Israel califica como una broma que Nicaragua hable sobre los derechos humanos en la ONU
La embajadora de Israel en Costa Rica, que era concurrente para Nicaragua, Mijal Gur Aryeh, calificó este lunes de una «broma mala» que el gobierno del presidente Daniel Ortega hable ante las Naciones Unidas de respeto al derecho internacional y a los derechos humanos.
«Me parece una broma. Es increíble«, dijo la diplomática israelí en una conferencia de prensa virtual con medios nicaragüenses que despachan desde el exilio y que le consultaron sobre una nota enviada por el gobierno de Nicaragua a la oficina del Secretario General de la ONU, en la que rechazan las declaraciones de Israel, que acusa al Ejecutivo de Ortega de instalar, junto a Irán, una base de terrorismo en Centroamérica en el país.
La embajadora sostuvo que Israel es una democracia que actúa en acuerdo con el derecho internacional, por lo que, insistió, «es verdaderamente una broma escuchar al régimen del dictador Ortega, que oprime a su población, usar estas palabras de derechos humanos».
A su juicio, la nota del gobierno sandinista «es un ejemplo de la instrumentalización que intentan hacer países no democráticos de la Carta de las Naciones Unidas y sobre la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que no implementan ellos mismos».
«El señor Ortega, o tal vez ustedes, pueden visitar Israel y ver cómo funciona una democracia con derechos humanos muy avanzadas», indicó.
Aseguró que la minoría árabe musulmana en Israel, que suman dos millones de personas, 20% de la población, tiene muchos derechos como minoría, tiene presencia en el Parlamento, en la Corte, participan en la economía, en la academia, el gobierno, «y están en cada lado».
«Así funciona verdaderamente los derechos humanos, como en Israel, (que) tiene libertad de expresión», continuó la diplomática, quien reafirmó que la queja de Nicaragua ante la ONU «es verdaderamente una broma, una broma mala».
Nicaragua rechaza declaraciones de la embajadora de Israel
Nicaragua rechazó este lunes las declaraciones de la embajadora y del cónsul de Israel en Costa Rica, que eran concurrentes para Managua, Mijal Gur Aryeh, y Amir Rockman, respectivamente, que acusan al gobierno que preside Daniel Ortega de instalar, junto a Irán, «una base de terrorismo en Centroamérica» en el país.
«Nicaragua rechaza tales declaraciones, las cuales tienen el objetivo de desviar la atención del genocidio que está llevando a cabo Israel en los territorios palestinos ocupados, las flagrantes violaciones de derecho internacional humanitario, así como los sistemáticos crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra que son el resultado de una política de terrorismo de Estado», señaló Managua en la nota enviada a la oficina del Secretario General de la ONU.
En el documento, Nicaragua señaló que «la escalada de las declaraciones de Israel en contra de Nicaragua son inaceptables intentos por desacreditar las oportunas y legales acciones que Nicaragua está llevando a cabo en defensa del derecho internacional y de la Carta de las Naciones Unidas».
El pasado 16 de octubre, la embajadora de Israel en Costa Rica acusó al gobierno sandinista y al de Irán de instalar en Nicaragua «una base de terrorismo en Centroamérica».
Un día antes, el cónsul de Israel en Costa Rica, Amir Rockman, aseguró que fuerzas iraníes y grupos terroristas, con el aval del Gobierno del Ortega, «actúan libremente en Nicaragua».
Los sandinistas han roto relaciones con Israel en tres ocasiones: la primera durante su primer gobierno (1979-1990), y las otras dos en 2010 y ahora en 2024.
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