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Biden intenta generar atmósfera triunfal en Oriente Medio

Varios altos funcionarios estadounidenses llegaron el jueves último de octubre a Israel con la clara intención de impulsar propuestas de alto el fuego en Gaza y Líbano, con el fin de mostrar un triunfo diplomático de Biden, a solo cinco días de las elecciones presidenciales.

«El tiempo se le está agotando a Israel en Gaza y Líbano» subrayó este día en su principal titular el influyente diario Haaretz, en una nota ilustrativa de las urgencias de los socios de la repudiada agresión genocida contra decenas de miles palestinos y libaneses desde hace 391 días.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu se reunió con esos funcionarios, Brett McGurk y Amos Hochstein, portadores de propuestas para un posible alto el fuego tanto en Líbano como en Gaza, y la liberación de los rehenes en poder de Hamás.

Sin embargo, una declaración de la oficina de Netanyahu dejó entrever su poco entusiasmo con las ideas del jefe de la Casa Blanca, empeñado en llegar al día de los comicios estadounidenses con alguna carta de triunfo en las campañas militares de Oriente Medio.

Netanyahu enfrió el entusiasmo de los enviados de Biden al exponer condiciones que muestran muy poca flexibilidad y apuntan a una continuidad de la guerra en todos los frentes, ya que conoce mejor que nadie sus propias debilidades, que aflorarán tan pronto cesen los combates.

El primer ministro israelí aseguró a los enviados estadounidenses que la capacidad de Israel para contrarrestar las amenazas a su seguridad provenientes del Líbano y devolver a los desplazados al norte eran elementos clave de cualquier acuerdo de alto el fuego con el Líbano.

«La cuestión principal no son los documentos de tal o cual acuerdo, sino la capacidad y determinación de Israel para hacer cumplir el acuerdo y frustrar cualquier amenaza a su seguridad desde el Líbano», subrayó Netanyahu, citado por su oficina.

En las últimas 24 horas los ataques israelíes mataron a 45 personas en territorio libanés y aumentó a 2 865 el total de muertos, según confirmó el Ministerio de Salud.

El primer ministro libanés, Najib Mikati, se mostró «esperanzado» sobre la posibilidad de un alto el fuego en la guerra entre Israel y Hezbolá antes de las elecciones presidenciales estadounidenses del 5 de noviembre, tras haber hablado con Amos Hochstein.

Sin embargo, el nuevo líder de Hezbolá, Naim Qassem, confirmó el propio 30 de octubre, en su primer discurso como Secretario General, que la Resistencia libanesa está preparada para una guerra prolongada contra Israel.

«Seguiremos haciendo frente a la agresión… si el enemigo quiere detenerla, aceptaremos las condiciones que consideremos apropiadas, y cualquier solución se mantendrá mediante negociaciones indirectas», añadió, subrayando que Hezbolá seguirá apoyando a Gaza.

«El enemigo no podrá confiar en el tiempo porque sus pérdidas son grandes, y se verá obligado a detener su agresión» y Hezbolá «saldrá de esta confrontación más fuerte y victorioso», añadió el nuevo líder de la Resistencia.

Por su parte el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) Bill Burns, viajó a Egipto para exponer los planes de asegurar una breve tregua con Hamás.

Sin embargo, un dirigente de Hamás declaró a la agencia francesa AFP que el grupo rechaza una tregua a corto plazo en la Franja de Gaza

«La idea de una pausa temporal en la guerra, para luego reanudar la agresión, es algo sobre lo que ya hemos expresado nuestra posición. Hamás apoya un final permanente de la guerra, no uno temporal», dijo Taher al-Nunu.

Mientras, el general Michael Erik Kurilla, jefe del Comando Central de Estados Unidos, también está de visita en Israel para discutir cuestiones de la colaboración militar entre los dos socios, tras los últimos ataques de Israel contra Irán.

Según el diario Político, de Washington, «todo esto parece un intento de último minuto para romper el estancamiento en las conversaciones sobre el fin de los costosos combates en Gaza y el Líbano».

Es obvio que la Casa Blanca intenta avanzar en las conversaciones sobre el alto el fuego antes de que las elecciones del 5 de noviembre conviertan a Biden en un ejecutivo saliente, apuntan los analistas.

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