Observatorio Citrícola de Córdoba: un zumo de datos para mejorar las decisiones
Desde hace algunos años el campo cordobés dispone de múltiples herramientas tecnológicas que permiten a agricultores, ganaderos y a la industria agroalimentaria mejorar la productividad de sus explotaciones, optimizar el uso del agua o luchar contra las plagas. En muchos de estos proyectos de investigación e innovación han colaborado entidades públicas y empresas privadas. Este es el caso del Observatorio Citrícola del Valle del Guadalquivir , una iniciativa que fue presentada oficialmente la semana pasada y que está liderada por el Ayuntamiento de Palma del Río en colaboración con Palmanaranja, la asociación Palma Ecológica, el Ifapa y el Grupo de Desarrollo Rural (GDR) del Medio Guadalquivir. El Observatorio, para cuya elaboración han sido necesarios dos años, consiste en una plataforma web en la que agricultores, profesionales y empresarios del sector de la naranja de nueve municipios cordobeses (Palma del Río, Guadalcázar, Almodóvar del Río, Posadas, Córdoba, Hornachuelos, Fuente Palmera, Fuente Carreteros y La Carlota) y dieciocho sevillanos tendrán acceso a distintos tipos de datos relacionados con su actividad diaria. «Los actores de la actividad citrícola se dieron cuenta de que tenían un importante déficit de información , un problema que resolvemos con esta herramienta y que permitirá que puedan adoptar las mejores decisiones en cada momento», según destacó a ABC el gerente del GDR del Medio Guadalquivir, Jesús Orcaray. Los datos que se pueden obtener a través de esta plataforma son de tipo agronómico , como climáticos o recomendaciones de riego personalizadas a través de la información obtenida en tres parcelas donde se han hecho las investigaciones que están ubicadas en Palma del Río. Hay que recordar que la mayor parte de las explotaciones de naranja de la zona son de regadío y que en los últimos años han sufrido importantes restricciones de agua para sus cultivos. En este ámbito presenta igualmente información sobre las enfermedades que afectan al cultivo. También se ofrece un interesante análisis de la evolución de la superficie destinada a este producto y de las distintas variedades en los últimos años. Así, la comarca cordobesa de la Vega del Guadalquivir contaba a finales de 2023 con una superficie total de 12.419 hectáreas . Son 509 más que en 2019, lo que supone un crecimiento desde el punto de vista relativo de algo más del 4%. Tres municipios acaparan el 86% de todo el área sembrada de cítricos en la zona. El primer puesto es para Hornachuelos, con 5.695 hectáreas, quedando por detrás Palma del Río, con 3.667 y Posadas, con 1.328. Del mismo modo se aporta información sobre la evolución del precio de este cultivo leñoso tanto con datos de la Junta como de las lonjas de Córdoba y de Valencia. En líneas generales, se mantiene una cierta estabilidad en las cotizaciones en el entorno del euro por kilo, aunque la pasada primavera fue especialmente difícil cuando los valores medios descendieron hasta los 0,6 euros debido a la baja producción que se registró por la sequía y a la entrada masiva de naranjas egipcias en países europeos. Este año el sector mantiene mejores perspectivas, ya que con el incremento de más del 50% de la cosecha que se espera en esta campaña confían en contar con mejores precios y en recuperar mercados del viejo continente que perdieron en la anterior temporada. Orcaray también detalló que se ofrecen cifras pormenorizadas de las importaciones y exportaciones , lo que puede ayudar a los industriales a seleccionar mejor los mercados donde comercializar sus producciones. «En el futuro, queremos introducir más paneles informativos, incluido uno en el que se dé cuenta de los niveles de consumos de naranjas en España y el mundo», explicó el representante del GDR del Medio Guadalquivir. Recalcó, además, que «el Observatorio no sólo representa un avance tecnológico, sino que también supone un cambio profundo hacia una citricultura más sostenible y eficiente gracias al acceso a datos en tiempo real y a las herramientas analíticas avanzadas que da y que permiten a los agricultores y a los técnicos optimizar recursos como el agua o los tratamientos fitosanitarios». «Se reducirá, de este modo, su impacto ambiental y aumentando su competitividad», añadió.