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Capital de la edición en español

Abc.es 
«Se imprimen libros», rezaba el cartel de la imprenta Sebastián de Cormellas en la calle del Call número 14 o 16. Cervantes la describe en la segunda parte del Quijote. No es casualidad que el título más leído en español después del Ingenioso Hidalgo sea 'La sombra del viento' de Carlos Ruiz Zafón: una novela de Barcelona con un imaginario Cementerio de los Libros Olvidados en la calle Arco del Teatro… En el siglo XIX los navíos de la edición española ostentaban nombres catalanes: Montaner y Simón, Sopena, Salvat, Espasa… Si echamos una ojeada a las efemérides hallaremos unas cuantas que tienen que ver con la capitalidad editorial de Barcelona. Hagamos la prueba. Año 1914: José Zendrera comienza su andadura editorial en la Sociedad General de Publicaciones y nueve años después funda Juventud, el popular sello de Heidi, Tintín y Stefan Zweig. En 1925 Zendrera se fotografía con otros dos editores barceloneses, Gustavo Gili y Joaquín Sopena. A partir de 1931 Juventud abre delegaciones en Argentina, México y Colombia. Año 1924, se cumple un siglo: Antoni López Llausàs, Manuel Borràs de Quadras y Josep M. Cruzet inauguran la Llibreria Catalònia que también es editorial. López Llausàs es hijo de Antoni López Benturas, fundador de la Llibreria Espanyola de la Rambla y editor de Santiago Rusiñol. Después de la guerra civil, López Llausàs funda en Buenos Aires la Sudamericana –editora de 'Cien años de soledad'– y el sello Edhasa que dirige en la actualidad Daniel Fernández . Barcelona y Buenos Aires componen vasos comunicantes de los que participa una generación de editores que accedió a la literatura a través de sellos como Losada, Sudamericana o Emecé. Esta última será el embrión de la Salamandra que Sigrid Kraus y Pedro del Carril echan a andar en Barcelona pronto hará veinticinco años: la editorial vierte los libros de Harry Potter a la lengua española. De las imprentas barcelonesas salieron millones de ejemplares vendidos en castellano a todos los países de habla hispana. Año 1934: Josep Janés publica 'La bien plantada' de Eugenio d'Ors. Autodidacta, Janés dejará la poesía y el periodismo para ser el editor más cosmopolita de su generación. En los sellos Emporion, La Gacela, Ánfora y Lauro dará a conocer al lector español las obras de Huxley, Maughan, Márai, Hamsum, Zilahy, Fallada, Waltari, o Woodehouse. Al acabar la Segunda Guerra Mundial crea el sello que lleva su nombre: José Janés Editor. «Janés publicaba mucho, bien y barato. En los años cuarenta era capaz de conseguir el papel de debajo de las piedras y de ganar dinero con ediciones de bibliófilo», explica su biógrafo, Josep Mengual. Año 1944: Ignacio Agustí, autor de 'Mariona Rebull', director del semanario 'Destino' y la editorial homónima, crea el premio Nadal que gana en su primera edición Carmen Laforet con 'Nada', una novela de iniciación en la oscura Barcelona de posguerra. Año 1949: José Manuel Lara funda la editorial Planeta, embrión de lo que hoy es el Grupo Planeta, una multinacional con presencia en una veintena de países que agrupa más de setenta sellos en España y Latinoamérica. Año 1959: Germán Plaza se fusiona con la editorial Janés: nace Plaza & Janés ahora integrada en Penguin Random House Editorial con sede en Barcelona. Año 1969: Jorge Herralde, que cambió la ingeniería por la pasión editorial, lanza el sello Anagrama. Sus primeros títulos: 'Detalles' de Hans Magnus Enzensberger y 'Los procesos de Moscú' de Pierre Broué. El otoño de aquel mismo año, Beatriz de Moura presenta en el cuadrilátero del Gran Price la editorial que proyectó en la sala de estar de su casa con un capital de ciento sesenta y tres mil pesetas (menos de mil euros actuales). De Moura bautiza la editorial con el nombre de su marido, el arquitecto Óscar Tusquets, y se fija tres metas: «Uno, reivindicar las vanguardias de nuestro siglo y la literatura que, no por marginada, minoritaria e incluso maldita, no deja de ser menos importante. Dos, aportar elementos para un debate vivo, activo, en el terreno de la cultura. Tres, publicar la narrativa de autores noveles españoles e hispanoamericanos». A partir de los años cincuenta, la cultura española reconquista América con libros de las imprentas barcelonesas: «La patria de un editor no es otra que la lengua en que publica sus obras y yo me tengo, por encima de todo, por un editor en español: el idioma que hoy hablan más cuatrocientos millones de personas en el mundo y que se ha convertido en la segunda lengua más internacional después del inglés», subraya Josep Lluís Monreal, editor del sello Océano. Barcelona catapulta la literatura hispanoamericana. En el despacho de la superagente Carmen Balcells se firmarán los contratos de las obras maestras que lanza el editor Carlos Barral. Son los tiempos del 'boom': Mario Vargas Llosa gana el Biblioteca Breve con 'La ciudad y los perros' y convive en Barcelona con José Donoso, Jorge Edwards o Gabriel García Márquez. La alianza editorial con Hispanoamérica cimenta la capitalidad barcelonesa. A partir de 1974 Herralde conecta su Anagrama con la literatura hispanoamericana. La lista de autores editados desde Barcelona es prolija: Sergio Pitol, Alfredo Bryce Echenique, Juan Villoro, Alan Pauls, Martín Kohan, Ricardo Piglia, Laura Restrepo, Martín Caparrós, Margo Glantz, Alejandro Rossi, Guadalupe Nettel o el fenómeno Robert Bolaño y su monumental '2666'. Barcelona sigue siendo hoy el puntal de la edición en español. La Diagonal, como explica Sergio Vila-Sanjuán en 'Barcelona, la ciudad de los libros', traza la milla de oro de la edición barcelonesa: «A menos de dos kilómetros de distancia, un paseo a pie de veinte minutos, están ubicadas las sedes de los dos principales grupos editoriales hispanoamericanos, Planeta y Penguin Random House…» Ambos grupos suman una treintena de editoriales. Cuatrocientos sellos reunidos en el Gremio de Editores de Cataluña que preside Patrici Tixis. De los noventa mil libros que se imprimen cada año, más de la mitad son de editoriales barcelonesas. En 2025 Barcelona será invitada de honor en la prestigiosa Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL). «Barcelona quiere ejercer a fondo su capitalidad española y catalana y su condición de puente con Iberoamérica y Europa», declaraba orgulloso el alcalde Jaume Collboni. Barcelona, añadía Tixis, «congrega entre el setenta y el ochenta por ciento de un ecosistema literario español, que irradia a toda América Latina». Como avanzadilla de la presencia barcelonesa en la FIL, el Forum Edita, que codirigen en Barcelona Patrici Tixis, Javier Aparicio Maydeu y Sergio Vila-Sanjuán, viaja el 3 de diciembre a Guadalajara. Porque aquí se imprimen libros. Cervantes no se equivocaba al llevar al Quijote a Barcelona. Cinco siglos después, las imprentas barcelonesas siguen imparables.

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