La selección española triunfa sin luces ante Dinamarca
La selección triunfa sin luz. Vence a Dinamarca en el primer partido en suelo español desde la Eurocopa y encauza su tránsito en la Liga de Naciones en una sesión espesa que se resolvió con una volea de Zubimendi y un fallo de Schmeichel. Una vorágine de camisetas con el dorsal 19 sube la cuesta de acceso al coqueto recinto del estadio Enrique Roca, un círculo de luces rojas al norte de la capital pimentonera que da cabida a la selección. La gente es agradecida por naturaleza en las ciudades pequeñas, donde no se digiere ese estrés del tráfico o la agresividad en la conducción. No suena ningún claxon en el mínimo atasco que se monta cerca del estadio una hora antes del partido. Dentro del recinto el número 19 es el pasaporte de la suerte. En una elevada proporción, el público joven se calza la camiseta de Lamine Yamal, en versión original o en sucedáneo de imitación, el delantero de Rocafonda es el ídolo del personal. Lamine comparece con el 10 en el primer encuentro de la selección en España desde que es campeona de Europa . No han pasado cinco minutos y la parroquia sintoniza con la tonadilla que inventó Estopa, «Lamine Yamal cada día te quiero más...». Enganchado al muchacho de 17 años, la gente quiere divertirse, corear goles y convertir la noche en jolgorio. Pero la selección no es la armónica sinfonía de la Eurocopa. Hay cambios, sin que eso implique señalamiento hacia los nuevos. Pedro Porro por la derecha no se entiende con Lamine. Grimaldo desconecta un par de veces en la presión o el pase, Oyarzabal no tiene la profundidad de Nico Williams, y tampoco Zubimendi es el segundo mejor gerente del mundo. La sensación durante el primer acto es de equipo sin flow, atascado y sin la creatividad de antaño. Dinamarca juega bien, presiona con orden, estrecha el campo y junta las líneas, sale con propiedad con la pelota, Eriksen aporta criterio, hace daño en los contragolpes. A España se le complica la noche porque Lamine no se va de su defensor ni una vez, falta la chispa y la gracia, el balón rota lento, las ocasiones no asoman, pese a que Morata , casi sin ángulo, y sobre todo, Lamine Yamal en una contra solo ante el portero tienen el gol que hubiera aliviado el primer periodo. David Raya destaca sobre el resto . Muy firme el portero del Arsenal, dinámico en las salidas, ágil con el balón en los pies, rápido al atajar y al conducir la réplica. Se ha animado con la parada de los primeros minutos en una contra con aroma de gol que saca con buenos reflejos. El guardameta y Fabián, omnipresente al robar, dirigir, cambiar y tocar, sostienen el partido rémora que se marca la selección en la primera parte. El asunto no mejora después del descanso. A la selección le falta alma, la esencia de su heroicidad en Alemania, lucidez en la elaboración y claridad en la definición. De la Fuente mezcla más técnica y posesión en los cambios, Álex Baena y Mikel Merino por Pedri y Oyarzabal, nada de nada el donostiarra. La apuesta no proyecta un juego para enamorar, pero sí hunde a los daneses cerca de su área, España quiere ganar y es más el ardor guerrero y el entusiasmo lo que empuja a la selección a aproximarse al gol. Lo tiene Morata dos veces, dos oportunidades para declamar su tristeza, esa afectación relacionada con la salud mental, su juego, las redes sociales y ese tormento en el que parece vivir. Morata falla las dos oportunidades, las dos muy claras, delante de la cara del portero danés . No hay salvación de momento para Morata, un jugador indiscutible en la honradez de su trabajo, afanoso como pocos, más entregado a las tareas defensivas que cualquier otro delantero, pero con ese handicap que lo penaliza. No es un prodigio ni un fenómeno en el mano a mano, en el promedio de goles, en el índice de anotación por oportunidades. Dinamarca se ha desvanecido como oponente en el segundo acto, ya no ataca, no progresa hacia David Raya, se queda en tres cuartos de cancha y a Eriksen se le acaba la gasolina. La selección estira el cuello sin fascinar con su propuesta, pero contagia al personal en el Enrique Roca. Agita el partido, mueve la coctelera, entra Joselu... Queda Fabián al mando para mantener la naturaleza de las cosas porque a Lamine no le sale nada y Nico no está. Pero la selección es con De la Fuente un reducto de la Real Sociedad, el club con más jugadores en la Euro, también ahora. En un balón suelto, Zubimendi caza una potente volea, el tiro sale zumbando y Schmeichel se la come en la recepción . Gol de España, bálsamo para todos, la feria sigue, aunque como este sábado sin brillo en la platea.