Este es el país de América Latina que tendría el mayor crecimiento económico en 2025, según BI: es vecino de Venezuela
El Banco Mundial (BM) ha ajustado sus previsiones de crecimiento económico para América Latina y el Caribe. En el informe más reciente, el BM proyecta que la región crecerá un 2,6% en 2025, por debajo del 2,7% previsto anteriormente. Entre estos, algunos muestran un crecimiento moderado, mientras que otros están encaminados hacia una transformación total gracias a importantes inversiones en sectores clave.
En un contexto global donde el nearshoring se presenta como una oportunidad estratégica, varios países de la región no han logrado capitalizar sus ventajas comparativas. A pesar de tener costos laborales más bajos que en China, los problemas relacionados con la infraestructura, la educación y la inestabilidad social continúan afectando la competitividad de la región. Sin embargo, hay un país de América Latina que está experimentando un notable auge económico, con proyecciones de crecimiento sorprendentes para 2025.
El país de América Latina que tendrá un mayor crecimiento económico en 2025
Según las proyecciones del Banco Mundial, el país de América Latina que registrará el mayor crecimiento económico en 2025 será Guyana, con una impresionante expansión del 12,3%. Esta nación sudamericana, ubicada en la costa atlántica y vecina de Venezuela, se ha convertido en el centro de atención internacional gracias al descubrimiento de vastas reservas petroleras en 2015.
El crecimiento del PIB de Guyana en 2024 ya se proyecta en un impresionante 43%, posicionándola como la economía de más rápido crecimiento del mundo. Este repunte se debe en gran parte al boom petrolero que atraviesa el país, el cual ha impulsado tanto el sector energético como la economía no petrolera, que también mostró un crecimiento sólido del 12,6% en el último año.
¿A qué se debe el boom económico de Guyana?
El auge económico de Guyana tiene su origen en el descubrimiento de más de 11.000 millones de barriles de reservas petroleras en sus costas. Este recurso ha catapultado al país a la escena internacional como uno de los mayores productores de petróleo per cápita del mundo. Solo en 2022, su producción de petróleo se duplicó, y se espera que para 2025 llegue los 800.000 barriles diarios, equiparando su producción con la de naciones mucho más grandes como Colombia.
No obstante, Guyana ha adoptado una estrategia única para gestionar su riqueza petrolera. Bajo el liderazgo de su presidente, Irfaan Ali, el país está invirtiendo fuertemente en la transición energética y en proyectos de energía limpia, como la hidroeléctrica, solar y eólica. Además, el gobierno busca utilizar los ingresos del petróleo para combatir la pobreza y mejorar sectores clave como la educación, la salud y la infraestructura.
Estos son los países de Latinoamérica cuya economía no crecerá
En contraste con el impresionante crecimiento de Guyana, otras economías de la región enfrentarán serios desafíos en 2024 y 2025. Según el Banco Mundial, Argentina y Haití son los dos países que verán una mayor contracción económica. Para 2024, Argentina sufrirá una contracción del −3,5%, mientras que Haití experimentará una caída aún mayor, del −4,2%. Sin embargo, se espera que Argentina revierta esta tendencia en 2025, con un crecimiento proyectado del 5%. Haití, por su parte, mostrará una leve recuperación, con un crecimiento estimado en solo 0,5%.
Además de estos casos, varios países de la región continúan enfrentando obstáculos como la alta inflación y la deuda pública. Aunque Brasil y Perú están más cerca de alcanzar sus metas inflacionarias en 2024, el endeudamiento sigue siendo una preocupación para gran parte de América Latina, con una relación deuda-PIB proyectada en 62,8% para 2024.
El Banco Mundial ha señalado la importancia de la inversión pública y privada para superar estos desafíos y fomentar el crecimiento a largo plazo en la región. Sin embargo, a pesar de los avances en la estabilización macroeconómica, muchos países aún tienen un largo camino por recorrer para garantizar un desarrollo sostenible y reducir las brechas de pobreza y desigualdad.