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El 'seny' tiene forma de círculo

Abc.es 
La Ciudad Condal cuenta con una burguesía que, a falta de títulos nobiliarios, posee el capital suficiente para expandir una sociedad civil que no precisa del sostén del Estado. La actividad económica se legitima con el fomento de la cultura. El 'seny' catalán, que es «firmeza de espíritu sin terquedad», «robustez de ánimo sin pesadez» e «ilusión sin engaño», según el filósofo José Ferrater Mora, impulsa empresas como el Liceo. La élite social vela por el 'negotium' sin desdeñar el 'otium': mutualidades, asociaciones ciudadanas, científicas o económicas, pero también casinos y teatros. El Círculo del Liceo nació con el Gran Teatro. En el Archivo General de Protocolos de Barcelona se conserva el «doy fe» del notario Francisco Javier Moreu de 6 de julio de 1844 a favor de los poderes que la Sociedad del Liceo otorga a Joaquín de Gispert, «socio accionista y presidente de la Sección de Música del Liceo Filarmónico Dramático Barcelonés de Su Magestad la Reyna Doña Isabel segunda». La primera piedra del Liceo y su Círculo se colocó el 23 de abril de 1845. Inaugurado en 1847 con el Gran Teatro del Liceo, el Círculo –entonces llamado Casino– se ubicó junto a la sala operística. Aprobado el reglamento y las cuotas de los socios, el Marqués de Sentmenat presidió la primera Junta Directiva en noviembre de aquel año. El club privado más antiguo de España no tendría sentido sin el Gran Teatro. «Un matrimonio de conveniencia sin posibilidad de divorcio», en palabras de su presidente, Francisco Gaudier Fargas. Propósitos de la entidad: «Somos un club cosmopolita cuyo 'leit motiv' es la actividad musical, además de promover la cortesía, la difusión cultural, las buenas maneras y la elegancia en el vestir como distintivos intemporales». El Círculo atravesó la procelosa década secesionista aferrado a su compromiso constitucional: «Somos neutrales, respetamos las maneras de pensar, pero no las ilegalidades», puntualiza Gaudier. El 4 de noviembre de 2022 se celebró el aniversario de este templo de la sociedad civil digna de tal nombre. En aquel acto, que presidieron sus majestades Felipe VI y doña Leticia, el pintor Tomás Baleztena presentó el retrato del Rey que preside el despacho del presidente. Con sus mil trescientos socios, el Círculo del Liceo no se aísla en la torre de marfil. Está en la Rambla y tiene plena conciencia de la ciudad con la que comparte ilusiones y preocupaciones. Ágora de un debate plural, fomenta la excelencia frente el adocenamiento de la trinchera. En el libro de visitantes ilustres, arquitectos, urbanistas, economistas, historiadores, músicos, cineastas, actores, diplomáticos, médicos, artistas, editores, mecenas, restauradores, militares, filósofos, periodistas… Antonio López, Alejandro Amenábar, Carmen Cervera, Fernando Aramburu, Joan Roca, Joaquim Muns, Jorge Wagensberg, Sabino Fernández Campos, Mauricio Wiesenthal, Agatha Ruiz de la Prada, Javier Gomá, José Enrique Ruiz Domènec, Jordi Clos o Josep Maria Flotats. A diferencia del Círculo del Liceo, que ha permanecido en su ubicación original, el Círculo Ecuestre ha conocido una historia más tornadiza. Constituido el 26 de noviembre de 1856 por miembros de la burguesía catalana amantes de la hípica, tuvo la primera sede en la calle San Pablo. En 1860 se trasladó al número 10 de la Rambla de Santa Mónica y en 1907 volvió a cambiar de domicilio: el número 14 de la Plaza de Cataluña. La compra de dos casas en el Paseo de Gracia permitió construir un lujoso edificio que inauguró Alfonso XIII el 26 de octubre de 1926. El 13 de septiembre de 1947, en el artículo 'Pecera en la ciudad' del semanario 'Destino', Ignacio Agustí celebraba que el Ecuestre haya adquirido por siete millones el palacete Pérez Samanillo, situado en la esquina de Balmes con Diagonal. En la guerra del 36 la sede del paseo de Gracia se había transformado en la checa Carlos Marx del PSUC. A la entrada de las tropas franquistas fue ocupada por Falange. Después de una difícil interinidad, el Ecuestre se reubicaba en una sede digna de su categoría. Al igual que el Círculo del Liceo, el Ecuestre encarna para Agustí el espíritu del club inglés y «el retorno a esas formas cordiales y exteriormente desapasionadas de presidir una ciudad». Con sus mil quinientos socios, el Ecuestre que preside en la actualidad Enrique Lacalle Coll, actúa como otra ágora en la que palpita el mundo de la cultura, la política y la economía. El tercer círculo de la sociedad civil barcelonesa nació como un club de ajedrez en 1951. El historiador Jaume Vicens Vives supo mover las piezas del llamado Club Comodín para congregar en su seno a una nueva generación de economistas y empresarios con ansias de superar la autarquía y sentar las bases de una sociedad abierta al mundo. Siete años después, en 1958, nacía el Círculo de Economía que impulsaban Joan Mas Cantí, Carlos Ferrer Salat, Carlos Güell de Sentmenat y Arturo Suqué Puig. El primer fruto de las reflexiones y diálogos que auspició Vicens Vives fue el Plan de Estabilización de 1959 que modernizó la economía. Entre sus ideólogos, algunos miembros del Círculo como Juan Sardà Dexeus o Fabián Estapé. En 2006 el Círculo de Economía se trasladó a la calle Provenza, 298, enfrente de La Pedrera de Gaudí. Por la entidad que preside Jaume Guardiola pasan las voces más autorizadas de la economía y la política moderadas siempre por la divisa de la modernización y la convivencia democrática. Como el Liceo y el Ecuestre, el 'seny' tiene forma de círculo.

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