Israel va por anexión de Cisjordania: ¿Qué medidas económicas aplicó para tomar parte de Palestina?
Abriendo nuevas centrales energéticas, extendiendo su red de transportes o aprobando más plazas para estudiantes en las colonias de Cisjordania, Israel profundiza la ocupación del territorio palestino, como prometió el ministro ultra Bezalel Smotrich, a cargo de los asentamientos: “2025: el año de la soberanía sobre Judea y Samaria”.
Judea y Samaria, el nombre bíblico con el que los nacionalistas israelíes se refieren a Cisjordania, aparece en varias ocasiones en los planes que incluye la recientemente aprobada “Ley de Arreglos”, un compendio de normas para reducir gastos presupuestarios (algunas pendientes de aprobar y otras ya en marcha) que, entre líneas, esconden actuaciones que sobrepasan la soberanía de Israel.
“Bajo el disfraz de reformas presupuestarias, el Gobierno introduce medidas de anexión de gran alcance por la puerta de atrás, eludiendo el debate público”, denunció la ONG israelí Peace Now, que documenta la ocupación de Palestina.
Peace Now encontró en la nueva ley cuatro líneas de actuación con las que profundiza su anexión de facto de Cisjordania a través de un plan energético, otro de transportes, uno de recaudación y otro educativo.
Entre líneas del “Plan para promover la seguridad energética del sector eléctrico israelí”, la ONG resalta la intención del Gobierno de construir dos centrales energéticas y conceder permiso a colonos y otros empresarios para establecer 200 hectáreas en parques solares en el territorio palestino.
“Israel no permite a los palestinos desarrollar parques solares independientes en la zona C (el sector bajo control militar y administrativo israelí en Cisjordania)”, apuntó Peace Now.
Además, el Ejecutivo de Netanyahu creó a través de la nueva ley una autoridad dependiente del Ministerio de Transportes para gestionar el sector en áreas metropolitanas. Esta, en principio, no regiría sobre Cisjordania, pero de nuevo la ONG resalta el ‘truco’ israelí: la norma plantea buscar un esquema legal que extienda esa autoridad a las localidades palestinas que forman parte del área metropolitana de Jerusalén.
Israel ocupó Jerusalén Este en 1967, y se la anexionó oficialmente en 1980.
El transporte es uno de los métodos comunes de expansión de Israel, que desde que comenzó la guerra en Gaza ha permitido la construcción decenas de kilómetros de carreteras ilegales en el enclave, también en tierras privadas palestinas.
En su Ley de Arreglos, el Gobierno también pretende intensificar la recolecta de tasas por la propiedad de terrenos por parte de la Autoridad de Tierras de Israel (ATI). Algo que no afecta a los colonos, de quienes no recolectan “ni un sólo séquel”, según Peace Now, favoreciendo de nuevo el establecimiento de la población en asentamientos.
La anexión se extiende también al ámbito educativo, derivando estudiantes a territorio ocupado: Israel alega que necesita fortalecer su sector sanitario, y para ello ha incrementado las plazas universitarias en materia médica entre la decena y la centena en varias ciudades del país, pero hasta las 314 en la región de Tel Aviv y Ariel, encontrándose la última en el asentamiento homónimo.
Anexión de facto de Israel sobre Palestina: ilegal y crimen de guerra
“El Estatuto de Roma prohíbe que la potencia ocupante traslade su población a territorio ocupado. Israel, expandiendo sus asentamientos, construyendo infraestructuras o manteniendo a los colonos con planes económicos (en Cisjordania) facilita esta transferencia, lo que se considera un crimen de guerra”, dice a EFE Miriam Azem, del equipo de abogacía internacional de Adalah, una organización pro derechos humanos israelí.
Azem recuerda la opinión emitida por la Corte Internacional de Justicia en julio, que determinó ilegal la ocupación israelí de Cisjordania. Y anticipa una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, aún bajo estudio, que podría dar un plazo de 12 meses a Israel para abandonar el enclave.
A pesar de tener el derecho internacional en su contra, Israel iba a dar un paso más en su expansión el domingo, cuando el Gobierno se disponía a debatir una ley que permitirá a israelíes comprar territorio en Cisjordania. El debate se aplazó a la última semana de enero.
“Esperan a Trump, aparentemente”, insinuó a EFE un portavoz de Peace Now, dado que el magnate tomará posesión como presidente de Estados Unidos el 20 de enero de 2025, y su retorno ha dado alas a los ministros más radicales, como Smotrich, para pensar que podrán extender su ocupación en Cisjordania e, incluso, en Gaza.
De hecho, el próximo embajador estadounidense en Israel, Mike Huckabee, designado por Trump, se ha mostrado favorable a la anexión de Cisjordania y ya en 2017 negó la existencia de tal territorio palestino, mientras supervisaba las obras de expansión del asentamiento de Maale Adumim.
Este año se han batido todos los récords de apropiación de terrenos palestinos, después de que Israel declarase más de 2 mil 300 hectáreas en Cisjordania como tierras estatales, mecanismo que emplea, junto a la denominación de reservas naturales y zonas de entrenamiento militar, para expulsar a más población palestina.