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Elena Betés, fundadora de Rastreator y CEO de Emooti: «Mi diagnóstico de dislexia fue una bendición porque en mi etapa escolar pensaba que era tonta»

Abc.es 
Como una persona es capaz de transformar su dislexia en una especie de 'superpoder' y convertirse en una emprendedora de éxito es la historia de Elena Betés Novoa, fundadora de Rastreator, ahora al frente de Emooti (Atención psicológica, pedagógica y de bienestar emocional integral a niños y jóvenes en el entorno educativo) y Dide.org (Herramienta para detectar el potencial y los riesgos del éxito educativo del niño). Las alarmas saltaron en lo que antes era tercero de EGB, tras un cambio de centro escolar. «En aquel colegio pensaron que en el anterior no me habían enseñado bien, y me dejaron en una esquina del aula. Recuerdo la oscuridad de la clase . Igual no era lóbrega, pero tengo esa percepción de aquel momento en negro, de soledad. Tendría unos ocho años», rememora hoy, sin embargo, con claridad. Tras eso, un nuevo cambio de escuela, y un diagnóstico de necesidades educativas especiales . «Creo que no tenían muy claro lo que me pasaba , porque no leía, pero disimulaba a la perfección, que es algo que hacen las niñas especialmente bien. Me aprendía las palabras visualmente y compensaba con que era súper deportista, simpática… Pero claro, en clase estaba fuera de juego », señala. Hasta que tras unas pruebas detectan su dislexia y fue, asegura Betés, «una bendición, porque era una frustración estar en clase y pensar que eres tonta . De hecho, siempre digo que hasta los cuarenta años he tratado de demostrarle al mundo que no lo era. Quizás esto último sea exagerado pero sí que queda en ti esa sensación de que todos los demás van mucho más rápido o son más capaces para hacer las cosas«. Ese golpe de suerte, en 4º de EGB, coincide con el hecho de tener una profesora que decía en clase: «Me da igual quien saque buenas o malas notas. Lo importante es el esfuerzo». «Bien, pues yo tenía un sobresaliente en esfuerzo . Y eso fue un punto de inflexión en mi vida. Empecé a esforzarme y a mejorar, mejorar, y mejorar. El esfuerzo ha sido una constante en mi vida, aunque sigo siendo disléxica . Lo que pasa es que detrás hay tantas horas de trabajo y tantas técnicas desarrolladas que ahora mismo compenso estupendamente». Así, Betés acabó el Bachillerato con muy buenas notas y fue avanzando notablemente en su vida profesional. «Me ayudó mucho esa resiliencia adquirida y ese esfuerzo incansable, además de tener unos objetivos muy claros», reconoce. Pero la clave, concluye esta emprendedora nata, es que aprendió que tenía que competir contra sí misma, no contra los demás, «porque el resto siempre me ganaban en algo». Eso es importante, prosigue, «porque te sitúa en otra carrera y te hace muy independiente a la hora de tomar decisiones». Betés insiste mucho a lo largo de la conversación, mantenida en el cuartel general de Emooti en Madrid, en que parece que el éxito escolar es sinónimo de éxito en la vida, pero «puede ser que a uno al que le iba muy bien en el colegio luego le vaya muy mal al acabar, y al revés. Ponemos mucha presión en los niños, hasta el punto de que estamos determinando su vida. También los adultos parece que vamos cerrando horizontes conforme vamos haciendo nuestras carreras, y a lo mejor te limitas otros ámbitos en lugar de abrir». Algo así fue lo que le pasó a la fundadora de Rastreator cuando, tras estar muchos años en el sector de finanzas y seguros, anunció que cambiaba de ámbito porque quería entrar en Educación. La primera pregunta que le hacían era: «Pero, ¿por qué haces esto?». Ella respondía, «pero, ¿por qué me voy a limitar?». En este punto Betés reflexiona cómo, a lo largo de su carrera, ha habido veces que se ha preguntado cómo había llegado hasta determinado punto, y para ilustrarlo relata una anécdota: «Tenía un profesor que se llamaba Segarra, que se murió, que contaba que en la vida profesional tú tienes una escalera puesta en una pared por la que empiezas a subir. Vas subiendo y de pronto dices: 'Mira, ya soy jefe departamento', 'ahora soy jefe de ventas', y así, hasta que llegas arriba y dices: ' Me he equivocado de pared '. A veces, algunos nos equivocamos de pared, o nos damos cuenta de que la escalera se está desviando. Pienso que siempre tienes que acordarte de tu vocación o de tu motivación, de qué había dentro de ti. Esto es muy importante y lo vinculo con la labor que estoy desempeñando ahora en Dide y en Emooti». En esta trayectoria, ¿cómo te ha afectado la dislexia? En mi época si cometías una falta ortográfica estabas suspendida. Porque un disléxico tiene faltas de ortografía aunque se haya leído 'El Quijote' diez veces. Eso es difícil de cambiar pero a mi eso me ha hecho desarrollar otras veinticinco capacidades para compensar. Hoy por hoy, hay tantos otros correctores que ya no pasa nada. Creo que no es determinante pero muchas veces lanzamos el mensaje de que es algo que te limita. Pero lo complica. Creo que es un error decirle a un niño que está determinado por sus debilidades y obviar sus capacidades. Cuando por algún motivo eres mal estudiante , te sientes excluido de ese club que va a tener una carrera, que va a estudiar ingeniería, mientras que tú no tienes un futuro claro, porque no te dejan tenerlo, no te dejan soñarlo . Tu entorno te está determinando. Es verdad que no se trata de que todos vayamos a poder hacer de todo. En mi caso no podría haber estudiado una ingeniería. De hecho para aprobar matemáticas financieras necesité cinco convocatorias. Pero eso no me impidió ni me limitó luego en mi vida profesional, porque no necesito ser ingeniera informática para montar una plataforma que compara seguros como hice con Rastreator. Lo que necesito es saber rodearme de gente, porque lo que aporto es una visión más estratégica y una capacidad de conectar y de identificar talentos que quizás otros no tengan. A su juicio, ¿en qué aspecto debe mejorar la educación en España? Debemos dar una respuesta efectiva y real a la necesidad de implantar una educación personalizada contemplada en la legislación española, tanto a nivel estatal como autonómica. Así, la Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación, establece el principio de atención a la diversidad como uno de los principios básicos del sistema educativo español. Es decir, ahora mismo hay una ambición de inclusión educativa. En la actualidad se plantea, se discute y se ponen métodos y técnicas para que todos los niños puedan avanzar, pero hace falta más. ¿Cómo daría usted esa vuelta al sistema educativo para que no deje a esos niños con posibles dificultades, digamos, de lado? Dentro de esta ambición de inclusión educativa es imprescindible cambiar nuestra manera de afrontar la educación. Actualmente, se acepta de manera generalizada que la educación personalizada no es viable dada la falta de recursos, pero hoy, por ejemplo, existen tecnologías nos permiten detectar estos problemas de manera sistemática y ágil, en definitiva, nos permite conocer a nuestra infancia, sus potencialidades y posibles dificultades. Para que sea real esa inclusión, ¿en qué aspectos incidiría? Hay dos cosas que son fundamentales en esa inclusión: uno focalizarnos mucho más en conocer a esos niños. Tenemos que conocer mejor esas debilidades y esas fortalezas y ayudar a ese alumno a darle esa seguridad para tirar para adelante. Después de ser capaces de conocer, tenemos que ser capaces de acompañar. Creo que la labor de los educadores es en parte la de ir descubriendo talentos. Hay que poner el foco en sus deficiencias pero también sus oportunidades, y ayudarles a que florezcan. Es un cambio mental y en esto hay un punto filosófico. Debemos ser capaces de generar seguridad en los menores. Eso es lo que consiguió mi profesora Juani, al decirme: «Lo que importa es el talento y tú tienes el talento del esfuerzo». Eso me dio la seguridad que necesitaba. Esto es un acompañamiento. Acompañar a los padres y a los profesionales a conocer mejor a sus hijos creo que es la base. Si funcionó conmigo, puede funcionar con más niños. En ese sentido, ¿cuál es la clave de Dide.org, lo que os hace diferentes? Creo que perfilamos muy bien a los niños mediante un cuestionario que completan las personas del entorno del menor. Monitorizamos los indicadores que reflejan el potencial y los riesgos del éxito educativo del menor, anticipando así los potenciales problemas. Cuando has conseguido detectar un potencial problema, sabes mejor lo que tienes que hacer. Los marcadores se estructuran en los ámbitos de aprendizaje, el desarrollo, social, comportamental y emocional. ¿Dónde considera que es fundamental utilizar esta herramienta? En los centros escolares, donde tratamos de hacer cribados masivos a los más pequeños, con dos-tres añitos. Hablamos de que se abre una ventana de neurodesarrollo. Una cosa que se detecta con 3 es más fácil de resolver que con 7. Igual que es más fácil con 17 que con 22. La clave está en darles herramientas suficientes para comenzar. A mi la dislexia no me está afectando en mi día a día, no me está limitando. Bueno, en algunas cosas sí, pero tengo las herramientas suficientes para compensar. Creo que cuando tienes una neuro divergencia y te dan herramientas, te están dando la posibilidad de no tener o tener menos limitaciones. Luego, además, está el hecho de que no decimos solo las debilidades del menor, señalamos también dónde es muy bueno o destaca. Todos somos únicos y tenemos cosas que nos hacen especiales, en positivo y negativo. Lo que tenemos que hacer es trabajar las dos, las dificultades, para resolverlas, y las destrezas para fortalecerlas. A esos niños hay que darles anclas.

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