Lobato tenía decidida su dimisión desde el lunes por la noche
Sin focos ni cámaras y solo a través de una carta remitida a los medios de comunicación, Juan Lobato presentó ayer su dimisión solo tres días después de una información destapada el domingo por este diario . El lunes fue un día largo para el hasta ahora secretario general del PSOE de Madrid. Después de una jornada repleta de entrevistas en radios y televisiones, llegó la noche. Su entorno más cercano hizo llegar un mensaje a ABC: « Va a dimitir y no va a Sevilla ». Esa es una recomendación que se le hizo desde ese mismo día, y fueron personas de su máxima confianza, y en la noche del lunes era la opción más plausible. Por eso ABC informó a sus lectores de que Lobato estaba barajando dimitir. Pero alguien que con influencia sobre él le hizo una pregunta: « ¿Tú has hecho algo mal? No, así que aguanta y acude a las primarias». Ya por la mañana, tomó la decisión de esperar, probablemente influido por mensajes que le hicieron llegar quienes pensaban que el problema surgido tras la información ABC no estaba en él, sino en La Moncloa. Y convocó esa comparecencia sin preguntas de dos minutos y cincuenta segundos que la opinión pública no entendió muy bien, pero que suponía una rectificación respecto a su mensajes en medios del lunes por la mañana. Tras horas de explicaciones que se fueron diluyendo y ante las presiones internas para que se apartara de la dirección del partido en Madrid, Lobato compareció ese martes ante los medios de comunicación y, lejos de dimitir, denunció el «linchamiento» interno al que se estaba viendo sometido. Finalmente, solo un día después y tras reconocer en una carta el «enfrentamiento y división grave que se estaba generando en el partido», presentó su dimisión. Esta es la cronología detallada de la caída de Juan Lobato , desde el momento en que salen a la luz los problemas fiscales de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid hasta las 14.20 de este miércoles, cuando ha anunciado su dimisión. Casi 72 horas frenéticas desde que ABC publicó su exclusiva el domingo por la noche: Aunque el caso se había conocido un día antes, cuando 'eldiario.es' desveló que la pareja de Díaz Ayuso había sido denunciada por la comisión de varios delitos, el 13 de marzo 'El Mundo' publica que la Fiscalía de Madrid había «ofrecido un pacto» a Alberto González Amador a cambio de que se declarara culpable de un presunto fraude fiscal de 350.000 euros. Ese mismo 13 de marzo, 'La Sexta' contradice al diario 'El Mundo' e informa que fue el abogado de González Amador, Carlos Neira, quien ofreció a la Fiscalía un acuerdo de conformidad, y no al revés. Cerca de la medianoche, la 'Cadena Ser' amplía esa información y desvela que el abogado ofreció un acuerdo a la Fiscalía tras reconocer que «ciertamente se han cometido dos delitos contra la Hacienda Pública». El medio cita extractos entrecomillados del correo electrónico que Neira envía a la Fiscalía. Aunque se publica esa misma información en distintos medios, ninguno reproduce el documento confidencial. Ese es el contenido de uno de los mensajes —una fotografía de la confesión remitida por el abogado de González Amador al fiscal del caso— que la jefa de Gabinete de Óscar López envía al líder del PSOE-M para lo mostrara en la cámara madrileña la mañana del 14 de marzo. Lobato se niega y la mano derecha de López le dice que no se preocupe, que se lo pasaría a «Angélica Rubio, la periodista que sacó lo de los dos DNI del juez Peinado»; que en ese momento dirigía 'elplural.com' y que, meses después, sería colocada por el PSOE en el Consejo de Administración de RTVE. No es hasta más de una hora después cuando ese diario, a las 09.06 horas, difunde el documento. El titular dice así: «Esta es la carta del abogado del novio de Ayuso pidiendo un acuerdo a la Fiscalía». En el interior de la noticia, el diario publica, finalmente, una imagen con la carta del abogado. Es decir, el documento se hace público después de que la jefa de Gabinete de Óscar López decidiera filtrarlo a 'elplural.com'. El Tribunal Supremo imputa al fiscal general de Estado (FGE), Álvaro García Ortiz, por por presunto delito de revelación de secretos en el caso del novio de Ayuso. Se convierte en el primer FGE investigado por el Alto Tribunal. Pese a que la imputación del fiscal general convulsionó el debate político, sería días después, el 30 de octubre, cuando se produjo un punto de inflexión en el caso. Ese día, el Supremo ordenó a la UCO de la Guardia Civil la entrada y registro en el despacho de García Ortiz y el vaciado e incautación de sus dispositivos. La semana siguiente al registro, Lobato visitó la notaria. Este diario adelanta en su edición digital una información que llevará en portada el lunes 25 de noviembre, que titula: « Moncloa filtró el documento secreto del novio de Ayuso y trató de implicar a Lobato ». En la misma, se ofrecían los detalles de cómo la mano derecha de Pedro Sánchez, a través de su jefa de Gabinete, habría dado traslado a Lobato del documento confidencial de la pareja de Ayuso para tratar de actuar contra ella. Esa misma noche de domingo, Lobato sale al paso de la exclusiva de ABC y emite un comunicado en la red social Bluesky desmintiendo esa información porque solo acreditó ante notario que «ni los socialistas madrileños ni Moncloa habíamos recibido de la Fiscalía ninguna información». Esa misma versión la defiende en la mañana siguiente, en distintas entrevistas televisivas, si bien a lo largo del día va modificando sus explicaciones. Este periódico publica una segunda entrega con la reunión que mantuvieron los periodistas de esta casa Juan Fernández-Miranda y Javier Chicote con el secretario general del PSOE de Madrid, en la que reconoció los hechos. «Fue eso, lo que cuentas», señaló a los periodistas de ABC. Antes las críticas internas de su partido y las informaciones publicadas en distintos medios apuntando a su dimisión, Juan Lobato convoca una comparecencia de prensa , a las 09.30 del martes, pero no dimite. En cambio, plata cara a la dirección del PSOE, denuncia un «linchamiento» interno y avisa: «Parece que el malo es quien decide no hacer las cosas mal». Las palabras del entonces líder del PSOE-M no gustan en el partido y, aunque los miembros del Ejecutivo de Pedro Sánchez y del PSOE tratan de evitar pronuniarse sobre la polémica, quienes sí deciden hablar muestran el malestar existente en la formación. Su secretario de Organización, Santos Cerdán, retó a Lobato a que diera nombres: «Si habla de linchamientos, que diga quiénes». Finalmente, Juan Lobato cede a las presiones del entorno socialista y dimite como secretario general del PSOE de Madrid tras la exclusiva de ABC. El abandono de los cargos medios precipita su salida final, con una carta muy dura en la que se erige como verso libre dentro de un partido dominado por los sanchistas. «Mi forma de hacer política no es igual ni quizá en ocasiones compatible con la que una mayoría de la dirigencia actual de mi partido tiene», reconocía en su carta de dimisión.