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Maison México Roma, para devotos del placer

Maison México Roma es un hotel que rinde tributo a la influencia del pasado porfirista de la Ciudad de México, con un concepto de hospedaje moderno y una gastronomía excepcional.

Recientemente Grupo Lomas Travel, que dirige Francisco Gutiérrez, comenzó a operarlo no sólo con el propósito de convertirlo en una opción para los viajeros a quienes les gustan los hoteles boutique, sino los buenos vinos, los cocteles y la pasión culinaria.

José Carlos Cruz, gerente del establecimiento, aunque oriundo de la CDMX trabajó en la hotelería del Caribe Mexicano y se asume como responsable del establecimiento, aunque también atiende cualquier solicitud de los huéspedes y cuida la calidad del servicio.

Somos un hotel-boutique que está tratando de representar lo mejor del México contemporáneo en un abrazo a Europa, dijo, pues tenemos una parte moderna, que es un edificio con 16 habitaciones dentro de una casona afrancesada de nueve cuartos que data de 1917.

“Todas las habitaciones tienen un diseño único y auténtico; en la casona la configuración es diferente porque cada cuarto se adapta a su estructura original.

“Mientras que en el edificio, las habitaciones tienen elementos que fueron diseñados y creados específicamente para cada habitación por el arquitecto Javier Sánchez”.

Mexicanos y extranjeros

Uno de los espacios más atractivos del hotel es el roof top, la terraza de la azotea, pues ofrece unas vistas espectaculares de la Ciudad de México, particularmente hacia los rascacielos de Paseo de la Reforma.

Cruz relató que, recientemente, el representante de un actor estadounidense que está grabando un proyecto para Netflix bloqueó por 10 días varias habitaciones para todo el equipo.

“Hay quienes prefieren un hotel más discreto y con un servicio personalizado, aunque también podrían hospedarse en el Ritz Carlton o el St. Regis”.

Gracias a la experiencia del Grupo Lomas, estamos ofreciendo una hotelería boutique con sellos distintivos, expuso, así es que están enfocados a los que describió como un “ensamble creativo”, sin dejar a un lado todos los toques hoteleros y la parte de la operación bien organizada y bien llevada, que tiene como expertise Grupo Lomas.

“El perfil principal que estamos atrayendo es de los viajeros estadounidenses y europeos que vienen a explorar y a descubrir la Ciudad de México y que representan 70% de la ocupación.

“El otro 30% se compone por perfiles nacionales que vienen a la Ciudad de México por viajes de negocios, a veces por una sola noche porque llegan a una reunión, a alguna junta, a alguna cita y al día siguiente ya regresan a sus destinos”.

Su intensión también es captar a los viajeros interesados por el arte y en ese sentido es notable el mural de Diego el Ocote, un grafitero que plasmó a dos niños con un celular y una tableta, fotografiando a dos cocineras mexicanas.

Estamos logrando mantener una ocupación promedio más alta que la media de Ciudad de México, informó, con 75% para los próximos meses aunque para Navidad y Año Nuevo las reservaciones ya están casi al 100%.

“La aceptación de la gente y los comentarios han sido excelentes respecto al servicio, la arquitectura y la gastronomía”.

Seguimos en este camino y en este proceso de conformar una cultura de servicio personalizado y, por decirlo de alguna manera, de volvernos multifuncionales, sostuvo.

Arquitectura e historia

El proyecto arquitectónico de Javier Sánchez, académico emérito de la Escuela Nacional de Arquitectura, consideró siempre la historia del inmueble.

La Casona fue construida precisamente enfrente de lo que ahora es el Palacio de Hierro, que anteriormente era una plaza de toros y los propietarios originales asistían a ese ruedo y también al hipódromo.

Luego la propiedad fue vendida y rentada o alquilada por cuartos; después, se dividió como una casa duplex y finalmente fue rescatada por sus actuales propietarios.

La casona originalmente, relató Cruz, perteneció a la familia de Godofredo Siegrist junto con su esposa Dolores Clamont, quienes trajeron a vivir a su hermana Concepción Clamont, quien era una fanática de la cocina.

Para honrarla, el Roof Top se llama Conchita Clamont, un restaurante italo-mexicano cuyo menú fue diseñador por Franco Madalozzo, quien es el un reconocido chef italiano y director culinario de Grupo Lomas.

Sus vistas al llamado Sky Line de Paseo de la Reforma, las emblemáticas torres de la zona de negocios, es otro de los atractivos de este restaurante y el proyecto es convertirlo en un Raw Mediterranean Bar.

Otro personaje destacado de la familia era Octavia, la cocinera de la familia que gustaba también de la creación de platillos y fue precisamente en su honor que le pusieron su nombre al restaurante que comanda el chef Jonathan Gómez Luna, quien recientemente obtuvo una estrella Michelin en su restaurante Le Chic de Puerto Morelos, en Quintana Roo, y fue nombrado el mejor cocinero de América Latina por los 50 Best.

Octavia, consideró el gerente, es un homenaje a la gastronomía mexicana, que enaltece la creatividad y la cultura de sus cocineras.

Con habitaciones confortables, acceso a la tecnología y sus espacios comunes orientados a la buena vida, Maison México Roma es una propuesta para disfrutar todavía más la Ciudad de México.

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