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La Policía Nacional de Córdoba 'juega' en El Arcángel: así lo blinda

Abc.es 
Una hora antes del comienzo del Córdoba-Zaragoza, disputado este sábado, empezaba —por la Ribera y por Campo Madre de Dios—, el reguero de personas ataviadas con la inconfundible camiseta blanquiverde del equipo local. Durante el camino se iban topando con multitud de grupos elegantemente vestidos procedentes de bodas oficiadas en las parroquias del entorno. Gente en el interior de los coches pasaba vociferando y con banderines en las ventanas. Aún no sabían que el resultado, un empate a dos , les iba a dejar con un sabor agridulce. Lo que para los aficionados era un día de asueto, para el grupo II de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Policía Nacional supone un día de trabajo intenso de vigilancia en el estadio y sus alrededores , como cada vez que juega el Córdoba CF en El Arcángel. Dirigidos en esta ocasión por el subinspector Neftalí Cobo , una veintena de agentes se ocuparon de mantener la seguridad y controlar a los elementos más conflictivos de las hinchadas, si los hubiera. Divididos en tres furgonetas , antes del partido se produce el trabajo de observación. «Nos fijamos sobre todo en las zonas a las que van los aficionados . A los hinchas locales ya los conocemos, tanto las peñas como los bares que funcionan como punto de reunión», declaraba el subinspector. «La afición contraria, como Córdoba es una ciudad turística, suele distribuirse por las Tendillas, la Judería o la Ribera , ya que aprovechan para disfrutar», añadía. Dicha labor esta precedida de las tareas de información ya realizadas por los compañeros de Zaragoza, que van advirtiendo sobre la llegada a Córdoba de elementos conflictivos , que serán más o menos dependiendo tanto de las características de la hinchada en cuestión, como de la particular relación que mantengan con la afición cordobesa. De esta manera, hinchadas más conflictivas pueden mantener lazos de hermanamientos con la cordobesa, por lo que el peligro de enfrentamientos se diluye. La coordinación concreta con la Brigada Provincial de Información resulta vital para controlar a las personas más violentas que viajen con el equipo visitantes y que siempre son un pequeño porcentaje. ¿Qué se podía esperar de la afición del Zaragoza? Según Cobo, venían unas 400 personas , pero entre ellas siete individuos revestían cierto peligro. «Contamos con una información previa de la unidad policial del lugar donde procede esta afición, por lo que ya sabemos que venían estos siete radicales violentos ». El equipo de ABC que acompaña al grupo II de la UPR ya puede oír, en la furgoneta policial en la que se desplaza al estadio, cómo se solicita a compañeros de paisano que sigan realizando el seguimiento de estos individuos sin perderlos. «Desde que salen de Zaragoza ya se les hace una monitorización para ver dónde se van a alojar, y prácticamente desde que pisan Córdoba tienen a personal de paisano encima de ellos», explican desde este Cuerpo de Seguridad. En este caso concreto, cuando se supo que se encontraban en el bar Los Tamicos , donde se reúnen muchos aficionados del Córdoba, se envió, además, a seis policías uniformados para evitar cualquier intención de pelea. En cualquier caso, el partido contra el Zaragoza no estaba considerado como especialmente problemático. En otros choques, se llegan a cortar calles cercanas al estadio antes del inicio del partido, para 'pastorear' a la afición, término con el que la policía describe al acto de ir encauzando por determinados lugares a las personas que van acudiendo al encuentro, de manera que se eviten aglomeraciones y se fomente un mejor control. Esta vez no fueron necesarios dichos cortes. Es más, en partidos más complicados los efectivos de la policía pueden llegar a multiplicarse hasta la totalidad de agentes disponibles, que alcanzan los 60 si es necesario. La afición cordobesa se reúne sobre todo en la zona donde está Los Tamicos, pero también en la cercana plaza del Moreal , que se ha convertido, con su abundancia de negocios hosteleros, en otro punto clave para tomarse algo antes del partido. Una vez toda esa aglomeración se va disipando, y los aficionados llegan al estadio, los policías de las tres furgonetas que han estado realizando labores de observación también se desplazan al Arcángel. «Los primeros agentes se van con el equipo arbitral , al que también se le proporciona seguridad», señaló el subinspector. «Conforme se va llenando el estadio y observemos los movimientos de las aficiones, sobre todo las partes violentas, vamos entrando con ellos». Una vez en el estadio, los policías se ubican allá donde sea necesario: «La mayor presencia policial se ubica en el fondo sur, donde se sitúa la afición ultra del Córdoba, y en la zona de tribuna alta, que es donde este año se sitúa a la hinchada visitante ». Los agentes se despliegan así en puntos estratégicos para controlar a los elementos ultra. «Normalmente no hay problema, solamente hacemos despliegues especiales en días donde pensamos, por ejemplo, que se puede invadir el campo , como cuando ascendió el Córdoba », detalló Neftalí Cobo. El subinspector recordó que dentro del estadio opera la Ley del Deporte , mucho más dura para el caso de consumo de drogas si se produce en el recinto deportivo que la ordinaria. De hecho, la multa por fumar un porro puede alcanzar los 3.000 euros , algo suficientemente disuasivo como para que no se tome ningún tipo de droga, lo que unido a la prohibición de vender alcohol en los campos, que data del 2007, supone una contención para los problemas derivados de determinados excesos. Mientras los aficionados disfrutan del partido, los policías velan por la seguridad de todos . «A lo mejor el agente que es muy aficionado puede ver algo por el rabillo del ojo», bromeó el subinspector. En cada partido local del resto de la temporada, la UPR se enfrentará en su particular liga a nuevos desafíos para blindar El Arcángel.

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