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Sevilla, una 'jauría' que abrazó a Dani Fernández en el Cartuja Center

Abc.es 
En ocasiones, algunos conciertos se convierten en refugios , lugares donde mirar a los demás y a uno mismo se convierte en un acto voluntario, despojado de máscaras , casi natural. Anoche el Cartuja Center fue uno de esos oasis que te sacia la sed en medio de tanto ruido. Dani Fernández lo tuvo claro desde que pisó el escenario en Sevilla: quería transformar las miradas de los allí presentes, hacerles ver que todos pueden ser lo mismo, que convertirse en víctima o verdugo en este mundo de juicios acelerados depende de una fina línea. Por eso, cuando el reloj marcaba las nueve de la noche, las pantallas que completaban el atrezo del escenario mostraron una pequeña cámara que se movía entre el público, poniendo el foco en personas aleatorias, clavando la mirada al azar en cualquiera... porque cualquiera puede estar en el punto de mira. Todo en el auditorio parecía vibrar con una energía diferente, como si los allí presentes supieran que esa no iba a ser una noche al uso . Las luces azules lo envolvían todo, mientras el público estaba ansioso por quitarse los lastres sin miedo al qué dirán. Dani Fernández llegó diez minutos después de la hora marcada, pero justo a tiempo para encontrarse con su gente, con esa Jauría que tantas veces lo había observado con ojos críticos. Pero esta vez, algo distinto se palpaba: el juicio se había desvanecido, y en su lugar, la Jauría estaba lista para abrazarlo. Cuando las luces se apagaron y la primera melodía emergió, Dani cruzó el escenario como quien vuelve a casa después de un largo exilio. Sevilla, fiel a su costumbre, lo recibió con un clamor que sacudió las fibras más profundas. Arrancó con 'Joderme la vida', y desde el primer acorde quedó claro que el público no venía solo a escuchar: venía a acompañarlo. Entre palmas y voces coreando al unísono, Dani, con los ojos cerrados y las manos firmes sobre la guitarra, parecía estar dispuesto a hacer saltar hasta la saciedad a todos los presentes. Al grito de «¿Cómo estamos Sevilla?», el artista manchego introdujo 'Clima Tropical' , uno de sus temas más famosos y la elección perfecta para seguir aumentando la energía de un público que ya estaba más que entregado. Y es que Dani no solo cantó anoche; también habló. Lo hizo de tú a tú, con el alma en la mano y la mirada fija en todas las personas que habían ido a verle. «No puedo negar que estoy súper nervioso, son muchos meses de trabajo y horas dedicadas a este disco, a esta Jauría que a nosotros nos emociona tanto. Vosotros seguís haciendo que yo siga soñando con la música. Gracias Sevilla, ¡sois la hostia!» . De un momento a otro las luces cambiaron de color, el azul se convirtió en rojo, al gual que la adrenalina se transformó en intensidad, e 'Inertes' se hizo hueco entre acordes . Con canciones como 'Sólo tienes que avisar', dedicada a su hija, y 'Criminal' , Dani se confesó: «Ahora que soy padre, a veces es difícil para mí irme de gira, pero vosotros hacéis que todo merezca la pena. Jamás pensé que llenaría el Cartuja Center, pero fuisteis los primeros en agotar las entradas. Me rindo ante vosotros Sevilla.» La energía no paraba de subir, y la catarsis ya era algo anticipado. Con 'Oaxaca' y 'Plan Fatal' ya no había camino de retorno. Como si de una montaña rusa de emociones se tratase, Dani volcó su lado más rockero con un público que ya estaba libre de juicios, listo para dejarse llevar con temas como 'Suéltate el pelo' o 'Sin vergüenza', canción que el artista comparte con Arde Bogotá. Y para seguir jugando con los contrastes, Dani abrazó de nuevo su parte más vulnerable e introdujo el tema 'Y si lo hacemos', su colaboración con Valeria Castro. «Muchas veces nos dejamos llevar por nuestros miedos e inseguridades, dejando de lado la necesidad de no malgastar el tiempo. Hay que querer mucho a la gente que tenemos a nuestro alrededor y decírselo. Gracias por hacerlo conmigo esta noche Sevilla«, expresó el cantante. Lo que siguió fue un desfile de sentimientos sin tiempo para respirar. 'Supersubmarina' llenó el auditorio de energía y todos se entregaron a la nostalgia sin pensárselo dos veces. Para este momento del concierto , 'Dile a los demás' hizo que la conexión con el público se volviese irrompible . Era un pacto tácito: esta noche, todos estaban ahí para sostenerse mutuamente. La velada alcanzó su punto más íntimo cuando parecía que el concierto había terminado, y Dani sorprendió a todos sacando su guitarra y cantando 'La trama principal' a capela , armado tan solo de su voz y sus ganas de dejarse la piel en cada nota. El público hizo silencio y se centraron en disfrutar de las notas rasgadas del artista, su talento y su entrega encima del escenario. Aprovechando que la vulnerabilidad alcanzaba su máxima expresión en se momento de la noche, Dani se atrevió con 'Si tus piernas' para terminar de emocionar a todos los allí presentes. El concierto terminó al ritmo de «Todo cambia», pero el mensaje que quedó flotando iba mucho más allá de una última canción. Dani, con los ojos brillantes, miró al público y dijo: «Gracias por todo Sevilla, me hace mucha ilusión empezar esta gira aquí, en la tierra de mi abuelo. Muchísimas gracias por venir, espero veros en más ciudades.» Cuando las luces se encendieron y la multitud comenzó a dispersarse, el aire todavía estaba cargado de algo especial. No era solo el eco de las canciones, sino la certeza de que esa noche algo había cambiado. La Jauría no era un público cualquiera, y en ella, Dani Fernández encontró un abrazo sincero que lo acompañará el resto de la gira.

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