Juan José Primo Jurado y las iglesias fernandinas de Córdoba: «No hay más calidad y cantidad de rosetones al sur de Toledo»
La lista pueden hacerla muchos cordobeses: San Lorenzo, San Pablo, San Pedro, Santa Marina, la Magdalena... Nadie había pensado en la Trinidad, en la Merced, pero Juan José Primo Jurado , historiador, escritor y articulista de ABC, las ha incluido en su último libro, ' Iglesias fernandinas de Córdoba', que acaba de publicar la editorial Almuzara y que cuenta la historia y el arte de las iglesias que nacieron tras la Reconquista de la ciudad por el rey Fernando III el Santo. Son 19 templos. En primer lugar, están las catorce parroquias , «que no es que las funde Fernando III, pero sí nacen a raíz de la división de la ciudad en catorce barrios», pero también dos conventos que funda el rey: el de San Pedro el Real, de los Franciscanos, hoy parroquia de San Francisco , y el de San Pablo, que era de los dominicos. En la lista figuran también los que se fundaron tras la Reconquista para las dos órdenes que se dedicaban a redimir cautivos: los mercedarios y los trinitarios. «Y hay un templo que a veces se olvida, pero que más fernandino que ese no lo hay. Es la antigua atalaya mora, que vigilaba la calzada romana por donde entró la tropa real, y que es el santuario de Linares , donde queda la Virgen. La atalaya que queda en el ábside del santuario es la de la época musulmana, y hay documentos de finales del siglo XIII que ya hablan de la Virgen de Linares allí, aunque la imagen actual no sea la de Fernando III», resume el autor. Han pervivido casi todas las iglesias que nacieron, y si no lo han hecho, sí sus parroquias. No se conservan las parroquias del Salvador, de Todos los Santos y de San Nicolás de la Ajerquía , «que desaparece el inmueble, pero la parroquia se traslada a otra fernandina, a San Francisco, y la hermandad del Huerto se va allí». Son iglesias que se construyen en la segunda mitad del siglo XIII, con el primer gótico, y Primo Jurado destaca la colección de arcos apuntados y sobre todo de rosetones , «que no hay nada igual en número y calidad al sur de Toledo». El barroco y la bonanza económica de la primera mitad del siglo XVIII añadió elementos distintos, pero su impronta sigue a la vista. ¿Y San Agustín? Es una iglesia del siglo XIV, que sale del ámbito del siglo XIII, aunque también sea de construcción medieval. «Tenía ganas de hacer el libro, porque siempre me habían fascinado las iglesias fernandinas. Quizá haya investigado más sobre las tres que han desaparecido, y se han descubierto cosas», insiste Primo Jurado, que insiste en que los templos que aparecen en el libro «son iglesias muy vivas ». Por ejemplo, en ellas están erigidas veinte hermandades , «lo que da una vida tremenda». De las que quedan en pie, sólo Santa María Magdalena está sin culto y tiene fines culturales. Juan José Primo Jurado ha querido hacer un libro vivo, y por eso en él se refiere incluso a los párrocos principales de las iglesias y a quienes han marcado su vida de templos con culto y donde han acudido los cordobeses de tantas generaciones. Porque en las iglesias han pasado cosas, al margen de la vida de la gente. «Ahí está la huella de los obispos. Por ejemplo, Leopoldo de Austria , que era tío de Carlos V, en la primera mitad del siglo XVI hace intervenciones muy importantes en la torre de Santa Marina o en la fachada de San Pedro. Y Siuri, en la primera mitad del XVIII interviene en San Andrés o en la Trinidad». Y en lo negativo, la Desamortización: « San Pablo se habría perdido si no hubiera sido por los claretianos, y San Francisco, si no se hubiera convertido en parroquia. Desaparecieron 600 años de historia de los dominicos y los franciscanos en Córdoba».