenta resumir que es un asalto que tiene un punto y un proyecto revolucionario. Y me parece más útil”, concluye.

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