La crispación invade el Parlamento andaluz: la oposición abandona la Cámara tras un cruce de denuncias sobre corrupción
El goteo de causas judiciales abiertas en torno al Gobierno de Pedro Sánchez, la reciente dimisión del secretario del PSOE de Madrid, Juan Lobato, las denuncias del PSOE Andaluz contra los contratos del SAS y la inminente celebración en Sevilla del Congreso de los socialistas han acabado por romper en la 'anomalía andaluza' en el debate político y han provocado que la crispación y la bronca invadan la Cámara autonómica. Tras varios cruces de acusaciones sobre corrupción, en los que intervinieron todos los grupos políticos, la bronca derivó en una imagen que no se veía en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas desde las épocas más tensas de Gobierno del PSOE y con Javier Arenas al frente del Grupo Popular. Toda la oposición de izquierda en bloque de forma coordinada, abandonó la sesión plenaria en señal de protesta. Es la primera vez desde que Juanma Moreno es presidente. Formalmente, la protesta coordinada entre PSOE, Por Andalucía y Adelante Andalucía se dirigió contra el presidente del Parlamento andaluz, Jesús Aguirre, cuyas intervenciones en el Pleno fueron cuestionadas por todos los grupos. A petición del PP retiró la palabra «imputación» de la intervención del portavoz de Adelante Andalucía, José Ignacio García. Posteriormente, cuando el PSOE pidió la retirada de unas acusaciones del portavoz de Vox, no dio la palabra a la diputada socialista. Aunque luego sí aceptó la eliminación de la expresión contra UGT, provocando entonces el malestar de Vox. Esto fue el detonante que provocó que los tres grupos de izquierda se levantaran de forma coordinada y abandonaran la sesión sin escuchar la pregunta del PP al presidente andaluz. Es cierto que todos los grupos políticos llevan trasladando desde hace meses su malestar con el presidente de la Cámara y con su manejo de las sesiones plenarias y que la gestión del Pleno ha sido un detonante. Pero más allá de eso, la protesta se produjo tras un duro cruce de acusaciones sobre corrupción, de unas formaciones contra otras, que acabó provocando lo que el presidente andaluz, Juanma Moreno, dijo querer evitar: «No traigan a Sevilla el fango de Madrid y la política de show porque eso no le da ningún rédito». Pero el fango llegó y con fuerza al Parlamento. Las palabras del presidente andaluz, Juanma Moreno, previas a la sesión de control abrieron el fuego en buena medida en respuesta a la dureza de la sesión del día anterior contra la consejera de Salud, Rocío Hernández. Fue un mensaje nítido dirigido al PSOE en la previa de su congreso que se repitió luego en el salón de plenos: «Resulta inédito que el presidente del Gobierno de España tenga tantas personas en investigación judicial. Está acorralado por la Justicia y se generado una situación política y democrática que no recuerdo. Es un gobierno superado por la corrupción. Hay un hiperliderazgo de Pedro Sánchez que se ha comido la esencia de un gran partido necesario e histórico». La oposición andaluza, por su parte, traía definido el guion. Al contrario de lo que ocurrió en la última sesión de control, todos los grupos políticos de la oposición apuntaron abiertamente a «corrupción» en el SAS por la gestión de los contratos de emergencia, lo que provocó una férrea defensa del Gobierno andaluz que venía preparado para este modelo de sesión. Tanto es así que Juanma Moreno llegó a la sesión acompañando a la consejera Rocío Hernández, mostrando así su apoyo firme a la nueva titular del área que está siendo investigada tras las querellas del PSOE. Espadas reclamó explicaciones a Juanma Moreno por la investigación judicial y le acusó de saltarse las normas «con argumentos que no son ciertos». Además le reprochó que ahora se moleste por las denuncias de la oposición cuando en su época «protagonizó una g ran cacería política contra gobiernos del PSOE» . Por Andalucía denunció «corrupción política» y Adelante Andalucía arremetió contra la gestión del Gobierno: «Ustedes están sentados ahí por la mala gestión de la sanidad y por la corrupción de gobiernos anteriores, y en cinco años han vuelto ambas cosas». El presidente andaluz pasó a la ofensiva, especialmente con el PSOE. Acusó a Espadas de elevar los contratos de emergencia en el Ayuntamiento de Sevilla, arremetió contra Pedro Sánchez por las investigaciones de corrupción y por la dimisión de Lobato, señaló que Sánchez debió haber dimitido hace años en respuesta a Vox y sobre todo censuró la estrategia del PSOE: «C omo dice Lobato, la estrategia se marca desde Ferraz pero se han embarcado en una denuncia de consecuencias imprevisibles. Entiendo la delicada situación política que atraviesa, yo la he pasado, y entiendo sus urgencias. Pero no pase la línea roja. No traiga a Andalucía el fango de Madrid, porque eso no le va a dar ningún rédito». La situación fue empeorando hasta que los tres grupos de la oposición, en una estrategia coordinada por primera vez desde 2018 acordó abandonar el salón de Pleno en señal de protesta en el momento en el que el portavoz del PP y el presidente andaluz intervenían. «Es una estrategia absurda de grupos políticos de la oposición. Hay partidos con una dependencia de Madrid que quieren trasladar la crispación de otras zonas a esta Andalucía serena, a esta Andalucía tranquila que sólo quiere trabajar por un mejor porvenir. Quieren importarnos la bronca y el show para trasladar a la opinión pública que todos somos iguales . Quieren igualarnos por abajo. Es una estrategia letal para Andalucía y que no es buena para nuestra tierra ni para los grupos políticos», argumentó el presidente andaluz. En la misma línea, el portavoz del PP, Toni Martín, destacó la importancia del gesto de la oposición: «No sé si hay precedentes de esto en el Parlamento, pero esto descalifica al PSOE y a los grupos que lo han secundado. Es lamentable», respondió. Desde el PSOE, y desde los otros dos grupos de la oposición de izquierda, subrayaron que el abandono del Pleno, fue una respuesta a la «cacicada y la deriva totalitaria y absolutamente partidista» de Jesús Aguirre. De hecho, apuntaron su intención de adoptar otras medidas complementarias para trasladar su malestar por la gestión de la Cámara autonómica.