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Óscar Vidarte: “Muchas de las cosas que hemos visto en APEC no son resultados de APEC”

En un mundo que poco a poco parece acercarse a una nueva bipolaridad marcada por la competencia entre Estados y China, ¿cuál es la posición que debería asumir un país pequeño como el Perú? El internacionalista y docente principal de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Óscar Vidarte, explica que por el momento el objetivo consiste en llevarse bien con los dos, aunque no se sabe cuánto tiempo podrá durar esta estrategia, sobre todo si el país asiático logra en unos años cerrar la brecha militar y emparejar las cosas. Además, responde sobre el reciente APEC y los efectos que podría tener en la imagen de un Gobierno con la aprobación en el suelo y profundamente deslegitimado. “Tampoco hay que vender humo”, señala. Si bien reconoce que puede haber un rebote positivo para Dina Boluarte, advierte que lo más probable es que las cosas mantengan el mismo rumbo.   

Los expertos hablan de una guerra comercial entre China y Estados Unidos. ¿Perú qué posición está asumiendo en ella? ¿Ya decidimos por China? Es nuestro principal aliado comercial, se acaba de inaugurar el puerto de Chancay. ¿O vamos a ir moviéndonos un poco de acuerdo a las circunstancias?

Por lo que vimos en el primer gobierno de Donald Trump y sus expresiones en campaña, se espera una política mucho más dura en lo comercial contra China. Hemos visto comentarios de gente cercana al nuevo presidente de Estados Unidos en esos términos, de aumentar aranceles y entrar a una fase mucho más dura. El Perú creo que tiene una política exterior bastante cauta. Si bien es cierto que el porcentaje de nuestras exportaciones a China está llegando a un nivel importante con una diferencia marcada respecto de Estados Unidos, la agenda con Estados Unidos va mucho más allá del tema económico: hay temas de seguridad y democracia. La posición del Perú, al margen de tema económico, es básicamente tratar de tener una buena relación con ambos. Las circunstancias del sistema internacional lo permiten todavía.

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¿Por qué?

Porque China no está todavía en las condiciones de competir, aunque podría estarlo más adelante. Un ejemplo de que el Perú trata de llevarse bien con los dos es que en la misma semana que se inauguró Chancay apareció en las primeras planas el acuerdo para que Estados Unidos tenga, con el Perú, una estación espacial en Talara, algo central para fines de investigación del espacio y de seguridad.

¿El mundo se ha empezado a definir por la bipolaridad Estados Unidos–China?

El mundo parece estar definiéndose en términos bipolares. Existen muchas más condiciones para que este mundo sea bipolar que las que hubo durante la Guerra Fría entre la Unión Soviética y Estados Unidos. Esa bipolaridad se construyó sobre un equilibrio militar y nuclear más no económico y tecnológico, donde Estados Unidos tenía ventajas.

¿Y ahora?

En la actualidad en el ámbito económico hay un equilibrio, si es que China no está delante. En el ámbito tecnológico hay un equilibrio, si es que China no está adelante. Lo que faltaría es el ámbito militar, donde las diferencias que tiene Estados Unidos se van reduciendo año a año. Si esa diferencia se acorta, podríamos entrar en un mundo bipolar. Ahora, sería totalmente distinto a lo que vimos en los cincuentas, sesentas, setentas. A mí no me gusta hablar de una nueva Guerra Fría porque el mundo es un poco distinto. El principal socio comercial para China es Estados Unidos y para Estados Unidos probablemente lo sea China. Eso no ocurría entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Por eso estamos en una dinámica internacional en la cual el Perú puede jugar con ambos, pero no sé qué tanto va a poder durar.

Llega Trump. ¿Habrá algún cambio en la política estadounidense respecto de América Latina con la designación de Marcos Rubio como secretario de Estado?

No creo que haya un mayor interés por América Latina. No lo hubo durante el Gobierno de Biden y Trump demostró en su primer Gobierno que América Latina no es prioridad. Trump solo viajó a la región una vez, para el G20 en Buenos Aires. Después canceló dos visitas a Colombia y una a Perú para la Cumbre de las Américas, el principal foro de comunicación y diálogo entre América Latina y Estados Unidos. Además, su política exterior para países pequeños como los nuestros se ha construido sobre la base de sus intereses, no los nuestros. No se ha construido sobre la base del diálogo ni la cooperación sino sobre la base de la imposición, la amenaza. Lo máximo a lo que podemos aspirar los latinoamericanos (con Trump) es a que la relación se mantenga como está. Pensar en una mejora va a ser muy difícil. Más bien, vamos a vivir con la preocupación permanente de que nuestras relaciones se vean…

¿Deterioradas?

Deterioradas. Marc Rubio señaló en un artículo de abril en The National Interest

Que es una publicación conservadora.

Exacto. Dijo que en Latinoamérica sería bueno construir una alianza conservadora con países alineados a Estados Unidos, contrarios a los populismos de izquierda y enfrentados a China. En esa lista, donde obviamente salen Argentina y El Salvador, aparece el Perú y, puntualmente, el Gobierno de Dina Boluarte. Ahí hay algo interesante. Si así es como Rubio va a entender su relación con América Latina, que es como la entiende gran parte del establishment político estadounidense, bajo la lógica amigo-enemigo, me gustaría saber cuál va a ser el papel de Perú. No sé si Rubio ha visto con alegría la foto de Boluarte inaugurando el puerto de Chancay y todo el trato y la importancia que se le ha dado a Xi Jinping.

Mencionar a El Salvador y a Perú como aliados para contener a regímenes no democráticos suena incongruente, ¿no?

Es la manera como gran parte del Partido Republicano y los neoconservadores entienden las cosas. Es irónico que se habla mucho de democracia, pero son capaces de apoyar a gobiernos no democráticos cuando su lucha es contra cualquier cosa que parezca de izquierda.

Eso suena al Estados Unidos de siempre, ¿cierto?

Sí, pero con estos actores es mucho más marcado. Durante la Guerra Fría eso se podía entender en tanto la lucha contra el comunismo, que era tu principal amenaza. Yo no sé si hoy tu principal amenaza es la izquierda mundial. China es un país que juega las reglas…

¿Capitalistas?

Exacto.

China es como una dictadura capitalista de partido único.

Que tiene mucha presencia del Estado en la economía. No es un capitalismo neoliberal, sino que es una economía que tiene controlado el movimiento del yuan, que tiene presencia estatal, que tiene muchos mecanismos de control, aunque juega y participa dentro del libre comercio de bienes y servicios.

¿En qué situación queda la política exterior peruana luego de APEC?

Partamos de esto: APEC ha sido un éxito si lo analizamos a partir de la organización y de exposición política. El Perú ha tratado de aprovechar al máximo la oportunidad con un montón de países importantes en el mundo y en el Asia Pacífico. Ahora, el tema es que tampoco hay que vender humo, porque muchas de las cosas que hemos visto en APEC no son resultados de APEC. Chancay no es resultado de APEC, sino que se ha aprovechado para darle más visibilidad. El acuerdo comercial con Hong Kong es algo que se viene trabajando hace varios años. Incluso APEC, como evento, fue logrado durante el gobierno de Castillo. Debemos poner todo en su sitio. Muchas de las cosas que vimos en APEC no son resultado de APEC, propiamente. Ahora, todas las oportunidades que APEC puede generar van a depender de otros factores como la estabilidad política, económica, jurídica y la seguridad interna. Todos aplaudimos Chancay por su capacidad de cambiar la dinámica portuaria y naviera de todo el Pacífico Sur. Sin embargo, ¿estamos integrando a Chancay en un proyecto de desarrollo nacional? ¿Desde cuándo hablamos en el Perú de un parque industrial en Ancón? Desde este año. ¿Desde cuándo hablamos en el Perú de una zona económica exclusiva?  La carretera Panamericana sigue siendo una de dos carriles, ¿cómo vamos a recibir a toda esa cantidad de camiones que pueden venir de Ecuador y otros países? La construcción del puerto empezó el 2020 pero recién estamos pensando en Chancay en los últimos cuatro o cinco meses. ¿Cuántas comisarías tiene Chancay frente a la posibilidad de que se vuelva un puerto de salida del narcotráfico?

¿Y puede APEC servirle al Gobierno a mejorar su imagen? Esa es la expectativa que tienen en el Ejecutivo.

Sí. Este es un Gobierno con muy poca legitimidad interna e internacional, por eso le es fundamental este tipo de exposición con grandes líderes mundiales. Eso debe tener un impacto favorable, es natural. Claro, cuando tu nivel de aprobación es 3%, subir a 6% es un 100% de ganancia. Eso en términos brutos es muy poco. Creo que va a haber un rebote, la narrativa es muy positiva, pero van a chocarse nuevamente con una realidad interna y externa. Si es que el Gobierno no cambia de rumbo, que es lo que imagino va a pasar, esta primavera va a durar muy poco tiempo.

Si es que se le puede llamar primavera.

De acuerdo. Mire lo que ha pasado en el en el G20 en Brasil, donde participan además México y Argentina. Brasil ha invitado a Uruguay y Paraguay, del Mercosur, y a Chile, Bolivia y Colombia. ¿Y Perú? Ahí vemos por dónde pasan las dinámicas regionales. No nos invitan ni siquiera al G20, aunque se está realizando en nuestro subcontinente. Eso demuestra que estamos regresando a nuestra realidad, de un país que tiene dificultades para establecer relaciones internacionales. La foto de Boluarte con Xi Jinping es real e importante, pero la relación con China viene de tiempo atrás. China es muy pragmático y mientras pueda hacer negocios y satisfacer sus intereses con el Perú va a tomarse las fotos con quien sea presidente.

La Corte Penal Internacional ha emitido órdenes de arresto contra el primer ministro de Israel, Netanyahu, y el exministro de Defensa, Gallant. ¿Hay un genocidio en Gaza?

Claramente hay una práctica sistemática que busca eliminar a una población. No se puede catalogar de otra manera. Las condiciones en Gaza antes del conflicto eran lamentables y ahora tenemos un acto de genocidio que no ha tenido ningún tipo de consideración por la vida humana. La excusa de que atacan lugares donde se encuentra Hamás ya no tiene mucho sustento. Están atacando organismos internacionales, colegios y hospitales. La capacidad de destrucción de este último año y pico es brutal. La cantidad de muertos ya supera los 50,000, la mayor parte son niños. Hay múltiples resoluciones del Consejo Federal de la ONU que Israel incumple. Me parece correcto lo que la Corte Penal ha determinado contra Netanyahu…

Y Gallant.

Pero llevar a cabo ese tipo de resoluciones es difícil. Va a depender de los Estados miembros y si bien tienen la obligación de hacerlo, algunas veces no sucede porque las alianzas de Israel con Estados Unidos lo impiden. Lo bueno es que Netanyahu, como sucede con Putin, va a tener muchas dificultades.

Claro, para movilizarse. ¿Y qué responde frente al argumento israelí, de que su acción es defensiva frente a Hamás?

Hamás es una organización terrorista y no se puede avalar a una organización que en el pasado ha puesto bombas en autobuses, que no solamente atacó a militares sino a población civil, a la que secuestró y asesinó. Pero también es cierto que Israel es un Estado y no puede comportarse de esa manera. Vemos a Israel comportándose o asumiendo un accionar al mismo nivel que una organización terrorista, por eso hablamos de un Estado terrorista.

Un Estado cuyo pueblo sufrió un genocidio.

Exacto, y que parece no haber aprendido mucho de la experiencia.

Cambio de conflicto. ¿La autorización a Ucrania para usar misiles suministrados por Estados Unidos lleva la guerra con Rusia a un nuevo nivel?

Sí. Eso se demuestra con la reacción de Putin. Y también aumenta el grado de compromiso de Occidente con Ucrania. Mi impresión sobre lo que está haciendo Estados Unidos con Ucrania, al permitirle usar estos misiles, es posicionarla mejor frente a lo que parece va a ser un intento de negociación forzada con Trump. Siempre es buena la negociación entre países en conflicto, pero también es cierto que cuando la situación es muy asimétrica ya sabemos cuál va a ser el resultado. Las partes suelen negociar cuando pueden ganar algo, si no vas a ganar…

No negocias, es una regla básica.  

Correcto. Ucrania entraría a una negociación forzada en malas condiciones y, en ese contexto, creo que este permiso de usar los misiles trataría de posicionarla un poco mejor. Lo que ocurre es que es una estrategia muy riesgosa. Rusia, inteligentemente, sacó la carta que más tensión genera en Occidente: la carta nuclear. Y todos los medios rusos y el mismo Putin han comenzado a hablar de lo que sucedería en una tercera guerra mundial. La carta nuclear es muy difícil de utilizar en la práctica porque implicaría la propia destrucción. Sin embargo, el simple hecho de mencionarla avanzado el Siglo XXI supone regresar varias décadas atrás.

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