Alcaraz sigue sin aire: suspende el entrenamiento a los diez minutos
En el Inalpi Arena, además de los partidos oficiales se tiene la oportunidad de ver muy de cerca a los tenistas en sus horas de entrenamiento. Unas doscientas personas rodean la pista donde Carlos Alcaraz se ejercita a partir de las 11.30 horas con el estadounidense Andres Martin. Pero a las 11.45, Juan Carlos Ferrero se acerca al banquillo del rival y la noticia salta: «Tenemos que parar aquí», le dice al jugador antes de chocar la mano con él. Y hay que parar porque al otro lado de la silla del juez hay un Carlos Alcaraz envuelto en una toalla gigante, visiblemente congestionado, tosiendo sobre otra toalla y con cara de querer estar en la cama antes que en cualquier otro sitio. Continúa el enfriamiento agarrado en el pecho, lo que le dificulta respirar y los movimientos. Ya lleva varios días así, y con antibióticos, y prefiere dejar pasar la jornada de descanso precisamente para eso, que de tenis está aparentemente bien, pero le fallan las fuerzas, los pulmones y un poco el ánimo. Llegaba con energía a esta Copa de Maestros, pero se le ha ido de golpe entre tos y tos. Algo que le afectó mucho en su estreno ante Casper Ruud y necesita evitar que le ocurra el miércoles ante Andrey Rublev, donde se juega gran parte de sus opciones de seguir en el torneo. Se marcha el equipo con las cabezas gachas y se queda Ferrero para explicar la situación: «En cuanto se pone a moverse un poquito, le cuesta respirar, tiene el pecho un poquito cogido. Un mal momento para haberse puesto malo. En París-Bercy no se encontraba mal. No tenía problemas de mucosidad. Lleva tiempo haciendo lo de mentol como rutina para respirar bien, parece que como que te llega un poquito más adentro». Por el momento, pide cautela y paciencia, y no pensar en nada más que en la recuperación del muchacho y no en una salida precipitada de este exclusivo torneo. «Yo creo que no debemos adelantar (sobre retirarse o no). Todos hemos jugado bajo circunstancias en las que no nos encontrábamos bien. Supongo que lo hará mañana Carlos, igual que lo ha hecho mucha otra gente. Creo que no va a llegar tanto como para no entrar en la pista. Eso es lo que yo creo», prosigue el entrenador. De ahí que tampoco vea en peligro la Copa Davis que comienza la próxima semana: «Hay que ir día a día. Todavía queda mucho. De cara a la semana que viene no creo que peligro. Los resfriados tiene unos días de subida y de bajada y yo creo que no peligra». Aunque acepta el reto mayúsculo que supone haber comenzado la competición con una derrota en dos sets y que tenga a un rival como Andrey Rublev el miércoles también con la urgencia de sumar un triunfo. «Mañana al cien por cien va a ser difícil estar. Y Rublev es un jugador que te mueve y hay que estar muy bien de piernas y ahora mismo es lo que le está costando un poquito. Recuperar entre punto y punto. Vamos a ver. Rublev también perdió, tiene la necesidad de ganar mañana. Va a salir a cuchillo sabiendo además que Carlos no está en principio al cien por cien físicamente. Es una incógnita. Vamos a ver sin jugar hoy cómo recupera el cuerpo y si de cara a mañana se encontrara algo mejor, intentar dar todo lo que tenga dentro. No queda otra. Está difícil, pero…». Alcaraz, que necesita tener todo en orden para que le asome la sonrisa, con buena aptitud para jugar con molestias, pero precavido para ofrecer su mejor versión, prefiere hoy la jornada de manta y descanso, sin forzar y a la espera de que el antibiótico, con el que lleva ya los tres días de rigor, haga su efecto y pueda agarrarse a esa segunda oportunidad que ofrece siempre esta Copa de Maestros. «Lo que hay que hacer es recuperarse a nivel físico. Sabe igual que nosotros a nivel de clasificación lo tiene más difícil que el año pasado porque ganó un set en 2023, pero hay que jugar. Imagina que gana 6-1 y 6-1 a Rublev mañana y Zverev y se arregla todo. Vamos a ver. Vamos a darle tiempo», concluye Ferrero.