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Estados Unidos elige su rumbo

Abc.es 
ESTADOS Unidos celebra hoy sus sexagésimas elecciones presidenciales en medio de un clima de polarización política sin precedentes. Más allá de este hecho, lo cierto es que no solo están en juego los delegados para conquistar la Casa Blanca y los candidatos para los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 34 de los 100 del Senado; sino que esta elección puede marcar la supervivencia del orden político y económico que ha regido al llamado mundo libre desde la Segunda Guerra Mundial. No es lo mismo para la política y la economía global, para el futuro de Europa, para el del sureste asiático y para la prevalencia de un mundo basado en reglas que gane Donald Trump o que lo haga Kamala Harris, por mucho que ésta haya movido sus posiciones hacia la derecha. Tampoco el aspirante republicano es el mismo que llegó al poder en 2016, ni el mundo es el que entonces lo recibió. Las encuestas indican que tanto la candidata demócrata como el republicano llegan muy igualados. Este empate oculta la realidad de una campaña extraña, donde Trump empezó con una gran ventaja frente a un Joe Biden que fue apeado por un golpe oligárquico de su propio partido, debido a las limitaciones de su senectud. En su lugar, se promocionó a la vicepresidenta Harris, con el apoyo de la misma prensa que hasta ese momento había mirado para otro lado con los problemas de Biden. Sin embargo, el impulso de la candidata se fue agotando y desde hace semanas Trump no sólo la ha alcanzado, sino que la ha superado en intención de voto. Tampoco se puede ignorar que durante esta campaña el aspirante republicano ha sufrido dos intentos de asesinato, los cuales revelaron importantes fallos del Servicio Secreto. Uno de los episodios más singulares fue la entrada en la escena política de multimillonarios tecnológicos, en particular de Elon Musk. El dueño de la red social X y de Tesla es el responsable de que Trump apostara por estimular el voto anticipado, tanto presencial como por correo, después de que en la campaña de 2020 lo señalara como fuente de fraude. Musk ha creado un Comité de Acción Política a favor de Trump en el que ha invertido millones de dólares y ha volcado su influencia mediática. Los expertos consideran que uno de los grandes lastres de la campaña de Harris ha sido su incapacidad para distanciarse de la gestión de Biden. El actual presidente ha pasado a la historia para la mayoría de los estadounidenses –y no sólo para los medios de comunicación– mucho antes de que terminara su mandato. Visto en su momento como el único capaz de derrotar a Trump, Biden acaba su periodo con importantes logros macroeconómicos que no son reconocidos a pie de calle. Este fenómeno, cuyas raíces hay que buscar en el profundo castigo causado por la inflación y en una serie de secuelas de la pandemia, parece estar impulsando una ola de cambios políticos en todo el mundo, no sólo en Estados Unidos. Con todo, la polarización será el elemento decisivo en esta elección. Toda vez que los candidatos están muy igualados, es muy probable que el 6 de noviembre no esté claro quién contará con los 270 delegados necesarios para ser proclamado presidente en el colegio electoral. Desde que Trump cuestionó el resultado en 2020 y rompió la dinámica del reconocimiento de la victoria del adversario (fenómeno que también se da en otros países, entre ellos España), las instituciones están sometidas a una durísima prueba. Sólo el tiempo permite asegurar un recuento irreprochable y, desgraciadamente, eso requiere paciencia, una actitud que hoy no abunda ni en la política ni en la sociedad.

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