De Chancay a Shanghai, por Xi Pu
(*) Por Xi Pu, observador de asuntos internacionales en Beijing.
El Puerto del Callao es uno de los puertos comerciales más importantes del Perú. En los últimos años, desde aquí se despachan aguacates peruanos que son llevados a Shanghái en un viaje que toma entre 35 y 40 días. No obstante, con la pronta puesta en funcionamiento del Puerto de Chancay, proyecto insignia de la cooperación China-Perú en el marco de la Franja y la Ruta, aguacates, harina de pescado, minerales y materias primas de suma importancia para la transición energética, como el cobre y el litio, entre otras, partirán desde este puerto y solo necesitarán unos 20 días para llegar a China, además de ahorrar el 20 % en el flete marítimo. “De Chancay a Shanghái”: en esta expresión popular se cristaliza la hermosa aspiración de ambos países y pueblos de aumentar la conectividad, fomentar la cooperación y promover el desarrollo común.
Conectividad física en infraestructuras
Un dicho chino reza: “Para generar riqueza, lo primero que se debe hacer es garantizar la conectividad del tráfico”. En octubre de 2023, el presidente Xi Jinping anunció los ocho pasos principales de China para apoyar la cooperación en la Franja y la Ruta de alta calidad, siendo la conectividad infraestructural su núcleo. En los años 90 del siglo pasado, cuando China decidió establecer la Nueva Área de Pudong en Shanghái, el compañero Deng Xiaoping dijo: “¡Frente a Pudong están el Océano Pacífico, Estados Unidos y Europa, y todo el mundo!”. Más de 30 años después, al otro lado del Océano Pacífico, el Puerto de Chancay, igualmente dotado de una ubicación geográfica privilegiada, no solo está comunicado con la Carretera Panamericana, llegando así fácilmente a la capital Lima, sino que también constituye un hub logístico que conecta América Latina con Asia-Pacífico. Este puerto facilita el transporte fluido de mercancías desde y hacia el Perú, proyectándose a muchos otros países de la región, y constituye un nuevo corredor terrestre-marítimo tanto entre China y el Perú como entre China y la región, haciendo realidad “De Chancay a Shanghái”.
Conectividad blanda en reglas y estándares
Tras la crisis financiera internacional de 2008, la apertura institucional en torno a las reglas, la regulación, la administración y los estándares marca la tendencia de la cooperación económico-comercial internacional. En marzo de 2010 entró en vigor el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre China y Perú, convirtiendo a Perú en el primer país de América Latina y el Caribe (ALC) en firmar un TLC integral con China. En los últimos 14 años, el volumen comercial bilateral se ha multiplicado por más de tres y las exportaciones de productos agrícolas peruanos a China han aumentado 18 veces. Así, el comercio binacional es cada vez más ágil y abierto. China se ha mantenido como el mayor socio comercial y el mayor mercado de exportación del Perú durante diez años consecutivos, y Perú es el segundo destino de inversión de China en ALC. A finales de 2018, ambos países iniciaron negociaciones para optimizar su TLC. En junio de 2024, durante la visita de la presidenta Dina Boluarte a China, ambos jefes de Estado anunciaron juntos la conclusión sustancial de dichas negociaciones. La actualización del TLC promoverá aún más una apertura institucional de mayor nivel en ambos países e inyectará continuamente nuevos impulsos a su desarrollo sostenido de alta calidad.
Conectividad de corazones en filosofías de desarrollo
En 1924, el gran pionero del marxismo latinoamericano José Carlos Mariátegui señaló en su texto “La Revolución China”, publicado en la revista peruana Variedades, que: “Espiritual y físicamente, China está mucho más cerca de nosotros que Europa. La psicología de nuestro pueblo es de tinte más asiático que occidental”. Como civilizaciones milenarias e importantes mercados emergentes en la cuenca del Pacífico, tanto China como Perú están comprometidos con la modernización nacional y la mejora del bienestar de sus pueblos. Durante su visita a China, la presidenta Dina Boluarte expresó con emoción en su entrevista con el Grupo de Medios de China: “Quiero un país donde la niñez tenga futuro y tenemos que apostar por ser un país como lo que es China, ser un país industrializado”. En la Política General del actual Gobierno peruano, ejes como la reactivación económica, el impulso al desarrollo de los departamentos, la lucha contra la corrupción, un buen año escolar con recuperación de los aprendizajes y la salud como derecho humano, coinciden ampliamente con los conceptos de China de desarrollar fuerzas productivas de nueva calidad, fomentar un desarrollo integrado urbano-rural, promover el disciplinamiento integral y riguroso del Partido, y materializar gradualmente la prosperidad común de toda la población. La civilización china y la peruana se enriquecen mutuamente, y los planes de ambos países se nutren entre sí, proporcionando una sólida garantía para que China y Perú continúen juntos su camino hacia la modernización con características propias.
A invitación de la presidenta Dina Boluarte, el presidente Xi Jinping viajará a Lima para asistir a la 31ª Reunión de Líderes Económicos del APEC y realizará una Visita de Estado a Perú. Ambos países deben tomar esta importante visita como una oportunidad para convertir “De Chancay a Shanghái” en un camino próspero que favorezca el desarrollo compartido entre ambos países y entre China y ALC, con miras a promover el desarrollo común de los países del Sur Global, incluidos China y Perú.