Josep Maria Flotats: «Fui más famoso que Marilyn, pero para atacarme»
Josep Maria Flotats lee en el Círculo del Liceo la carta que Louis Jouvet dirigió a un autor principiante desde su exilio en Latinoamérica tras la invasión de Francia por el ejército hitleriano. «Jouvet fue el gran maestro de mi generación», subraya. Entre sus enseñanzas, que el teatro «no se asimila sino es para restituir» o que para subir al escenario hay que merecerlo… «Y para merecerlo hay que trabajar, trabajar y volver a trabajar», recalca Flotats. La vida teatral de una ciudad se detecta en el estilo de sus compañías, sean estas de teatro o de ópera: «Me entristece ir al teatro a ver solo cosas bien hechas, pero que no comunican nada, solo son obra de buenos profesionales», lamenta el actor y director. En la década que va de 1984 a 1994, la década de las mayorías de Pujol, Flotats creó en el Poliorama un modelo de teatro público: «Debía ser una orquesta afinada, ese era mi proyecto». El proyecto tomó cuerpo en 1995: el Teatro Nacional de Catalunya con su edificio neoclásico de Bofill del que el actor era fundador y director. Pronto se cumplirán treinta años de aquella aventura que acabó para Flotats en 1997 cuando fue defenestrado por el consejero de Cultura, un prepotente Joan Maria Pujals que seguía las órdenes del patriarca Pujol. A Pujol y Pujals les ponía de los nervios la independencia de un artista poco controlable que abrió el TNC con 'Àngels a Amèrica', la durísima pieza de Toni Kushner sobre el SIDA en la América de Reagan. La producción se representó en Madrid en catalán con subtítulos en castellano. Eran otros tiempos. Aunque en este tiempo sus visitas a Barcelona para trabajar han sido contadas, Flotats no lo considera una quiebra: «Tengo mi familia aquí. Me fui a Madrid porque la idea era ir luego a París; había comprado 'Arte', la obra de Yasmina Reza. Quería programarla en la segunda temporada del TNC, pero como me despidieron con la aquiescencia de mucha gente del teatro catalán… «Aquí fui más famoso que Marilyn, pero para atacarme», recuerda. ¿La diferencia entre Madrid y Barcelona? «Madrid es una ciudad muy grande y nadie te pregunta nada. No es mi ciudad, pero estoy muy a gusto porque no padezco tensión profesional». En 2024 Flotats volvió a Barcelona para llevar al escenario del Romea 'La disputa' una obra de Jean-François Prévand sobre la controversia filosófica entre Voltaire y Rousseau: «El público que viene a ver mis obras no tiene nada que ver con quienes te acusan de 'no estimar Catalunya'», sentencia.